Dentro,
fuera, dentro, fuera
Continuemos nuestro paseo por Cáceres, desde la plaza de San Mateo caminamos por la calle Ancha.
En esta calle se
encuentra la casa de los
Paredes-Saavedra, originarios de Valladolid, que llegaron a Cáceres desde
Palencia para participar en su reconquista.
Al fondo de la calle,
a la derecha está el acceso al jardín del Parador
de Turismo, parador que ocupa dos palacios, el de los marqueses de Torreorgaz y la
Casa de los Ovando Perero. El primero fue construido en el siglo XIV por el
entonces Comendador de Alcuéscar, siendo reformado en el siglo XVI y posteriormente en el
siglo XVIII. El palacio de los Ovando Perero fue construido entre los siglos XV y XVI, por la
familia Paredes, pasando luego a ser propiedad de los Ovando.
El interior del parador mantiene
su aspecto medieval, predominando la piedra, así como mantiene la decoración
típica que en su momento tuvieron estos alojamientos estatales, y que puede gustar o no.
La habitación elegida fue una
suite porque como fuimos a celebrar un evento familiar y en el parador nos darían la comida, consideramos
que era mejor que fuera amplia por si era necesario utilizarla como base. Dispone de un salón
cómodo, y ya se abandonan las decoraciones medievales.
La habitación ya por
sí sola es amplia, con una ventana que da justo a ras de calle, con lo que nos
temimos trajín y ruidos por la noche, pero no ocurrió, el cerramiento es
potente y la gente se portó bien.
El baño es actual,
con dos lavabos modernos, una bañera y una ducha.
La calle Ancha
desemboca en la plaza de Santa Clara,
una plaza en desnivel con unas palmeras que le ofrecen una imagen
“conquistadora”, donde se encuentra el Convento
de Santa Clara, fundado en 1614, cuyas monjas clarisas, de la Orden de San
Francisco, elaboran unos ricos dulces, y a las que hay que ofrendar huevos para
tener un día de boda soleado. Y así estamos saliendo de la ciudad antigua.
Volvamos a la
plaza de San Mateo, desde ella por la calle Condes se sale a la calle cuesta de Aldana, donde a la izquierda surge la curiosa casa mudéjar, construida con ladrillos
en el siglo XIV, siendo un bello ejemplo del mudéjar en Cáceres y uno de los
pocos testimonios que quedan del mismo.
En la esquina de la
calle cuesta de Aldana con la calle del Mono se encuentra la casa del Mono o casa de
Pizarro-Espadero, una casa fuerte de estilo gótico construida en el siglo XV, que
recibe su nombre por la escultura de un mono encadenado que hay en el pasamanos
de la escalera de su patio interior.
Cuenta una leyenda
que sus dueños no tenían hijos, y a la vuelta de un largo viaje, el marido
trajo un mono con él, al que le pusieron un dormitorio con juguetes y al que
dieron todo tipo de mimos. En una de las largas ausencias del dueño, un apuesto
caballero pidió cobijo en la casa para pasar la noche, y la señora amablemente
se lo ofreció. Cuando regresó su esposo del viaje, su mujer le recibió con la
noticia de que estaba embarazada (este dato sin más es cuanto menos morboso y
con ganas de sembrar las dudas), y cuando nació el bebé, el mono se puso muy
celoso al perder los mimos de los que gozaba, por lo que en un descuido, cogió
al bebé y lo lanzó por la ventana, matándole.
Salimos al Adarve de Santa Ana, junto a la
muralla, que fue construida por los romanos, conservándose de esta época
algunos tramos, aunque posteriormente fue restaurada por los almohades, que
usaron la mampostería. La muralla romana guarda su estructura rectangular
atravesada por dos grandes vías, Cardo y Decumano. Al fondo, la torre de la Hierba.
Estamos junto a la plaza de los Caldereros, en cuya esquina
se encuentra la casa de los Ribera,
que presenta una fachada austera. La continuación del Adarve de Santa Ana es el
Adarve de la Estrella, punto por el que accedimos a la ciudad antigua. Al fondo
asoma la casa de los Toledo Moctezuma,
construida en el siglo XV y reformada en los siglos XVI-XVII por el nieto de
una princesa azteca, Isabel de Moctezuma, casada con el capitán Juan Cano
Saavedra, que militó en las tropas de Hernán Cortés.
A la plaza de los
Caldereros también se asoma el palacio de
la Generala, casa fuerte de los Monroy construida en el siglo XV y
reformada en los posteriores, que debe su nombre a que perteneció a María
Josefa de Ovando, marquesa de Camarena la Vieja, casada con el general del
ejército Antonio Vicente Arce.
En el adarve de Santa
Ana también se encuentra la torre del
Horno, construida en el siglo XII que debe su nombre a que junto a ella se
situaban los hornos de la ciudad.
Desde esta posición
se ve parcialmente la plaza Mayor, a la derecha, la torre de la Hierba, y a la
izquierda, el Ayuntamiento.
Junto a la torre del
Horno se abrió una nueva puerta, el Portillo
de Santa Ana, por el que salimos de la ciudad amurallada.
Salimos a la plaza de San Juan, que antaño era el
punto donde ganaderos y pastores realizaban las ferias de ganado, lo que fue
dando lugar a la creación de viviendas a su alrededor. En la plaza se alza la iglesia de San Juan Bautista,
construida en estilo gótico en el siglo XIII, siendo reformada en los siglos
XIV, XV y XVI, concluyéndose finalmente en el siglo XVIII. A mediados del siglo
XX se restauró recuperando en parte su estilo original.
En estos cinco paseos que nos hemos dado no están reflejados
todas las casas, palacios, iglesias, calles y monumentos de la ciudad antigua
de Cáceres, y como habéis podido comprobar falta el interior de todos aquellos
que se pueden visitar, por lo que esta querida ciudad tiene mucho todavía que
ofrecernos, porque no hay lugar a dudas que merece la pena pasear por ella,
tanto de día como de noche, y disfrutar de su ambiente medieval, de su
retroceso en el tiempo, de su alma, y de sus gentes.
Un mapa del casco antiguo para ver la localización de aquellos lugares por los que hemos pasado y disfrutado, y por los que no lo hemos hecho pero espero que lo hagamos.
Un mapa del casco antiguo para ver la localización de aquellos lugares por los que hemos pasado y disfrutado, y por los que no lo hemos hecho pero espero que lo hagamos.
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