Sorprendente
Melbourne
Comenzamos un nuevo día por la ciudad y lo hacemos caminando con música setentera, de un grupo por supuesto australiano, Little River Band.
Desde el hotel salimos de
nuevo a Collins St, pero ahora vamos en la dirección contraria a la del día
anterior. El tramo de esta calle comprendida entre Swanston St y Spring St es
conocida como Paris End, al contar con galerías y tiendas de moda con nombres
conocidos y caros.
Collins St termina (aunque
realmente comienza por numeración) en el cruce con Spring St, donde se
encuentra el Old Treasury Building, construido en 1857 por el joven arquitecto
de 19 años J.J. Clark en estilo neorrenacentista, considerado como uno de los
edificios más bonitos del Melbourne decimonónico (sobre gustos no hay nada escrito, y yo nunca lo calificaré de feo pero como el más bonito tengo mis dudas).
Su función original era
albergar las riquezas que llegaban de los campos auríferos y ahora alberga el
City Museum, un museo que desgrana la historia del estado de Victoria desde la
época precolonial. También fue la residencia oficial del gobernador de
Victoria.
Al fondo del edificio se
intuyen unas palmeras que se encuentran en los Treasury Gardens, donde se
organizan conciertos por la tarde-noche y donde abundan los possums (grandes conocidos en Nueva Zelanda, conocidos por nosotros como zarigüeyas) entre los
ficus de Moreton Bay; pero no nos dio tiempo a llegar hasta estos jardines y
descubrir las especies animales y vegetales.
En un lateral la estatua de
un juez, periodista, miembro de la Cámara Baja, Sir George Higinbotham, natural
de Dublín.
A continuación del Old
Treasury Building, cruzando MacArthur St hay un pequeño triángulo con césped
con una fuente, Stanford Fountain, esculpida por el prisionero William Stanford
mientras cumplía su condena (estaba en restauración durante nuestra visita), y dos esculturas, una de
ellas del poeta Adam Lindsay Gordon, que también fue policía montado, jockey y
político (completo sí que era el hombre).
“Two things stand like stone: Kindness in another’s
trouble, Courage in your own” (frase de la que no termino de captar el
significado se encuentra en uno de los laterales del pedestal).
Más adelante en Spring St se
encuentra Parliament House, un edificio construido a mediados del siglo XIX,
donde se reúne el consejo legislativo en una elegante (supuestamente porque no
entramos) sala corintia, siendo una copia de la Casa de los Lores de Londres
(si es una copia tiene que ser efectivamente elegante y preciosa). Cuando no
hay sesión se ofrecen visitas gratuitas de media hora.
En la foto al fondo se ve
los tranvías gratuitos del City Circle Tram, donde se estaba formando una cola
interesante para subir porque la lluvia comenzaba a caer con fuerza.
Detalle de una de las bonitas
farolas coronadas que flanquean la fachada y las escaleras del Parliament House.
Tras el edificio del
Parlamento se encuentra un pequeño jardín, de nombre, no podía ser de otra manera,
Parliament Garden, del que tenemos que pasar de largo por aquello del
aprovechamiento del tiempo a gusto del consumidor turista.
Frente al Parlamento el
majestuoso edificio del Windsor Hotel, una alternativa decimonónica que
descarté como alojamiento en favor de las vistas (que ya veremos), porque los hoteles con historia nos suelen gustar. El hotel es
un icono de Melbourne que ha alojado a reyes, primeros ministros, dignatarios y
ricos australianos que se inauguró en 1883. Sus paredes fueron testigo de la
redacción de la Constitución de 1900, y tomar un té en su salón sigue siendo
una tradición (ni a tomar un té nos dio tiempo y esto si que nos hubiera gustado y mucho).
En el cruce de Spring St con
Bourke St se puede contemplar, de momento, la conjunción del tiempo en la
arquitectura nuevamente, son esos pequeños (o grandes) detalles que el ojo encuentra y agradece, además de evocarnos a su modo a nuestra querida y añorada New York.
Más adelante, haciendo
esquina con Little Bourke St se encuentra el Princess Theatre, que recuerda
fechas pasadas, y diferentes a juzgar por el rótulo en su fachada lateral; algo a conservar y no dejar perder, manteniéndolo en buen estado y protegiéndolo. El teatro fue construido
en 1886.
En Melbourne ya están
preparados para las eventualidades del transporte público, bien porque son
previsores por naturaleza y no les gusta despistar a los ciudadanos o porque
las averías en los trenes-metro son más comunes de lo que deberían.
Volvemos hacia atrás por
Spring St y a la altura del Old Treasury Building giramos por MacArthur St y en
el cruce de esta con St Andrews Place nos vuelve a sorprender, como en la
Childrens Fountain, una escultura cultural. Se trata de rocas fósiles,
rocas sobre las que se ha colocado el grabado de esqueletos de animales
característicos del país, entre ellos una rana, un lagarto (o cocodrilo pequeño
diría yo), una tortuga y el famoso platypus, el ornitorrinco.
Continuamos por St Andrews
Place para girar luego por Parliament Place, donde se encuentra la Tasma
Terrace, un ejemplo de las casas adosadas victorianas con balcones de hierro
forjado que fueron construidas entre 1878 y 1887 y ahora alojan la sede del
National Trust.
Frente a estas casas en un
pequeño jardín, Burnston Reserve, se encuentra la escultura Great Petition, obra de
las esculturas Susan Hewitt y Penelope Lee que fue concebida para
conmemorar el centenario del derecho a voto de las mujeres en el estado de
Victoria.
En 1891 se recogieron más de
30.000 firmas para presentar al Parlamento solicitando el voto de la mujer. Fue
llamada la Monster Petition porque las firmas fueron recogidas en un papel de
260 m de largo, que luego fue pegado a un tejido y enrollado a un eje de
cartón, necesitándose tres personas durante tres horas para desenrollar la
petición de los tres carretes que se montaron.
La petición se presentó al
Parlamento en septiembre de 1891 con varios puntos reivindicativos: el gobierno
del pueblo significa todo el pueblo, no la mitad del pueblo; todas las personas
adultas debían tener voz en la proclamación de leyes que luego estarían
obligados a obedecer…; en definitiva, que la mujer tenía derecho a votar en
igualdad de condiciones que los hombres.
El sufragio femenino fue otorgado finalmente en 1908.
Una vez conocida la historia ¿A qué se entiende perfectamente la escultura? A nosotros nos gustó mucho y allí no la conocíamos, nos la encontramos. Yo personalmente tuve la sensación que era envolvente (y no es juego de palabras con el papel) y preciosa, la belleza del arte con sentimiento.
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