19 de septiembre de 2017

España - Madrid - Restaurante Paipái



Batiburrillo gastronómico

En este surgir de restaurantes en Madrid que se une a nuestra pasión gastronómica, visitamos el Paipái, en las manos del chef  Fernando Ruiz Jiménez, que ha confeccionado una carta con platos españoles fusionados o no con platos asiáticos y sudamericanos, por eso el título de la entrada, porque al leerla tienes la sensación de un batiburrillo, lo que te produce cierta confusión. 




Hemos acudido sin reserva, por lo que nuestra mesa está en un pasillo extraño, ya que la distribución del local es algo laberíntica, aprovechando el espacio donde antes se situaba un pub irlandés. A pesar de su extraña situación, la mesa no es incómoda, pero claro, puestos a pedir, mejor la de seis comensales junto al ventanal y una de las chimeneas que se han respetado del pub. 




Acompañamos la comida con un vino conocido que nos gusta, Licinia,  de Madrid,con uvas tempranillo, cabernet sauvignon y syrah. 




Optamos por pedir platos para compartir, pero en esta ocasión fuimos bastante comedidos, quizás uno más hubiera estado bien para que fuera una comida totalmente completa, pero no siempre el hambre o la gula acompañan en estas ocasiones.


Ensaladilla rusa Pai Pai con tartar de atún. Es un clásico entre nuestras peticiones, al final tendremos que elaborar un ranking con las mejores ensaladillas de los restaurantes, y aunque yo intento zafarme de ella, no lo consigo. La ensaladilla estaba algo sosa, le faltaba fuerza, más bien a la mayonesa, supongo que para que el tartar de atún no se quedara en segundo plano, que es el que debe predominar. 



Pulpo a la brasa caramelizado con miel y oporto, acompañado de un puré de boniato morado. El ingrediente principal, el pulpo, tierno y en su punto; el resto de ingredientes le hacen buena compañía. 




Bao de cochinita pibil con mayonesa de chile chipotle. El taco mexicano reconvertido en bocadillo chino, y su resultado no puede ser mejor; sin lugar a dudas, el mejor plato de la comida, con el toque picante del chile, pero no tanto como para que ardiera la boca. 




Albóndigas de secreto ibérico, con salsa de vino tinto y mole mejicano. El resultado, unas albóndigas tiernas de fuerte sabor tanto por ellas como por las salsas. 




De postre, compartimos una tarta de queso con arándanos, una potente y contundente tarta. 




El detalle fue el saludo del chef, hay que tener en cuenta que el restaurante lleva desde diciembre o principios de enero abierto y hay que hacer marketing efectivo, al que le elogiamos los bao entre todos los platos, y posiblemente para hacernos sentir bien, nos comentó que era uno de sus preferidos, pero supongo que esta respuesta la tendrá para sus comensales y sus elecciones.


Lo que parecía una carta descontrolada, resultó ser una buena comida, en un lugar acogedor.

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