El vals de las mariposas
Kuranda es una localidad situada
en el rainforest y donde se reunían los hippies en los años sesenta, que
establecieron un mercado de artesanía. Actualmente mantiene este mercado y se
ha convertido en una ciudad-tienda, por ejemplo la calle Coondoo St es una
sucesión de ellas.
Una de las tiendas llama mi atención poderosamente, me produce una mala impresión, no me gusta ver esos muñecos así expuestos, y no creo que tenga que explicar nada porque ellos mismos lo hacen, creo que son algo típico porque estaban en dos o tres tiendas, pero no me pareció agradable su visión por la posición en la que los exhiben, si los pusieran de otra forma todo sería distinto.
Señales no faltan en la ciudad con lo que lo más difícil es perderse en ella, ¿Dónde tenemos que ir?
Entre las tiendas no faltan las de arte aborigen, una de ellas aparte de un bonito mural del dreamtime en una pared exterior lo que tiene diferente es el lugar donde se ubica, un barco, desconozco si es algún tipo de embarcación propia a tamaño más grande del natural. Lo que si se reconocen son los colores de la bandera de Australia aborigen: rojo, amarillo y negro.
Nosotros tenemos un solo destino en esta ciudad de los muchos que ofrece con mayor o menor interés o curiosidad, el Australian Butterfly Sanctuary, un santuario de mariposas o mariposario, cuya construcción carece de entramados y pilares para sostener el tejado.
Hay cientos, cuando no miles, de mariposas, que vuelan sobre nosotros continuamente y si te quedas quieto se te posan encima, pero yo no soy capaz de quedarme tan quieta cuando se aproximan a mí y me muevo para que no lo hagan (no quiero darles con la guía y acabar en comisaría).
De las 20.000 especies mundiales de mariposas, 382 son naturales de Australia. Detalles curiosos sobre ellas que aprendemos en este santuario, principalmente yo que mi relación con el mundo animal en general está más llena de lagunas que las de mi acompañante, es que algunas son venenosas como medio de defensa principalmente ante los pájaros, que bien mueren al morderlas o si se salvan aprenden a no volver a intentar comerse una de estos colores, con lo que algunas no venenosas copian el color de las venenosas ( han salido listas estas mariposas).
Otro detalle es que sus ojos son de forma hemisférica y tienen una visión global, ven lo que hay en los 360º, con lo que pueden emprender la huida antes de ser atacadas, y este vuelo suele ser con rápidos cambios de dirección, acto que no pueden realizar los pájaros (vamos, que los vuelven locos).
Las mariposas también emigran, y atraviesan largas distancias, cruzando continentes e incluso océanos, y cuando hacen esto último los expertos no se explican cómo pueden reposar de noche en alta mar.
Conozcamos algunas de ellas, aunque me puedo equivocar al nombrarlas, intento seguir la pequeña guía que compramos.
La negra con manchas blancas y azules es la Common Eggfly, y la gris con manchas en su cola naranja es una Orchard Butterfly.
Una Red Lacewing, según cuentan una joya en el rainforest, y una de las pocas de color rojo en el mundo, aunque no se distingue demasiado bien su color rojo.
La espectacular en colorido Cairns Birdwing, muy difícil de capturar en fotografía porque no dejaba de batir las alas continuamente, y cuando se posaba lo solía hacer juntando las alas, cuyos colores eran el verde y el amarillo.
Creo que es una variedad de Cruiser pero tengo dudas, como ella había muchas y era la que más se posaba sobre las personas con total tranquilidad (a mí me recuerda demasiado a las polillas, y seguro que es una blasfemia lo que escribo para los apasionados de estos animales).
Dos Common Eggfly, la de la derecha el macho, a la izquierda la hembra, y nunca dos hembras son exactamente iguales, presentan gran variedad en colores.
Otra de las espectaculares y
escurridizas para fotografiar, la Ulysses, de un color azul eléctrico
precioso, que es uno de los símbolos del Norte de Queensland, cuya vida es de
las más cortas, solo dos semanas. En el rainforest de Mamu tienen una colonia
pero allí no vimos ninguna y eso que nos esforzamos en buscarlas. Este es un
macho, que tal y como se dirige al cartel parece un cromo que fuera buscando su sitio.
No
faltan los cuencos con alimento, trozos de naranja principalmente, donde continuamente se posan las mariposas.
Se puede entrar en el
criadero de mariposas, donde cuidan las plantas donde posan los huevos las
mariposas y luego recogen los gusanos que serán crisálidas; tenemos la
oportunidad de ver como realiza esta tarea una de las trabajadoras y saca casi de
cada hoja de una planta un gusano, y tiene plantas allí dentro para asustar,
pero es normal con la vida tan efímera de las mariposas que tengan que estar criando a gran velocidad.
Es muy curioso ver que cada mariposa tiene su propia forma de gusano, aunque sería lógico pensarlo viendo la variedad cromática pero sinceramente nunca me había dado por pensar en ello. Lástima que no tomara notas de a qué mariposas corresponde cada uno de los gusanos. Creo recordar que el segundo gusano corresponde a la Cairns Birdwing, el tercero con total seguridad corresponde a la Ulysses, curiosamente el gusano es verde para luego ser de alas azules.
Para terminar hay una
pequeña exposición de fotografías, donde llama la atención y asusta (por lo
menos a mí) en particular esta, no me veo en esta pose.
También hay mariposas
disecadas para poder conocerlas y reconocerlas, sobre todo a aquellas que no se
han dejado revoloteando sin parar.
La de la siguiente foto no la vimos en el
mariposario, afortunadamente para mí y para ella porque el susto hubiera podido
tener consecuencias por acto reflejo si se me acerca. Es la Hercules Moth, la mariposa
más grande del mundo, que solo habita en el Norte de
Queensland y en Nueva Guinea. Desde que llegan a la edad de adultos solo viven
48 horas.
A la salida del santuario
hay una pizarra para escribir las sensaciones al visitarlo y está lleno de
bonitas palabras, y a pesar de mi temor absurdo tengo que reconocer que es un
lugar precioso, que además de su belleza me ofreció una lección de los más pequeños,
una pareja de niños japoneses, en la que el niño era un artista consiguiendo que se le
posaran las mariposas continuamente, con total naturalidad, una gozada el
verlo.
Hay más lugares visitables
en Kuranda, como el Birdworld, con aves autóctonas y exóticas, o el Australian
Venom Zoo, donde extraen veneno de arañas en vivo, o la Emu Ridge
Gallery/Fossil and Gemstone Museum, un museo de fósiles y gemas aparte de
tienda, o los Kuranda Koala Gardens, un pequeño zoo con canguros, wallabies,
wombats, cocodrilos y por supuesto koalas.
También se pueden realizar
actividades, como cruceros por el río Barron o asistir a un espectáculo
aborigen, pero nosotros por una cuestión de tiempo y tranquilidad emprendemos la vuelta por la calle de las tiendas y los
restaurantes.
También paramos en el mercado de artesanía, donde por supuesto no pueden faltar las alusiones a las mariposas.
Un cartel simpático e
incitador a la compra nos aconseja ir con tranquilidad, que para tomar el
siguiente transporte hay tiempo suficiente.
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