Emulando
a Cocodrilo Dundee y encuentro con la Serpiente del Arco Iris
Después de disfrutar con el
menú ilustrado en las piedras comenzamos a subir por las rocas, hay unas
flechas indicando el camino más cómodo, pero de cómodo no tiene nada.
Se llega a otro abrigo
rocoso con nuevas pinturas, donde se ve un canguro y una persona, esta parece
que tiene un didgeridoo a la derecha y una escopeta a la izquierda, supongo que
más que escopeta será algún tipo de instrumento de caza de forma similar;
aunque también es cierto que los aborígenes siguieron pintando en los abrigos
hasta el siglo XX, aunque también podría ser un didgeridoo de repuesto...
También hay un dibujo de una
tortuga, por lo que parece de cuello largo.
A la izquierda de la
tortuga, un aviso sobre cocodrilos y más figuras humanas que hablan sobre las
leyes para vivir.
Sobre las leyes de
convivencia, a los niños se les enseña a respetar las leyes y el castigo que
conlleva el quebrantarlas; estos dibujos recuerdan la historia de una joven que
desobedeció los tabúes alimenticios comiendo barramundi (no sé porque no podían
y si era un cuestión de sexo porque se trata de UNA joven), siendo castigada
severamente, a lo que siguió una lucha entre clanes, en la que murieron muchas
personas. Los mayores cuentan esta historia a los jóvenes con las lanzas
apuntándoles.
Las dos figuras en tono más
rojizo son las que hablan del aviso sobre los cocodrilos. Cuenta la historia de
las hermanas Namargarn, que solían jugar junto a la desembocadura del río East
Alligator, donde se escondían la una de la otra cambiándose por cocodrilos. Un
día una hermana le dijo a la otra: “Vamos hermana, cambiémonos a cocodrilos y
matemos a alguien, no importa que sea aborigen ni lo que diga la tribu”.
Las hermanas viajaron hasta
un manantial cerca de Point Farewell llamado Gungarn’derdi, donde se
convirtieron en cocodrilos. Con esta forma las hermanas siempre saben donde
están sus víctimas porque tienen poderes extrasensoriales tanto por encima como
por debajo del agua por las escamas en su espalda, sobre el cuello.
Las hermanas sujetan en sus
manos cadenas (supongo que varas finas de madera) como las que suelen llevar
las mujeres mayores aborígenes y con las que realizan formas de la vida salvaje
y relámpagos, actividad en la que participan los niños para aprender más de su
entorno.
Muy curiosas e interesantes
resultan estas historias aborígenes.
Por detrás de este abrigo
rocoso se continúa subiendo para acceder al mirador de Nardab, un camino de
solo 250 m subiendo como cabras por las rocas, desde donde se contempla la
llanura aluvial y donde Cocodrilo Dundee se sube para contemplar
el paisaje. Que hable el paisaje por sí mismo:
Es increíble lo que la naturaleza
puede provocar en el espíritu, y da lo mismo estar rodeado por cientos de
turistas pululando por las rocas, es la sensación especial de estar allí viendo
lo que vemos, que si no fuera por la excursión programada y el tiempo
establecido en cada visita, una se olvidaría de todo allá arriba y se quedaría
en paz.
En un conjunto de piedras me
voy directa a jugar, forman un agujero triangular por donde asomar la cabeza,
voy completamente decidida a hacerlo pero según me estoy tirando por el suelo y
arrastrándome para asomarme me voy fijando que entre las rocas hay muchas
telarañas, así que me levanto escopetada, en Australia existen multitud de
especies de arañas, entre ellas una de las más mortales…
Un pensamiento sobre la
cultura de los aborígenes: ellos pertenecen a su tierra, y su alma nace de la
tierra y vuelve a ella después de su muerte. Este pensamiento es de los más
universales, la única y sustancial diferencia es el respeto con que los aborígenes tratan a
la tierra, no como algo a explotar salvajemente, sino como un ser al que cuidar
y proteger, al que devolver lo que te da amablemente…es otro mundo y así lo
conocí en el libro Las voces del desierto de Marlo Morgan.
Bajamos del mirador y nos
dirigimos hacia otra pared con pinturas, donde se desgrana algo más del Tiempo
de los Sueños.
Durante la creación del paisaje
donde nos encontramos Garranga’rreli lo visitó como la Serpiente Arco Iris, y
se dibujó en la pared como recuerdo para las personas. Cuando se habla de
ella a las jóvenes aprenden sobre la pubertad y como comenzar su vida como
adultas.
La Serpiente del Arco Iris
es muy conocida en el norte de Australia, como uno de los antepasados más
poderosos de la creación. Los aborígenes recuerdan su poder durante los meses
de la estación de lluvias cuando el arco iris aparece en el cielo.
Alrededor de esta pintura se
ha colocado una línea de silicona, aunque también parece ser que se ha colocado
una capa muy fina sobre la propia pintura, como medida para proteger las
pinturas (esta técnica se ha utilizado en casi todas las pinturas que hemos visto) ya que al utilizar pigmentos
naturales muy solubles son muy sensibles al agua y con las lluvias irían
desapareciendo.
La Serpiente vive tranquila
en los cursos de agua, pero puede ser molestada por algunos ruidos,
especialmente por el llanto de los niños. Un día la Serpiente oyó los llantos y
gritos de un niño de un campamento aborigen, Ulbu, que lloraba porque quería
comerse unas raíces dulces, y cuando llegó la noche por error le dieron raíces
amargas, con lo que sus gritos fueron más fuertes y continuaron hasta por la
mañana.
De repente se levantaron
frías ráfagas de viento, que eran una señal de que el arco iris aparecería. La
Serpiente salió del campo, atrapó a la gente con su cuerpo, y se los comió,
incluido el niño.
Por ello, no es normal ver a
los niños aborígenes llorando sin consuelo.
Son como nuestras fábulas,
con moraleja y todo.
Otra de las pinturas es un
aviso sobre la salud. Los huesos, las juntas de los huesos, de la persona del
dibujo han sido hinchados por Miyayima, una enfermedad que se puede contraer si
se molestan las piedras de un lugar sagrado que se encuentra río abajo, cerca
del East Alligator River.
Una de las razones por la que los aborígenes están tan preocupados por la protección de sus lugares sagrados es que si se molesta alguno de ellos puede ser extremadamente peligroso para todo el mundo, con lo que no solo es autoprotección sino que miran por toda la humanidad.
Si fuera por Tim no nos hubiéramos enterado de nada, él iba a su ritmo, y ya se dedicaba especialmente a sus clientes hablantes en inglés, el resto éramos como un rebaño; menos mal que los paneles nos explicaban lo que veíamos. Y así, con paciencia allí y aquí traduciendo estos paneles desgranamos algo más del Tiempo de los Sueños; allí los compartimos con turistas italianos, que andaban más perdidos que nosotros. Pero en esto de los viajes, la máxima es llegar y ver.
Terminada la visita de esta
zona de Ubirr nos volvemos al autobús, por un paisaje con vegetación bastante seca. En la zona
nuevamente hay otros caminos más largos para recorrer, y visto el paisaje que
hemos visto tanto desde abajo como desde arriba estoy segura que merecerá la
pena hacerlo, aunque habrá que tener cuidado con los cocodrilos y mantenerse en
los senderos.
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