Al vent, con el calçot al vent
Más que un viaje hoy toca relatar una pequeña escapada, aprovechando esa línea férrea de alta velocidad que hace que no estemos tan lejos como parece y que además sea cómodo viajar.
No hay piedras, no hay historia, pero hay vida, comida y sobre todo AMIGOS. De lo que puedo hablar es de los ingredientes necesarios, claro que de la amistad también se puede hablar y mucho, pero siempre es mejor actuar.
Como estábamos en época, 17 de marzo, el plato principal fue una calçotada, que es típica de la zona de Valls en Tarragona, y ya que estábamos en la provincia que mejor que un buen homenaje para todos.
Para una buena calçotada unos buenos calçots, una variedad de cebolleta.
Leña para hacer un buen fuego.
El fuego se pone en marcha.
Y se colocan los calçots sobre la rejilla para que se hagan bien tiernos.
Si hay un ingrediente primordial es tener un buen cocinero que esté pendiente para que no se queme la comida y con cuidado de no quemarse al meter la mano allí dentro, preparado con guantes para evitarlo.
En este momento lo que cuenta es la paciencia, esto no es cuestión de ponerlos y quitarlos, así que entre trago y trago, conversación y charla se nos va pasando la mañana y los calçots se van haciendo.
Lo típico para acompañar una calçotada, aprovechando ese fuego y esas brasas, es carne "light": butifarra, morcilla, panceta.
Por supuesto no puede faltar el pan tostado, aunque a estas rebanadas les falta "sucarles" (untar sacando el jugo) unos tomates con un chorrito de aceite para que estuvieran al punto perfecto.
Los calçots una vez hechos se envuelven en papel de periódico y se dejan sobre una teja para que guarden el calor. Se suelen presentar sin el papel sobre la teja, pero como esto es una reunión de amigos la parafernalia se puede saltar, que al fin y al cabo lo que queríamos era comer.
El calçot se pela para comerlo, es como quitarle un preservativo a la cebolla, porque solo se come lo tierno, la parte blanca, y las puntas verdes tampoco se comen. Con una mano sujetas por los tallos verdes y con la otra tiras de ellos, los quemados y negruzcos, para quitarlos.
Otro de los ingredientes importantes en una calçotada es la salsa, que es la salsa romescu o romesco que se elabora con tomate, pan, ajo, almendras, pimiento rojo, aceite y romero, por supuesto. Es una salsa de escándalo, en la que mojar el calçot es una delicia pero mojar el pan un auténtico pecado.
Esta no es una comida para "delicados", porque el calçot está lleno de brasas y este es el resultado.
Luego es el turno de la carne, que también se puede acompañar con unas mongetes, unas alubias blancas aliñadas con un chorro de aceite o no, pero nosotros también nos saltamos las legumbres y directamente fuímos a la grasa.
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