21 de diciembre de 2017

España - Asturias - Tazones


Con mucho encanto pesquero

Nuestro penúltimo día en Asturias, y hoy cruzamos la ría de Villaviciosa hacia el oeste, para llegar hasta la localidad de Tazones, acercándonos primero hasta su faro, situado en la pequeña aldea de Villar, en el llamado Punto del Olivo. El faro funciona desde 1864, y desde 1928 es eléctrico, teniendo un alcance de 20 millas marinas; pero aparte de estos datos técnicos lo que más llama la atención es su forma octogonal.



Buscamos un sendero para caminar junto al acantilado o directamente por la vegetación, pero nada, no fuimos capaces de encontrar ninguno, o el que vimos no nos convenció, así que disfrutamos de las vistas costeras. 



En la aldea de Villar no falta un hórreo. 


Bajamos a Tazones, aparcando en el parking que hay cerca de la iglesia parroquial, ya que en el pueblo no está permitido aparcar para evitar colapsos circulatorios. La iglesia está situada en el barrio de San Miguel, fue construida en la década de 1950, ya que la anterior, situada en el barrio de San Roque, fue destruida durante la Guerra Civil.



Su interior es sencillo y sobrio, pero hay una gran cantidad de imágenes, como la de la imagen del Niño Manolín (a la derecha en la primera fotografía, que parece un muñeco). 



Muy cerca hay una casa, que no sé si es una copia de una iglesia o ermita, o que a lo mejor aprovechó los restos de ellas, que por la piedra más parece esto. 


Entramos en el pueblo, situado entre dos grandes peñas y dispuesto en forma escalonada, lo que quiere decir que vamos bajando. Fue un importante puerto ballenero en los siglos XVI y XVII, y se supone que Carlos I pisó tierra española aquí por primera vez procedente de Flandes en 1517. Las casas destacan por sus coloridos balcones, que son pura belleza y alegría. 




Callejeamos un poco por sus tranquilas calles. 


Hasta que llegamos a la playa y al mar, ¡qué bonita sensación!, sobre todo para aquellos que vivimos en secano (y que además nacimos en él). 



Aunque ya la faena pesquera y comercial ha terminado, nos dirigimos al puerto y al espigón



El edificio de la Cofradía de Pescadores y algunos puestos de venta, que todavía tienen pescado para vender, con una pescadera en plena tarea de limpieza.




Caminamos por el espigón, desde el que se obtiene una buena y bonita visión del pueblo y su pequeña playa. 



Volvemos al pueblo y de nuevo callejeamos un poco, disfrutando de su ambiente, de sus calles, de sus casas, de sus balcones. 



Y así nos topamos con la llamada Casa de las Conchas, que no hace falta explicar la razón de su nombre.



Entre tanta concha un buen centollo, aunque con un mal hábito. 


Terminamos nuestro paseo por el pueblo, cuyo árbol de Navidad está decorado con redes de pesca, como corresponde al lugar y su actividad principal. 


Tazones da para pasar una interesante jornada, ya que aparte del propio pueblo se puede realizar una ruta buscando huellas de dinosaurios, y luego disfrutar de un baño y de una comida junto al mar. Es un pueblo con mucho encanto, aunque supongo que en temporada veraniega estará demasiado colapsado y siempre se pierde un poco del mismo.

A lo mejor a alguno le ha resultado conocido Tazones, y no por haber estado o haberlo visto en fotografías, sino porque en él se rodaron escenas del anuncio de la Lotería de 2016, así como también en Villaviciosa y en el faro de Lastres.  

 

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