El
centro de la ciudad del viento
Después de haber visitado el Cementerio Municipal Sara Braun y haber visto el Monumento al Ovejero,
ambos en la avenida Manuel Bulnes, Obdulio nos lleva hasta el Museo Regional Salesiano Maggiorino Borgatello, situado también en esta avenida, y
aunque no somos de museos en nuestras primeras visitas por una ciudad, nos gusta
conocerlas más a pie de calle, creemos que puede resultar interesante ya que
además está considerado como uno de los más importantes de la Patagonia.
El museo fue fundado
por los salesianos en 1893 bajo la dirección del sacerdote José Fagnano, y con él se quiere poner el énfasis en el papel como mediadores de los sacerdotes en los enfrentamientos entre colonos e
indígenas (según su propia versión,
porque la historia a pesar de ser una sola, siempre tiene más versiones, y amigo
Sancho, con la Iglesia hemos topado) . Pero hoy es lunes, y como en muchas ciudades del mundo, los museos
cierran.
Al lado del museo se
encuentra el Santuario María Auxiliadora,
edificio construido entre 1911 y 1919, y al igual que el contiguo museo, por
mandato de Monseñor José Fagnano, en agradecimiento a María Auxiliadora por su
intercesión en la misión con los indígenas en la isla Dawson.
Sobre la puerta de
entrada al santuario un curioso cartel (digno de estudio sociológico)… por lo menos ese día nos salvamos de las llamas del infierno.
El interior nos
sorprende, sobre todo teniendo su sencillo exterior, se encuentra más decorado
de lo que nos esperábamos. Un detalle que no hemos visto o conocido en otras
iglesias del mundo, y puede que esto sea desconocimiento propio y/o dejadez en el
uso de ellas para este menester, es que a la entrada de la iglesia hay dos salas a modo de salas de
difuntos (se accede desde el interior, como si fueran capillas).
A la izquierda hay una
capilla con forma de gruta, creo que es una réplica de la Gruta de la Virgen de
Lourdes.
En uno de los altares
de la nave izquierda, la imagen de San Juan Bosco o Don Bosco, el fundador de
los salesianos, con dos niños, uno blanco y otro indígena, el acercamiento de
razas a través de la fe.
En 1987, el papa Juan
Pablo II coronó a la Virgen María Auxiliadora como Patrona de la Diócesis y
como símbolo de paz y concordia.
Salimos del santuario y a la avenida Manuel Bulnes, donde nos
encontramos el cartel de bienvenida a la ciudad, con alusión a sus recursos
naturales o históricos.
Nos dirigimos hacia
el centro de la ciudad y le pedimos a Obdulio que por favor nos acerque a la
oficina de LAN para intentar confirmar los pasajes del avión de mañana, ya que
por mucho que los tengamos confirmados telefónicamente no tenemos registro de
nada y no hemos podido emitir los billetes, más que nada para saber si teníamos
vuelo o no, porque el horario de salida no es muy agradable, 6.15 h de la
mañana, y si no tenemos vuelo confirmado o lo que es peor, estamos fuera de él,
mejor confirmar hoy para otra salida y evitarnos el tremendo madrugón. Nos
confirman que si fueron confirmados que todo estará bien (¿¿¿???) pero que no
pueden ser emitidos (¿¿¿???)… en fin, que volvemos a estar en la duda aérea.
También hacemos el intento, aunque ya sabíamos que sería un no rotundo, emitir los billetes del vuelo de regreso a Madrid, pero esto solo se puede hacer en el mostrador de LAN el día del vuelo…
eso nos dicen, así que salimos igual que entramos de la oficina pero al menos lo intentamos.
A la salida de la oficina de LAN dan ganas de darse una merienda atracón.
Mientras intentábamos
aclarar nuestro futuro aéreo, Obdulio entró en el Hotel José Nogueira para que,
como turistas ávidos de ver y conocer nos dejaran entrar a curiosear.
Anteriormente el edificio albergaba las oficinas de la familia Nogueira-Braun y
el Palacio Sara Braun. Por supuesto
solo vemos la recepción, decorada en un ambiente clásico, estilo finales del siglo
XIX y principios del XX, y el bonito restaurante alojado en una especie de invernadero en cristal y hierro, muy coqueto). En este momento no lo sé, pero luego me alegré de no haber elegido este hotel para pasar la noche, ya que con total seguridad este coqueto comedor nos hubiera atrapado por la noche y no hubiéramos salido a pasear y encontrar un clásico de la ciudad para cenar.
El palacio fue un
encargo de Sara Braun al arquitecto francés Numa Mayer en 1900. Sara era la viuda de
José Nogueira, de origen portugués, considerado el padre de la navegación
mercantil en Magallanes. En compañía de su esposa y su cuñado, Mauricio Braun,
crearon las bases de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego. José llegó a
Punta Arenas con 21 años, apenas sabía firmar y se empleó en la caza de lobos
marinos. Posteriormente, el gobierno le entregó 1.000.000 ha de terrenos en
Tierra del Fuego. Murió a los 47 años en 1893, en Arequipa, por tuberculosis,
encargándose su mujer, Sara Braun, de los negocios.
A la muerte de Sara
Braun, en 1955, el palacio pasó a manos de sus sobrinos, que vendieron gran
parte del mobiliario, siendo adquirido al año siguiente por el Club de la Unión y en 1992 se
reconvirtió parte del edificio en hotel.
No elegimos este
hotel pensando en qué podríamos visitar el Club de la Unión, pero cometí el
fallo de no comprobar el horario, y por supuesto, ¡lunes, cerrado!, y porque supuestamente desde el hotel
Cabo de Hornos tendríamos mejores vistas. Sea como fuera, hemos visto el
exterior y parte del interior, supongo que, Obdulio al darse cuenta en el
Museo Salesiano que estaría casi todo cerrado al público por ser lunes, en su buen hacer intentó darnos a conocer un poco más
de esta importante familia en la región magallánica.
La entrada principal
al palacio Sara Braun y al Club de la Unión da a la plaza Muñoz Gamero (mira mapa de situación), donde aparte del palacio y del hotel donde nos
alojamos, también se encuentra el palacio
de la Gobernación, construido en 1898 en estilo neoclásico, que fue el primer
edificio fiscal realizado con ladrillos regionales (curioso este dato del
ladrillo autóctono).
Junto al palacio de
la Gobernación se alza la Catedral,
la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, la antigua iglesia de los salesianos
en la ciudad. La primera iglesia fue construida en madera pero fue destruida
por un incendio a los cuatro meses de su terminación; nueve años después fue
inaugurado el edificio que vemos.
Al lado de la
iglesia, en una pequeña parcela ajardinada, hay una columna con la imagen de la
Virgen María Auxiliadora.
El interior de la catedral nos
parece más sencillo en su ornamentación que el Santuario María Auxiliadora,
destacando el color carmesí de la bóveda y la figura de Cristo en la cúpula del
ábside.
En una pequeña capilla se encuentra la tumba de Monseñor Fagnano.
Salimos de la catedral, y en la siguiente
esquina, calles Nogueira y Fagnano, esto dos nombres ya nos suenan mucho, hay un
edifico que alberga actualmente oficinas de Movistar, antigua Telefónica
España, que muestra el esplendor económico y arquitectónico que tuvo la ciudad.
El centro de la plaza
Muñoz Gamero está presidido por la estatua de
Hernando de Magallanes, realizada en bronce, que fue donada en 1920 por
José Menéndez (estaba en todas las fiestas) en la conmemoración del cuarto
centenario de la expedición de Magallanes. La figura del explorador tiene un
pie sobre un cañón y ciertamente que se le nota altivo en su pose mirando hacia
el horizonte.
En el pedestal de la
estatua hay cuatro esculturas, Por un lado, un ancla, un cuaderno de bitácora, un globo del
mundo y un yelmo. Por otros dos lados, las figuras de dos indígenas en representación
a los pueblos indígenas exterminados de los onas y los aonikenk. Si se toca (o
besa) el dedo gordo del pie de uno de estos indígenas dicen que da buena suerte, o
al menos se puede cumplir el deseo de volver a Punta Arenas, y como esta ciudad se nos
ha quedado bastante incompleta en su conocimiento cumplimos el ritual.
La última figura del
pedestal es una sirena de doble cola, que representa a los océanos Pacífico y
Atlántico, unidos por el Estrecho de Magallanes.
Desde la ventana de
nuestra habitación en el hotel tenemos vistas a la plaza, y por la noche está
bastante iluminada, con pequeñas columnas de luces de colores en las farolas que más parecen
celebrar la Navidad.
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