El más grande del mundo
Terminada nuestra visita en el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo
por el momento, salimos de él para entrar directamente en el Dubai Mall, el centro comercial más
grande del mundo, con 502.000 m2, y lo primero es hacer una parada para
comer, que tras un pequeño debate marital acaba siendo una mala fast food, y
eso porque se me ocurrió comentar que la cadena Five Guys acababa de llegar a Madrid, y
mi pareja se vio forzada a probarla (no se qué extraña atracción se
puede tener por esta comida en un país tan alejado de ella). Me surge una duda, pero este centro más grande del mundo ¿no estaba en Corea del Sur?, el centro comercial Shinsegae en Busan ¿y registrado en el Guinness?, claro que esta anotación es del 2009 y ya estamos en 2017, los tiempos corren que es una barbaridad...
Una bolsa
grasosa contiene nuestras viandas, una hamburguesa y un perrito caliente, ambos
podían tener una gran fiesta del queso en su interior, pero yo preferí
pasar de este elemento gastronómico. Después de la experiencia no estoy segura de
darle una segunda oportunidad a esta cadena, creo que prefiero lo malo
conocido, aunque la cabra siempre tira al monte y posiblemente acabaré
de nuevo comiendo sus “exquisiteces”. La hamburguesa sucumbió antes de realizar la fotografía, y es que teníamos hambre.
Junto al restaurante hay una salida a una plaza exterior del centro comercial.
En la plaza destaca por un lado el lago donde se encuentran las fuentes musicales.
Pero destaca sobre todo la visión del Burj Khalifa. Podíamos haber caminado para buscar más y mejores ángulos de vista y fotografía, pero no estábamos por la labor, este viaje lo hemos comenzado en la más absoluta tranquilidad y calma turística.
Ante nuestros ojos también hay un despliegue de grúas de edificios en construcción, una auténtica locura.
Caminamos
por el centro comercial con un rumbo fijo, antes hemos consultado los mapas para
situarnos; pasamos junto al inmenso acuario, en el cual hay
submarinistas, por lo que supongo que una de sus atracciones es nadar
entre peces, mantas raya, tortugas y tiburones.
Seguimos nuestro paseo por el inmenso centro.
Llegamos
hasta nuestro objetivo, una obra escultórica llamada Waterfall que me había llamado la
atención al ver sus fotografías, un diseño del grupo arquitectónico de
Singapur, DPA.
La obra está compuesta de dos estructuras
cilíndricas de 30 m de diámetro y 24 m de altura, sobre las que cae el
agua y en los que se encuentran unas figuras de saltadores realizadas
con fibra de vidrio. La verdad es que resulta muy armónico y visualmente agradable, casi en movimiento.
Así
concluimos nuestra visita por el centro comercial y nos volvemos en
taxi al hotel Burj Al Arab a disfrutar de la piscina, y tener tiempo
libre para el descanso y para prepararnos para la cena en el restaurante Al Muntaha, situado en el piso 27 del hotel.
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