A la salida del Museo Bogyoke Aung San caminamos por una estrecha calle
para intentar salir a alguna con más tráfico donde encontrar un taxi, no
pensamos ir caminando hasta la zona del hotel, nos llevaría demasiado
tiempo, además se ha puesto a lloviznar de nuevo, y tememos un
chaparrón. Finalmente, que no fue fácil, encontramos el taxi, le decimos el lugar donde queremos ir y por
si acaso le enseñamos un mapa, no vaya a ser que haya confusiones (él no habla inglés y nosotros mucho menos birmano).
Nos quedamos muy cerca del hotel para visitar Holy Trinity Cathedral, iglesia de culto anglicano construida entre 1886-1894 en estilo indo-sarraceno (creo que es la primera vez que escuchamos este estilo, aunque se parece a muchas que hemos visto) según diseño del arquitecto pionero de este estilo, el británico Robert Chisholm, desarrollando su obra principalmente en la ciudad india de Madras; a su vuelta a Londres diseñó el edificio de Cadogan Hall, en el barrio de Chelsea (¡anda!, este sí lo hemos visto por fuera).
Nos quedamos muy cerca del hotel para visitar Holy Trinity Cathedral, iglesia de culto anglicano construida entre 1886-1894 en estilo indo-sarraceno (creo que es la primera vez que escuchamos este estilo, aunque se parece a muchas que hemos visto) según diseño del arquitecto pionero de este estilo, el británico Robert Chisholm, desarrollando su obra principalmente en la ciudad india de Madras; a su vuelta a Londres diseñó el edificio de Cadogan Hall, en el barrio de Chelsea (¡anda!, este sí lo hemos visto por fuera).
Su interior es luminoso y diáfano, resulta coqueto, ni sobrecargado decorativamente ni estridente. Además por su estado parecía recién pintado.
Sobre la puerta de entrada destaca el colorido rosetón, bajo el cual se halla la pila bautismal.
En la cabecera del altar destaca la semi cúpula y las vidrieras con imágenes.
La cabecera está rodeada de un pasillo, que no se si en este caso se puede llamar girola.
En una pequeña habitación las túnicas del coro cuelgan ordenamente.
La
catedral estaba muy ligada a los regimientos militares británicos que
ocuparon Myanmar, por lo que en una pared cuelgan metopas en memoria de
ellos y sus caídos.
Paseamos un poco por el jardín
que rodea la catedral, para tener una completa visión de la misma, jardín el que supuestamente hubo
un cementerio, pero no hay ni rastro.
Junto a la catedral está el Mercado Bogyoke Aung San, un mercado cubierto abierto en 1926, que nació con el nombre de Scott Market, que era la visita que nos quedaba hacer acompañados por nuestro guía Myo, pero no tenía ningún sentido, mejor que se fuera con su familia después de tantos días viajando por el país, y nosotros por nuestra cuenta, para ver, cotillear o comprar.
Junto a la catedral está el Mercado Bogyoke Aung San, un mercado cubierto abierto en 1926, que nació con el nombre de Scott Market, que era la visita que nos quedaba hacer acompañados por nuestro guía Myo, pero no tenía ningún sentido, mejor que se fuera con su familia después de tantos días viajando por el país, y nosotros por nuestra cuenta, para ver, cotillear o comprar.
Bajo las arcadas del edificio también hay tiendas o tenderetes, este es el mundo del comercio.
El
interior del mercado se divide por zonas según los productos que se
venden, aunque también hay un poco de mezcla, nosotros entramos por la
zona de la joyería y llegamos hasta donde se concentra el textil. Todo
muy ordenado y muy pulcro.
En las calles que unen los diferentes edificios que forman el mercado hay más tiendas, furgonetas aparcadas y hay sitio para un cajero automático.
Caminamos por Bogyoke Road, pasando junto a la mezquita Chulia Muslim Dargan, con su cúpula reluciente.
Algo más adelante, el templo Sri Kamachi Amman, que no estaba abierto.
Damos por finalizado el paseo y volvemos al hotel, donde subimos al lounge para tomarnos un refrigerio -ya que tenemos este servicio vamos a aprovecharlo-, y como
era de esperar, está con plena ocupación, pero encontramos una mesa
donde comer y beber algo (un amplio surtido de salado y dulce), aunque
para tener vistas de Shwedagon Paya tuvimos que esperar a que se
despejara el salón de gente, porque lógicamente las mesas situadas junto a las ventanas
son las primeras en ocuparse. Esta noche cenamos en uno de los
restaurantes del hotel, y así nos evitamos el salir a buscar un lugar.
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