La mañana se ha completado con la visita a la aldea de Monde Village y el encuentro con los elefantes, para comer hoy hemos optado por hacerlo en Lookout
Café, ya que el lodge nos da esta opción al tratarse de uno más de los negocios de Wildlife Horizons. Tanto en el lodge como en el viaje aprovechamos para practicar nuestro inglés con un matrimonio australiano, todo amabilidad y simpatía, ya hicieron todo el esfuerzo por entendernos como nosotros lo hacíamos para hablarlo (si se quiere, se puede; por ambas partes).
Desde este restaurante se tienen buenas vistas del río Zambeze, con sus rápidos en su paso por Batoka Gorge, a 120 m de altura, garganta que nosotros vimos al atardecer.
Al fondo se ve el puente de las Cataratas Victoria sobre el río.
Muy cerca del restaurante hay un sistema de tirolinas, que aunque no estaba muy
frecuentado sí que vemos a dos personas disfrutando de esta actividad.
El
restaurante al ser un negocio más de Wild Horizons -tenemos todo
el paquete de alojamiento y actividades contratados con ellos-, nos adjudican una mesa alta con taburetes, situada junto a la terraza, y por lo tanto
está reservada -las reservan para sus clientes especialmente-; la otra alternativa es una mesa baja pero lejos de la
vista de la garganta.
Para comer elegimos una hamburguesa y un wrap de pollo y bacon.
Estábamos
tan contentos y tranquilos comiendo, una buena comida hay que escribir, cuando
tuvimos dos altercados. El primero fue la llegada de avispas, atraídas
por la carne, que terminaron consiguiendo que no pudiera disfrutar de mi
hamburguesa, y me tuve que meter hacia el interior para poder hacerlo,
pero con los ojos puestos en ellas. La camarera, amablemente aunque
tardó un buen rato, quemó café y lo puso en la mesa para ahuyentarlas,
método que inicialmente funcionó pero que al cabo de unos pocos minutos, las
avispas se rieron del café y de su humo ya que volvieron con más furia.
El otro momento, del que no fuimos grandes protagonistas por los pelos, es la aparición por sorpresa de un rápido mono, que intentaba llevarse lo que pudiera, y mi mochila estaba colocada en el suelo, al alcance de sus ágiles manos, y la pude salvar de milagro, que eso es lo que fue, un milagro por segundos, ya que si llego a estar más lejos de ella, el mono ladrón se hubiera llevado su botín.
El restaurante tiene unas buenas vistas y su comida es buena, así que lo podemos recomendar.
El otro momento, del que no fuimos grandes protagonistas por los pelos, es la aparición por sorpresa de un rápido mono, que intentaba llevarse lo que pudiera, y mi mochila estaba colocada en el suelo, al alcance de sus ágiles manos, y la pude salvar de milagro, que eso es lo que fue, un milagro por segundos, ya que si llego a estar más lejos de ella, el mono ladrón se hubiera llevado su botín.
El restaurante tiene unas buenas vistas y su comida es buena, así que lo podemos recomendar.
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