De los bosques de Windsor
Tras nuestra interesante visita de la Citadelle, salimos de ella y caminamos de nuevo por la côte de la Citadelle para llegar junto a la porte Saint Louis.
Bajamos por la rue Saint Louis hasta la place d'Armes, donde entramos en el soberbio Château Frontenac para conocerle y de paso hacer una buena comida a base de tapas. Tras la comida nos dimos un paseo por la coqueta Terrasse Dufferin para luego tomar la rue Sainte Anne (en la segunda fotografía al fondo se ve el edificio de la Old Post Office).
En esta calle, junto a la place d’Armes se sitúa el Musée du Fort, donde se exhibe un diorama de la Bataille des Plaines d'Abraham además de otras maquetas de batallas y un espectáculo de luz y sonido para darle más vida, pero al que no entramos, y no nos pusimos más al tanto de la historia de la ciudad
Rue Sainte Anne es una calle llena de hoteles, tiendas y restaurantes, principalmente en el tramo hasta Rue des Jardins.
Tanto esta calle como una transversal a ella se llena de puestos de artistas de la pintura, de retratos y caricaturas, al estilo de la place Jacques Cartier de Montréal.
En la rue Sainte Anne se encuentra la Holy Trinity Anglican Cathedral, terminada de construir en 1804, siendo la primera iglesia anglicana construida fuera de las islas británicas. Tras acudir durante casi un siglo a las iglesias católicas, los anglicanos de Québec consiguieron que el Estado les construyera esta catedral para su uso.
Su construcción está inspirada en la iglesia londinense neoclásica de St Martin in the Fields y posteriormente sirvió de modelo a otras iglesias de Canadá. Fue un diseño del capitán William Hall y del mayor William Robe, dos ingenieros del ejército británico. El muro con verja que rodea la iglesia fue colocado en 1818 para aislar la catedral de la ciudad (esto no es un acto de acercamiento de fe).
Durante nuestra visita, uno de los laterales del interior del recinto estaba ocupado por puestos de artesanía, que no sé si son temporales o permanentes.
La iglesia fue construida en el lugar donde se ubicaba el monasterio de los Recoletos, que fue destruido por un incendio en 1796. Su campanario mide 47 m de altura y aloja el carillón más antiguo de Canadá, con ocho campanas.
En la esquina noreste había un olmo, donde según la leyenda los fundadores de Québec fumaban la pipa de la paz con los indígenas, árbol que recibía el nombre de Champlain’s Elm, pero se desplomó parcialmente en 1845 y al año siguiente en su totalidad y con ella se construyó el trono del obispo que hay en el interior de la iglesia (aprovechamiento de materiales o reciclaje).
La iglesia londinense de St Martin in the Fields para la comparación, en la que la canadiense sale perdiendo.
Su interior es luminoso y diáfano, con coloridas vidrieras, todo muy del estilo de las iglesias anglicanas. El órgano fue realizado en Londres, siendo subastado en 1984 y trasladado a la iglesia en su bicentenario, en 2004.
Los bancos son de madera de roble, madera que fue talada en el King’s Windsor Forest de Inglaterra, es decir, en los bosques de Windsor (siempre me hacen gracia los cúbiculos de bancos en las iglesias anglicanas, es como para no perder el rebaño). En el segundo piso hay una silla de uso exclusivo de la Reina de Inglaterra (God save the Queen!).
A la entrada se sitúa la pila bautismal, realizada en mármol.
Dentro del recinto vallado de la iglesia se encuentra el edificio Church Hall, que aloja la Diócesis Anglicana de Québec.
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