De los Braun y otras familias
Después de haber tenido una vista general de Punta Arenas desde el Mirador de los Soñadores y desde el Mirador del Cerro de la Cruz,
comenzamos a conocer la ciudad de punta a punta, lo que podamos, y para ello comenzamos, por
una cuestión de horario y localización, por el Cementerio Municipal Sara Braun (mirar mapa de situación), situado en la avenida Manuel
Bulnes, por la que hemos pasado durante nuestras entradas y salidas de la ciudad. En
teoría son quince minutos andando desde la plaza Muñoz Gamero, pero a mí me pareció que la
distancia era mayor de lo previsto, ya que las cuadras (manzanas) son muy
amplias.
El cementerio fue
habilitado en 1894, y en 1918 comenzaron las obras de construcción del portalón
de entrada, financiadas por Sara Braun Hamburger y su padre, Elías Braun, de
origen ruso que se afincaron en la Patagonia, terminándose en 1919. Según se cuenta, Doña Sara, que fue una de
las mujeres más influyentes de la Patagonia, puso como condición que una vez
que sus restos ingresaran a través de la puerta central, ésta debía ser cerrada
definitivamente. Cierto o no, cuentan que desde entonces la puerta no ha vuelto a ser
utilizada.
Como aparcamos justo
al lado, que en teoría está prohibido pero son las ventajas de contar con
chófer túristico con carnet de guía, es imposible tomar una fotografía frontal y completa de
la fachada de entrada, así que nos conformamos con la trasera y con la famosa
puerta, con lo que la ventaja se torna en desventaja.
El cementerio de
Punta Arenas es comparado con el más conocido de La Recoleta en Buenos Aires,
pero no puedo hacer una valoración de los dos porque el segundo no lo conocemos
in situ, solo por fotos, y en este de Punta Arenas no hacemos un recorrido completo, solo por algunos
lugares más emblemáticos del mismo, no podemos pasar la tarde de tumba en tumba
(con mayor cantidad de tiempo seguro que cerca de una hora hubiéramos paseado buscando los
detalles más bonitos o extraños o curiosos, porque en los cementerios se pueden
encontrar todo este tipo de detalles, aparte de desgranar la historia de la
ciudad y de los ciudadanos ilustres o anónimos). De todas formas creo que el de La Recoleta es más monumental en general.
Tras el portalón de
entrada hay una plaza, de la que parten varias avenidas flanqueadas por
cipreses recortados como si fueran gigantescos setos, de forma oval y a los que
solo les faltaba que por las noches cobraran vida; están realizados a forma de
un jardín inglés (esta es la teoría pero me parece que con su altura sobrepasan
la idea). En total hay 660 cipreses (mantenerlos tan bien cuidados y en su
forma debe llevar mucho trabajo y tiempo), y las avenidas de estos grandiosos setos dividen el cementerio
en sectores.
En la plaza destacan
dos mausoleos, el de la familia Kusanovic, familia de origen croata que llegó a
Chile tras la Segunda Guerra Mundial. Rectifico el dato de la llegada de esta familia por un comentario anónimo, de un descendiente, un nieto: los hermanos Vicente y Antonio Kusanovic Mihovilovic llegaron a Punta Arenas en 1895 y no
despues de la II Guerra mundial. El sitio del cementerio fue comprado
por ellos en 1913 y el mausoleo se construyo en 1914.
Y el mausoleo de la
familia Menéndez, el español que emigró a la Patagonia y se convirtió en "rey".
En la plaza también
hay una cruz en recuerdo al capitán Adolfo Andreser, que hizo ondear en la isla
Decepción la bandera chilena como señal de soberanía de Chile en la Antártida.
En el paseo pasamos al lado de la tumba de Doña Sara Braun, pero no tenemos fotografía de ella, supongo que al fotógrafo no le pareció lo suficientemente interesante y yo iba escuchando las indicaciones de Obdulio y no estaba pendiente ni de mi cámara ni de la cámara de mi partenere. Y es que el mausoleo es sencillo en comparación con estos, rematado con una cúpula ortodoxa, la cúpula cebolla, pero en lugar de ser dorada es negra, adecuada al entorno.
Fuente: panoramio by ramman
Un detalle curioso en
una de las tumbas, de una familia suizo-francesa, es el grandioso árbol plantado sobre ella.
Obdulio nos conduce
hasta uno de los extremos del cementerio, con un vallado singular y con vistas
a un campo de fútbol, y es que este deporte en Chile se vive (¡!) de manera muy
especial, hasta desde el "más allá".
Otro monumento funerario que es
curioso es el del Conde Graf Spee, construido en 1925 por la colonia alemana de la
ciudad en homenaje a los marinos caídos en la batalla de las islas Malvinas en
1914. Curiosos son los dos proyectiles y curioso es en sí mismo el monumento,
como un signo del poder de Alemania en el sur de Chile, porque no se trata solo de respeto a
los muertos y sus familias, sino de un claro y sentido homenaje patriótico.
En el cementerio hay
tumbas y mausoleos de los colonos que llegaron a esta tierra de todas las
partes del mundo, por lo que los apellidos son internacionales: alemanes,
croatas, escandinavos, franceses, británicos, suizos, italianos, griegos y por
supuesto, español. Junto a los mausoleos y panteones
arquitectónicamente impresionantes hay tumbas sencillas, casi todas (siempre
hay excepciones) con sus arreglos florales, aunque sean de plástico que son los
que soportan las inclemencias del tiempo y del viento que sopla en esta zona del país. Todos ellos cuentan, a su manera, más conocida o anónima, la historia del
sur de Chile.
Obdulio ya enfilaba
hacia la salida cuando le hago un requerimiento, acercarnos hasta el que recibe
el nombre de Monumento a los Indígenas. Mi petición le hace sonreír, no sé si
es que no suele incluirlo en la visita al cementerio por respeto o porque no lo
considera importante.
Es un monumento a los
indígenas, a los selknam, que murieron víctimas de las enfermedades durante el siglo
XIX. A los pies hay una placa que reza:
“El
indio desconocido llegó
desde las brumas de la duda
histórica y geográfica
y
yace aquí cobijado
en el patrio amor de la chilenidad
Eternamente”.
Más que el valor
artístico de la estatua, que no es de una gran realización, tiene un valor
espiritual, ya que es un lugar considerado como animita (como las que hemos ido
viendo en las carreteras, principalmente durante el trayecto de Calama a San Pedro de Atacama y de Punta Arenas a Puerto Natales. En este animita se realizan peticiones o favores y por ello está
rodeado de incontables placas de agradecimiento. Impresiona la fe de la gente y
el número de favores concedidos.
La avenida Manuel
Bulnes hoy luce más hermosa por el sol que la ilumina (y de paso algo nos
calienta). Me parece un paseo muy agradable para caminar, aunque la avenida tenga un tráfico continuo ya que es entrada y salida de la ciudad.
En esta avenida, un poco más arriba del cementerio, se sitúa el Monumento al Ovejero (mirar mapa de situación), realizado por
Germán Montero en granito.
El monumento consta
de un ovejero -por supuesto nada que ver con el propietario de la estancia,
sino con el trabajador de campo-, sus ovejas, perro y mula. Obdulio está muy
orgulloso de habernos traído hasta aquí y está empeñado en hacernos fotografías
de pareja entre las ovejas, y alguna nos hacemos para no desairarle, ya que para él parecía un lugar emblemático, no sé si solo turísticamente o como parte de la vida patagónica.
Si continuáramos por
la avenida Bulnes nos encontraríamos con diversos monumentos en ella, como el busto de
Manuel Bulnes y el Monumento al
Inmigrante Croata (mirar mapa de situación), al que vimos el día de nuestra llegada a Punta Arenas para emprender viaje por carretera a Puerto Natales.
Continuando por la
avenida se llegaría hasta la Zona Franca para realizar compras libres de
impuestos, a la que Obdulio parece tener cierto interés en llevarnos porque nos
la mencionó en varias ocasiones, pero nosotros no estábamos interesados en
comprar más, además de haber leído que no se obtienen tantas ventajas como se
le supone.
Buenas tardes, quería hacer una aclaración, respecto de la familia Kusanovic. los hermanos Vicente y Antonio Kusanovic Mihovilovic cuyos restos reposan en dicho mausoleo llegaron a Punta Arenas en 1895 y no despues de la II Guerra mundial. El sitio del cementerio fue comprado por ellos en 1913 y el mausoleo se construyo en 1914.
ResponderEliminarAtentamente
Un nieto de dichos pioneros.
Saludos.
Gracias por la aclaración, ya he añadido el dato que me aporta a esta entrada del blog. Siento el error cometido.
ResponderEliminarUn saludo.
Excelente información del cementerio de Punta Arenas, además demuestra lo hermoso que es.
ResponderEliminarEn Valparaíso personalmente visito el cementerio número 1 y 2 del Cerro cárcel, con todas sus historias y personajes ilustres, que engrandecen la cultura de la región y el país.
No he viajado a Punta Arenas y esto es un buen aliciente...Saludos desde Viña del Mar
Muchas gracias Peyuking por tu comentario. No nos faltan ganas de volver a Chile y disfrutar de tu país, y por supuesto Valparaíso es una asignatura pendiente, ya que por cuestión de tiempo no pudimos visitar esta ciudad, y tomo nota de pasar por el cementerio.
EliminarUn saludo.