16 de julio de 2018

Myanmar - Bagan - Htilominlo Pahto

El futuro marcado por una sombrilla

Muy cerca de la estupa de Buledi se sitúa Htilominlo Pahto, templo que está rodeado por un muro, donde en su entrada hay una concentración de personas y chanclas. 


Pasada la puerta del muro un pasillo flanqueado por puestos de venta (es increíble y apabullante la cantidad que puede haber de ellos, sobre todo en los templos importantes, como es este). Cierto es que en algunos de estos puestos venden preciosas pinturas de arena, que te dan ganas de comprar colecciones; para realizarlas, sobre un lienzo de algodón con pegamento se van poniendo tres capas de arena fina o de rocas molidas, y luego sobre la arena se pinta con colores, con lo que se tiene cierto realce; además estas pinturas son resistentes al agua, toda una ventaja, y resultan muy elegantes y decorativas. 


Mejor unos vídeos para ver la técnica: 



El templo mide 46 m de altura y es uno de los más grandes de Bagan, ordenado construir por el rey Nantaungmya (también conocido como Htilominlo, del que recibe claramente su nombre) en 1218 para honrar a la diosa Fortuna, en el lugar donde  fue elegido entre cinco hermanos como príncipe heredero al azar, ya que su padre, el rey Narapatisithu sentó a sus hijos en círculo, e hizo girar una sombrilla blanca cerrada en el centro, a quien apuntará al finalizar el giro sería el elegido (otras historias apunta a que la sombrilla se abrió o incluso a que el propio rey hizo trampas).

El templo fue dañado durante el terremoto de 1975, y por su estupa tapada y en rehabilitación ha sido nuevamente afectado por el de 2016. Originalmente estaba cubierto por estuco blanco, y sobre puertas y ventanas tenía relieves tallados en piedra, de los que se han perdido una gran parte. Qué lástima que tengan tanta devoción por Buda como por las luces de colores de neón, que no nos gustan ni convencen. 


No hay chinthes protectores, pero a cada lado de las puertas hay pequeñas figuras que deben ejercer esta labor. 


Esta puerta conduce directamente a un santuario con una imagen de Buda sentado, con la posición de manos Bhumisparsha mudra. En las paredes se pueden ver restos de murales y pinturas, ambos muy deteriorados. 



Hay un pasillo exterior, donde están las ventanas que proporcionan luz, y un pasillo interior, ambos comunican los cuatro santuarios del templo, uno por cada punto cardinal: norte, sur, este y oeste, pero no os puedo decir en cual estamos. En el interior del pasillo interior destaca su techo abovedado y restos de pinturas en él. 



En el pasillo interior además hay hornacinas en las que hay estatuas de Buda. 


Llegamos al siguiente santuario, con su imagen de Buda. 


Una pena la desaparición de las pinturas, y una desgracia la de aquellos que han pintado a sus anchas; algunos de estos garabatos parece que han querido recuperar las líneas de los dibujos antiguos, como una especie de precursor del "Ecce homo" de Borja. 



El tercer santuario con su imagen y restos de pinturas. 



El último santuario, hay uno por cada punto cardinal, y su imagen. 



Nos gustan mucho los conjuntos de campanas pequeñas que se cuelgan y con el viento tintinean, de hecho al final compramos uno pero todavía no lo hemos colocado, tenemos que encontrar el lugar perfecto para que suene. 


Hazle caso a la indicación, y da la vuelta al templo por su interior, te vas a sorprender y te va a gustar mucho. 


Las escaleras que conducen a la terraza están cerradas por una verja, la seguridad es lo primero, pero de todas formas si la estructura está dañada y esto se cae, nos pilla debajo. 


Al salir paramos en un puesto de pinturas, y aunque originalmente queríamos comprar las realizadas con arena, muy coloridas, finalmente fueron dos realizadas con piedras, de color de las mismas, como la que se ve colgando del árbol en la segunda fotografía. Vuelvo a decir que como te descuides y te dejes llevar, sin pensar en dinero y espacios libres, sales con una bonita colección de pinturas.



Otras compras interesantes pueden ser bonitas y coloridas sombrillas o simpáticas marionetas, que ahora viendo las fotografías, marionetas que tenía que haber comprado en este momento, porque lo fui dejando y cuando quise hacerlo ya no ví ninguna que me gustara tanto como las que vi en este templo. 



Nos armamos de valor e intentamos dar la vuelta al templo por su exterior, y es que el suelo arde, por lo que intentamos ir encontrando algunas sombras donde poner los pies a resguardo un poco para volver a afrontar la tarea.

Con este paseo podemos ver su estructura, un cuadrado de 42 m2 con cuatro puertas principales que sobresalen en los puntos cardinales; se pueden ver las puertas principales y las ventanas que dan luz a los santuarios, así como lo que queda de los relieves tallados y algunos restos de elementos de arenisca vidriada, pero en bastante deterioro. Yo creo que merece la pena dar la vuelta por el exterior. 





Finalizamos la visita y volvemos al coche, aunque primero tenemos que encontrar nuestras chanclas en la fiesta de las mismas que hay en la entrada (somos bastante civilizados y no movemos las de los demás para poner las nuestras). 


Desde el coche, y durante todos los traslados por Bagan, vemos colgadas en los árboles infinidad de marionetas en venta, que en ocasiones y sobre todo cuando el viento sopla, más parecen directamente ahorcadas. 


Htilominlo es un templo a visitar, por el conjunto del complejo, por los restos de las pinturas y por los restos de decoración exterior, no decepciona.

Su localización:

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