Después de nuestra visita a los templos chinos Guang Dong Kwan Yin Temple y Kheng Hock Kheong Temple continuamos nuestro paseo
por la zona y volvemos a callejear y aprovechamos para mirar las
escaleras de las casas, cuya su estrechez e inclinación no nos parecen nada
seguras.
En 26th St está la sinagoga Moseah
Yeshua, fundada hace más de un siglo por judíos sefardíes, construida
entre 1893 y 1896 para sustituir la anterior de madera de 1854, pero durante el
ciclón Nargis de 2008 sufrió graves daños. En Myanmar hasta mediados del
siglo XX vivían unos 2.500 judíos, y en la actualidad quedan poco menos
de 50, unas ocho familias, entre los que se encuentran los Samuels, que
se encargan de la conservación de esta sinagoga. No sé si estaba cerrada por
restauración o porque hemos llegado tarde a la visita (en teoría es de 9
a 12 h y es casi la 13 h), y nos hubiera gustado entrar tanto por ella como
por poder acceder al cementerio con más de 700 tumbas (si, tenemos una
fijación con estos lugares).
Frente a la
sinagoga, en Mahabandoola St, destacan varios edificios. Por un lado uno
del que desconocemos su uso pasado y actual, pero que
arquitectónicamente nos llamó la atención.
A continuación se alza el
monasterio Maha Theindawgyi, que destaca por la torre tipo palmera
al frente del edificio.
Nuestro paseo continúa por Mahabandoola St pero echando siempre un vistazo a las calles perpendiculares y a su comercio.
Entramos
por 28th St porque unas torres minaretes llaman nuestra atención, en
teoría correspondían a una mezquita que teníamos registrada pero en
realidad se trata de otra, Surti Sunni Jamae, construida en 1860.
La entrada principal se encuentra en la calle Shwe Bon Thar -estaba cerrada pero no sé si por horario o desuso-; destaca en la fachada la torre de la entrada y la torre minarete.
En 28th Street, junto a la mezquita hay un edificio en cuyos balcones está labrada la estrella de David, el símbolo judío.
Volvemos a Mahabandoola St para girar ahora por 29th St, donde se encuentra la mezquita Mogul Shiah Jaamay (está claro que la grafia es de libre albedrío, aunque supongo que Jamae y Jaamay es lo mismo, la mezquita de los viernes, como aprendimos en Uzbekistán, aunque allí era Juma).
La entrada y el minarete se encuentran en 30th St, esto sí que es callejear de verdad, pero resulta muy entretenido.
La puerta está abierta, pero yo no llevo pañuelo para taparme la cabeza y los hombros, por lo que decido no entrar respetando las costumbres y evitando una reprimenda, pero si lo hace mi pareja.
Volvamos a 29th St, porque junto a esta fachada de la mezquita hay un edificio curioso, con una pareja de leones en la fachada; parece que se trata de un antiguo templo del jainismo, una religión muy antigua de la India, con pocos adeptos en el mundo, y que en Yangón llegó a contar con 10.000 fieles, que emigraron tras la llegada de los militares al poder. Su símbolo es la palma de una mano extendida al frente y sus principios básicos son la no violencia y no causar daño (dos buenos principios sin lugar a dudas).
Salimos a Mahanbandoola St y en la esquina con Bo Soon Pat Street vemos la última mezquita del día, Cholia Jame (otra variación escrita).
La
hora de comer se ha hecho tardía, pero tampoco hemos visto ningún lugar
que nos apetecería demasiado, y de los puestos de la calle, a pesar de
que algunos tienen buena presencia, no nos fiamos demasiado (sobre todo
con estos estómagos occidentales).
Salimos a
la rotonda de Sule Paya y tomamos un taxi, finalmente volveremos al
hotel para comer, y así asearnos un poco, que la lluvia y el barro han
calado y ensuciado nuestros pies, sandalias y pantalones. Desde el taxi
vemos el colorido templo hindú de Sri Kaali.
En una mañana hemos paseado por iglesias católicas o anglicanas, templos chinos, templos o monasterios budistas, sinagogas, mezquitas y templos hindús, incluso hemos conocido el jainismo, por lo que en esta ciudad se ha convivido religiosamente y en paz (parece que se mantiene, por lo menos a primera vista), con respeto hacia la fe de todas las comunidades; posiblemente esto sea más fácil en las ciudades más turísticas y abiertas al exterior, porque desgraciadamente las noticias actuales de otras partes del país no muestran esta convivencia y respeto, sobre todo en relación a los musulmanes rohingya de Arakan, exiliados forzosamente por el ejército birmano a Bangladesh.
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