Pukulpa
pitjama Ananguku ngurakutu (Bienvenidos a Anangu Land)
Tras la comida comienza la
excursión, una de las más solicitadas en Australia, la visita al mítico
monolito Uluru, tan conocido internacionalmente como la Sydney Opera House, y
uno de los símbolos del país, que se encuentra en el Uluru-Kata Tjuta National
Park, parque establecido en 1958 con 1.320 km2, que fue declarado Patrimonio
de la Humanidad en 1987.
En 1985 el territorio fue
devuelto a los aborígenes anangu (pitjantjatjara y yankunytjatjara),
recuperando sus nombres, que lo han cedido al parque nacional del Estado
durante 99 años, recibiendo un 20% de los ingresos de la entrada (25AU$ para
tres días consecutivos) y una compensación anual. Desde este año hay una
colaboración entre el gobierno y los aborígenes para gestionar el Parque
Nacional.
En el camino las señales en
la carretera marcan la diferencia.
Lo de los camellos necesita
una explicación, porque esta señal causa extrañeza, ¿camellos en Australia?
Este animal fue introducido a mediados del siglo XIX para la exploración del
país y además se utilizaron como último medio de transporte entre Darwin
(norte) y Alice Springs (Red Centre), ya que en la localidad de Oodnatta se
terminaba la línea; y este fue el motivo que el tren que realiza, ya
completamente pero con sus problemas, la ruta completa (finalizada en 2004, lo que demuestra la dificultad de su trazado) entre Darwin y Adelaida (sur) reciba
el nombre de Ghan, por los camelleros y camellos afganos que llegaron al país,
a este peculiar desierto.
Caminemos con música:
Esta roca, este espectacular
monolito, es uno de los más grandes del mundo, con 350 m de altura, y sí por
fuera impresiona, aún lo hace más saber de su interior aunque no se pueda ver,
ya que los geólogos creen que sólo aflora el 10% de su totalidad,
introduciéndose en la tierra unos 5 km. Su edad se calcula en 600 millones de
años y está formado por una roca sedimentaria llamada arenisca arcosa, una
arenisca de grano grueso rica en feldespato que se forma al erosionarse el
granito.
El explorador Ernest Giles
fue el primer europeo en encontrarse con esta roca en 1873 y al año siguiente,
William Grosse lo escaló con un camellero afgano, poniéndole de nombre Ayers
Rock, en honor del primer ministro de Australia Meridional, Henry Ayers.
Actualmente recibe los dos
nombres, el original aborigen que poco a poco se va imponiendo, Uluru, y Ayers
Rock. Yo sin duda me quedo con el primero.
Para los aborígenes cada
zona, cueva o grieta del Uluru posee un significado y la roca es el símbolo de
la creación del mundo, por lo que es sagrada, tremendamente sagrada, y formaba
parte del walkabout de iniciación a
la cultura propia pero el turismo los ha echado de allí, vale que por dinero,
pero si no hubiéramos llegado no hubieran conocido el trueque ni muchos otros
conceptos que para nosotros puede que no sean malos pero que para ellos creo
han resultado dañinos.
Los anangu creen que Uluru
fue creado por espíritus ancestrales que también les dieron las leyes de
comportamiento social que siguen manteniendo, y además se consideran
descendientes directos de estos seres, por lo que se sienten responsables de su
protección.
Uluru cuenta la historia del
enfrentamiento entre dos serpientes: Liru, la venenosa, de sexo masculino, que
habita en las mulgas (acacias), y Kuniya, la mujer pitón que se cobija en el
interior de la roca gigante.
Una gran parte de los
turistas viene para escalarle, en una ascensión que no parece fácil, en la que
la primera parte es bastante inclinada y hay una cuerda-cadena para sujetarse a
ella.
Hay varios carteles, uno
hasta en español alertando de los peligros de escalar el Uluru, donde cada año
al menos muere una persona, despeñada o por un fallo cardíaco. La subida es de
1,6 km ida y vuelta y dependiendo del ritmo y las fuerzas puede durar unas dos
horas. En la ladera de subida hay algunas placas en recuerdo de los fallecidos,
pero las cruces se tuvieron que retirar porque eran también consideradas
atracción turística para hacerse fotos (¿antes y después? ¿yo sobreviví?) –el
ser humano en ocasiones pierde los dos adjetivos, ser y humano-.
También hay un ruego de los
aborígenes, la roca es sagrada y como tal no puede ser considerada una
atracción turística sino cultural, por lo que piden que no se escale. Esta
posibilidad la tendremos pasado mañana, pero ya desde Madrid teníamos decidido
no hacerlo, y no por falta de ganas, tanto por la roca como por el reto, pero
la pregunta para nosotros es clara ¿nos gustaría que ellos escalarán la
Catedral de Burgos? ¿nosotros la escalaríamos?. NO, definitivamente NO, y no
hace falta entender o comprender solo respetar, por mucho que pagar la entrada te dé
el derecho a hacerlo. Yo espero que no dentro de mucho tiempo este ascenso esté
prohibido, sino ocurre puede significar que el fin de la cultura aborigen ha
llegado, como lo está haciendo poco a poco a pesar de los esfuerzos de algunos
miembros de las tribus con la colaboración de australianos no aborígenes. También reconozco
que con treinta años menos y seguro que lo hubiera escalado sin considerar
ninguna razón, más que la propia que no era razón ninguna, y la juventud y el desconocimiento no serían justificación suficiente.
Esta tarde lo que hacemos es
caminar un poco alrededor del Uluru, por el camino llamado Mala Walk, de unos 2
km ida y vuelta, descubriendo su grandiosidad y sus formaciones ocasionadas por
la erosión del viento y el agua; en este caso parece una ola para hacer surf,
cuyo acceso está cortado precisamente para evitar a los turistas deseosos de la
foto graciosa (que incita por supuesto a hacerla) y porque como ya he
mencionado las grietas se creen que fueron realizadas por seres mitológicos y
por lo tanto tienen un significado concreto, siendo sagradas.
Llegamos al lugar conocido
como Mala Puta, que suena en español francamente mal, pero que para los anangu
es un lugar sagrado de las mujeres, la cueva es la bolsa de la mujer
liebre-wallaby.
El wallaby es un canguro
pequeño, como los que vimos en el Taronga Park Zoo, pero no puedo explicar más sobre
esta cueva, sus orígenes y su significado, supongo que al ser comparada con la
bolsa donde crecen los canguros y ser un lugar sagrado para las mujeres debe
estar relacionado con la fertilidad.
Lo que también llama la
atención es que no solo prohíben el acceso sino también las fotografías (en
esta ocasión nos la saltamos y no la respetamos, y no lo escribo precisamente orgullosamente), prohibición que más adelante
veremos que va mucho más allá y además enlazaremos con la película Australia.
Lo poco que he creído
comprender (nada seguro) es que para los
aborígenes las fotografías captan el espíritu, sería como captar la energía del
Uluru, y además estas fotografías estarían en manos de profanos, simples
turistas.
Para complicar más la teoría
cultural aparece la teoría económica, si se realizan fotografías con fines
comerciales se debe pedir, obtener y pagar un permiso del consejo local, y
además los turistas que las cuelgan en sus páginas web estarían incurriendo un delito…la
parte cultural sin comprenderla la respeto pero cuando se suma la parte
económica de un modo tan desproporcionado se pierde parte de la causa.
De todas formas creo que los
aborígenes han aprendido que no les respetamos y nos dejan el anzuelo de algunos
elementos significativos para que los fotografiemos, sabiendo que lo haremos, y
otros, que a lo mejor a nuestra vista no son nada para ellos son más
importantes y no los mencionan ni los marcan en el camino (todo es un suponer mío).
En un pequeño abrigo se
conservan pinturas aborígenes, no en muy buen estado, e incluso parece que se
ha pintado encima de ellas en plan guasa.
En ocasiones parece que el
Uluru tuviera una cáscara que se fuera rompiendo, que hasta podría ser una
paradoja de la pérdida de la cultura aborigen si esto no fuera simple
naturaleza, un proceso geológico por la composición del monolito, para nosotros los profanos e incrédulos.
Continuando el camino se
llega a Kantju Gorge, la garganta Kantju.
La teoría es que por estas
hendiduras cae el agua en época de lluvias, pero estamos en la estación seca y
no hay ni una sola gota desgraciadamente; nuestra guía nos comenta que hace años que
ella no ve este espectáculo que debe ser mágico. El agua se recoge en una
pequeña poza, que ha sido utilizada tanto para la supervivencia de los hombres
como de los animales, además también ha servido para las ceremonias rituales.
Esto es lo que estaba mirando hacia arriba:
Pero no nos olvidamos de
mirar a nuestro alrededor y su flora. Los aborígenes quemaban los spinifex
(arbustos pequeños) porque una vez calcinados aparecían los canguros y los
emúes, los que les proporcionaba su caza y carne para varios días, y de las
mulgas (acacias) extraían unas hormigas de miel (tienen el cuerpo como una bola
de miel).
Por desgracia no podemos
seguir caminando y emprendemos el camino de regreso al autobús, pero este Uluru
es muy especial para intentar hacer el recorrido por su base, de casi 10 km,
que puede durar unas tres horas, porque es más desde abajo desde donde se capta
su poderío y su esencia, aparte de ir conociendo sus secretos, aunque estos
mejor se revelan en las caminatas que se pueden hacer con guías aborígenes, que
enseñan su cultura, la relación tan especial que tienen con Uluru y la naturaleza, y sobre todo las ganas de que
sobreviva a los tiempos que corren, pero su conocimiento de la creación, el que
llaman dreamtime, tiempo de los sueños, esto solo es para su
raza.
Para seguir en el Uluru, nos
vamos a la mañana siguiente, tras la primera visita del tour, volvemos a él
para hacer una última excursión, y de paso ver parte de su otro lado, donde hay
se encuentran más piedras amontonadas a su alrededor.
Pero la mole de piedra sigue
siendo una inmensa mole que acoge vegetación.
Por el Kuniya Walk, de 1 km
ida y vuelta, se llega a Multitjulu Waterhole, una poza de agua donde los
anangu se cuentan las historias de la creación y otras leyendas. Ellos creen
que esta poza es el hogar de una ancestral serpiente de agua, wanampi.
El Uluru sigue presentando
oquedades en su fisonomía, seguramente el hogar de otros ancestrales animales, reales o
mitológicos, pero a los que no tenemos acceso para conocerlos.
Nos acercamos a otra cueva
con pinturas, que están mejor conservadas que las que vimos la tarde anterior.
Con un panel explicativo del
significado de los símbolos pintados en ella.
Pero Uluru no es solo la
piedra, los alrededores también hechizan, es un desierto con mucha vida,
con muchas imágenes que se plasman en fotografías o en los recuerdos.
¿África o Australia?
De nuevo la naturaleza nos
ha sorprendido, además han ido acompañadas de historias, incomprensibles pero
curiosas, con lo que Uluru nos ha emocionado, de nuevo la realidad ha superado
a la expectación.
Un mapa para situar las
rutas y los puntos de interés:
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