Sobre las nubes
Nuestro primer día en la comarca del Sueve, y como teníamos un buen
recuerdo de nuestro anterior paso por la zona hace algunos (por no decir bastantes) años nos dirigimos por la
AS-260 al Mirador del Fitu, una plataforma de hormigón con una curiosa
forma, o son las escaleras al cielo o las que servían de acceso a un
ovni que se marchó. Se accede al mirador por una corta escalera en la que haces
paradas para contemplar el paisaje.
El
Comité de Turismo impulsó su instalación en 1927, con un proyecto del
ingeniero José María Sánchez del Vallado -hay una placa en homenaje-. Desde sus 597 m de altura las
vistas son espectaculares, se ve toda la costa del oriente asturiano,
desde Llanes a Villaviciosa, y también los valles interiores del Sella y
Piloña, y el espectacular macizo de los Picos de Europa. Se ve todo esto si la niebla
lo tiene a bien, pero incluso con ella es una belleza, ya que
parece una suave alfombra desplegada ante nuestros ojos.
La suerte que tuvimos es
que no era temporada alta de turismo, y el mirador nunca estuvo
colapsado, con lo que no tuvimos esperas para subir, y hasta solos estuvimos en él.
En
el mirador paramos en dos ocasiones durante este viaje, era ruta obligatoria para explorar la zona desde el hotel, y es que el
paisaje circundante no deja de cautivarte. Por lo que ahora tenemos una
bonita colección de fotografías con diferentes luces y claridades de vista y paisaje.
Vemos la costa a derecha e izquierda, a la que bajaremos para hacer un recorrido de playa en playa, desde la de San Antolín de Bedón hasta la de las Cuevas del Mar.
Continuamos ruta hasta llegar a la pequeña población de Coceña, donde nos paramos porque una pareja de hórreos nos llama la atención, ya que las flores le aportan colorido a la típica arquitectura asturiana.
La localidad tiene otros rincones bonitos, como la ermita de Santa Lucía.
El pequeño recorrido:
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