Tormentas de rayos y truenos en el Tiempo de los Sueños
Por la mañana la chica que
atiende la recepción es de Colombia, con lo que no tarda en descubrir nuestro
inglés pobretón y podemos entendernos muy bien para dejar las maletas grandes
en consigna, solo nos llevamos dos de mano para la excursión de dos días que tenemos por delante.
Cuando estamos terminando el
desayuno tan temprano llega nuestro conductor, Tim, a recogernos, y en este encuentro nos pareció
agradable pero... y ahora las cosas las veo con distancia pero escribo sobre las sensaciones del momento. Después realizamos la recolección del turista por los hoteles de Darwin hasta casi llenar el
autobús e irnos de aventura.
Darwin se encuentra en el
norte de Australia (mapa), en el llamado Territorio del Norte (no se
complicaron demasiado con el nombre), donde las comunidades aborígenes han
sobrevivido más intactas que en otros estados, principalmente debido a su
número y a su determinación de conservar su identidad.
Debido a su proximidad a
Indonesia y las islas del Pacífico ha sido durante mucho tiempo la puerta de
acceso de la inmigración.
Los intentos de poblar el
extremo norte obedecían principalmente al deseo británico de adelantarse a franceses y holandeses, levantando tres
fortificaciones entre 1824 y 1838, pero ninguna ha perdurado. Más tarde, el
deseo de encontrar más tierras de pastoreo y rutas comerciales animó a los
especuladores de Queensland y Australia Meridional a explorar este indómito
norte. Los gobernadores de Australia Meridional se anexionaron el Territorio
del Norte en 1863 y el autogobierno de esta región no llegó hasta 1978 y hasta
el 2000 no se convirtió en el séptimo estado de Australia (historia de ayer
mismo).
Desde mediados de la década
de 1860 hasta 1895, miles de ovejas, reses y caballos fueron conducidos por
tierra a inmensos asentamientos ganaderos (volvemos a la película Australia y lo hacemos con la canción que suena con los títulos de crédito si no recuerdo mal).
A principios de la década de
1870, durante las excavaciones para el tendido del telégrafo entre Adelaida y
Darwin, se descubrió oro, llegando muchos buscadores chinos y asiáticos, y
aunque los hallazgos de este mineral fueron insignificantes se descubrieron
otros, como el uranio, creando una minería motor de la economía de la región (a un precio radioactivo claro).
Estamos en el Extremo Norte
del Territorio del Norte, conocido como el Top End, que con este nombre casi
parece el fin del mundo.
Nos vamos al Parque Nacional de Kakadu, un humedal
de 20.700 km2, 153 km al sudoeste de Darwin, que es el parque
nacional más grande de Australia. El nombre proviene de la lengua aborigen gagudju, que se hablaba a comienzos del
siglo XX en la zona norte del parque pero que ya no se habla regularmente. Fue
declarado Patrimonio de la Humanidad y está administrado conjuntamente por
Parks Australia y los propietarios tradicionales, los bininj en el norte y los
mungguy en el sur. La entrada al parque cuesta 25AU$ y es válida para 14 días
desde la fecha de entrada, por lo que no es cara si se aprovecha por toda la
región, sobre todo en comparación con el precio de la entrada al Parque Nacional de Uluru - Kata Tjuta que sólo era para
tres días por el mismo precio.
El poblamiento de Kakadu se
remonta a 20.000 años, encontrándose más de 5.000 yacimientos con galerías de
arte rupestre aborigen, en su mayoría cerrados al público, bien por la
dificultad para llegar a ellos bien por ser lugares de gran transcendencia espiritual
para los aborígenes, ya que estas pinturas son los archivos de su cultura.
Durante la estación lluviosa
los arroyos que atraviesan la meseta rocosa se despeñan convertidos en
atronadoras cataratas, corriendo después a través de las tierras bajas hasta
anegar las vastas llanuras del norte de Kakadu, y la fuerza del agua es tanta
que hay zonas a las que no se puede llegar; por ejemplo, zonas que en
septiembre están completamente secas se cubren de más de 3 m de agua en
diciembre. Al retirarse las aguas, algunos brazos muertos de los ríos y cursos
fluviales se quedan aislados pero no llegan a secarse del todo, son las
llamadas billabongs, pozas que se
cubren de nenúfares.
Kakadu alberga más de 290
especies de aves, casi un tercio de las de Australia, de las cuales el 10% son
únicas en el parque, 25 clases de ranas, 51 especies de peces de agua dulce, 120
especies de reptiles, 68 especies de mamíferos y más de 10.000 variedades de
insectos (estos son los que menos me gustaría conocer). Pero las estrellas para la mayor
parte de los turistas son los cocodrilos, tanto los de agua dulce, con el
hocico estrecho y más tímidos, y los más grandes y temibles cocodrilos de agua
salada (saltwater), que pueden llegar
a medir hasta 7 m, que no solo viven en los estuarios sino que también lo hacen
en los pantanos y billabongs; como detalle algo estremecedor, entre
1940 y 1970 estuvieron cercanos a la extinción debido a su caza indiscriminada,
con lo que tuvieron que ser protegidos a partir de 1971. En plantas también hay
gran variedad, más de 1.700 especies.
En esto de los cocodrilos, curiosa
es la historia de la pata de cerdo que se pudre sobre aguas salobres, si la pata permanece es que no hay cocodrilos
alrededor…parece mismamente la película Cocodrilo
Dundee.
Una medida de precaución,
según dicen, para los turistas y pobladores es que los cocodrilos más agresivos
son trasladados a zonas despobladas o granjas del Territorio, hasta 250
animales todos los años son “evacuados” de los cursos de agua del Top End,
incluido el puerto de Darwin (es que llegan a todas partes). Si se encuentran
con alguno malo pero no rematadamente agresivo lo arponean para que aprenda que
los humanos pueden ser más peligroso que ellos. ¿quién es el humano?
La población de cocodrilos
está regulada: parte de los huevos, hasta cincuenta en un nido, se recogen y se
incuban en granjas, donde a los tres años acaban convertidos en zapatos, bolsos
y artículos de souvenirs varios.
Salimos de Darwin con el
amanecer, que es de un círculo rojo brillante precioso, pero desde el autobús
es imposible hacer una foto decente para enseñar, así que este será un momento de la memoria y que
en este blog no podré encontrar.
Circulamos por una carretera
recta en la que a ambos lados aparte de la vegetación, hay unas pequeñas
montañas de tierra, muchas montañas de esta clase, son termiteros gigantes, que están orientados al norte para mantener
baja la temperatura. Parece un cementerio muy particular en algunas zonas, pero
desde el autobús nuevamente no sale ni una foto en la que se puedan distinguir
con claridad. Para verlos de cerca y caminar entre cientos de ellos hay que ir al Litchfield National Park, pero
en este viaje nosotros no tenemos tiempo, desafortunadamente, porque pasear
entre estos “túmulos” debe ser una sensación diferente (y lo digo yo, la asustadiza ante los insectos).
Hacemos una parada técnica
en Bark Hut In, un restaurante-bar
que parece un museo de los horrores, tanto en decoración como en animales que
cuelgan de sus paredes: una barramundi gigante, una cabeza de jabalí…No es que
sea bonito el lugar pero parece que es típico y una parada casi obligatoria en
este viaje hacia Kakadu.
El paisaje va cambiando, comienzan a aparecer ríos y humedales.
Tras más de tres horas de
viaje llegamos a nuestra primera visita, Nourlangie
Rock, una formación de arenisca con franjas de colores naranja y negro, con
abrigos rocosos en su base.
En un paseo de
aproximadamente 1 km se llega hasta los abrigos rocosos con pinturas en sus
paredes.
En las primeras de estas
pinturas se distinguen claramente un canguro y un emú.
La siguiente pintura
representa un ritual de danza, los movimientos de estas danzas dependen del significado
de la ceremonia, y seguramente se
acompañaría por un didgeridoo y por otro instrumento de percusión, dos palos
que se chocan.
Se continúa por el abrigo y
se llega a la representación de Nabulwinjbulwing, un poderoso espíritu que come
mujeres después de golpearlas con un ñame (una especie de tubérculo).
Se termina en la formidable
y sorprendente Anbangbang Gallery,
con representaciones del Tiempo de los Sueños, cuya explicación se encuentra en
un panel pero no da muchas pistas sobre su significado, nos dejan ver las
pinturas y nos cuentan algo de sus personajes pero no su historia completa, el Tiempo de
los Sueños no está a nuestro alcance conocerlo y creo que tampoco estaríamos
preparados para entenderlo.
En esta pintura, en la parte superior a la
derecha se encuentra Namarrgon, el hombre relámpago o el hombre rayo, que lleva
la luz a su alrededor uniendo piernas, brazos y cabeza. Las hachas de piedra
en sus rodillas y codos producen el trueno al friccionar. El lugar donde vive
ahora se puede ver desde el mirador de Gunwarrde warrde (al que no tuvimos la
fortuna de ir). Las espectaculares tormentas eléctricas que ocurren aquí cada
año son un recuerdo de Namarrgon.
A la izquierda del hombre
relámpago se halla Ginga, el gran cocodrilo de agua salada. Namarndjolg y su
hermana quebraron la ley del incesto sobre la roca que se encuentra encima de
esta galería, y desde este momento él paso a ser Ginga. En la cultura aborigen
el incesto no sólo se refiere a lazos sanguíneos, también se pueden referir a
miembros de la comunidad con la misma responsabilidad (esto suena bastante
extraño).
En la parte inferior de este
panel la figura superior de color blanco es Barrjing, la esposa de Namarrgon.
Los dos son los padres de Aljurr o el saltamontes de Leichhardt, que surgió
cuando se desató la primera tormenta (un nacimiento diferente). Los tres vinieron desde la costa norte
buscando un lugar donde asentarse. Aljurr es el rayo actual y su nombre
significa pequeño rayo, pero adopta la forma de un saltamontes de color azul y
naranja. Cuando los aborígenes ven los saltamontes en los montes y bosques, que
suelen entrar durante la temporada de tormentas en busca de Namarrgon, saben
que es tiempo de buscar refugio (viene una buena tormenta).
Las figuras de abajo son
hombres y mujeres que se dirigen hacia una ceremonia; las dos mujeres que se
ven a la izquierda tienen manchas en sus senos, que indican que están
amamantando a los niños.
Sobre el grupo se ven varias
pinturas de Guluibirr, el pez Saratoga, que se pesca en los ríos de la zona.
Estas historias, traducidas de los paneles que afortunadamente las explican, contadas por un aborigen
tienen que alcanzar mayor significado a nuestros oídos y nuestra alma, sobre todo si él es creyente del Tiempo de los Sueños y sus ancestros, pero
aquí tenemos al frío Tim que no muestra grandes sentimientos ni se esfuerza
demasiado con los no parlantes en inglés, o a los paneles, de los que por lo
menos extraemos más información, pero es igualmente fría.
Vistas las pinturas nos
vamos al autobús, aunque la zona tiene diferentes senderos para caminar, de
diferentes distancias, y dos miradores, el ya mencionado de Gunwarrde warrde y
el más cercano Nawurlandja, a sólo 600 m desde el abrigo de las pinturas, pero
no tenemos tiempo ni para intentar recorrer esta pequeña distancia; el tour es
totalmente estricto.
Paramos a comer en un
restaurante, pocos sitios hay en el parque donde comprar o comer, que es un
detalle a tener en cuenta si se entra con transporte propio, donde comemos de
buffet y nos relacionamos con varios de los pasajeros del autobús, muchos
neozelandeses simpáticos y una suiza que viaja sola, un poquito chiflada ella
pero también agradable. La comida totalmente occidental, nada diferente, extraño o curioso.
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