Mundo
submarino
La primera visita de hoy es
al Sydney Aquarium, en Darling Harbour, con más de 11.000 ejemplares de 650
especies diferentes. Más que contar aquí hay que ver, aunque alguna explicación
habrá que dar de algún animal.
La primera, y creo que la
única, ocasión en la que conocemos al ornitorrinco, platypus, un animal que habita en los ríos, torrentes y lagos de la
Costa Este de Australia y en Nueva Guinea, en ninguna otra parte del mundo más.
Es muy curioso aparte de tímido y
escurridizo, le gusta esconderse detrás de los troncos y en la sombra. Tiene un
morro con pico de pato (lo utiliza para buscar comida y orientarse bajo el agua
ya que al sumergirse cierra los ojos y las orejas –lo de cerrar las orejas
estaría bien aprenderlo-), la cola de un castor (la utiliza para girar al
nadar), patas palmeadas, pone huevos y a pesar de esto amamanta a sus crías.
Cuando los ingleses enviaron un ejemplar a Inglaterra fue considerado en el
país como una broma, pero claro viendo al animal se entiende perfectamente.
Tortuga de cuello largo (no
la vimos meterse entera en el caparazón pero tiene que ser a presión, y sacar
el cuello como una botella de cava ¡pum!)
Langosta azul (muy curiosa,
aunque cuando hay hambre no se mira el color)
También hay animales no
acuáticos, como este lagarto (lagarto, lagarto…)
Un cartel de una supuesta
película, ¿seguro que no está hecha?
El típico y bonito caballito
de mar.
La típica y asquerosa medusa.
Las bonitas cigalas rayadas (no hice foto del nombre específico y no os lo puedo escribir)
En el acuario grande, el
típico con túneles bajo el agua, peces de
todos los colores y tamaños.
Había rayas-mantas de tamaño
normal pero también las había de tamaño gigante, lo que se dice una manta zamorana.
Siguiendo con las rayas, el
tiburón raya.
El grande y simpático (a mí
me lo parece) dugong.
Por supuesto no faltan
ellos, los grandes y asesinos.
En la zona llamada Touch Pool se pueden
tocar invertebrados o cosas raras que parecen tener un tacto baboso y luego no
lo es tanto.
También hay una pequeña zona
recreando la Gran Barrera de Coral.
Con bonitas y llamativas
estrellas de mar.
Hay un traje de buzo de los
antiguos, con escafandra metálica, que aquello tenía que pesar la repera y ser
muy incómodo, donde se puede intentar meter la cabeza y hacerse una foto, pero no hay que ser muy cabezón o cabezona.
Para salir por lo que podría ser un bonito fondo de pantalla.
Aquí terminamos la visita
del acuario, que con más calma y tranquilidad hubiera resultado más
instructiva porque en todas las peceras hay carteles identificativos de los peces, pero esto para los turistas con tiempo o los ciudadanos propios
del lugar, aunque para lo que luego hicimos podíamos haber pasado más tiempo
aquí o en otra parte, bueno solo algo de lo que hicimos.
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