19 de enero de 2015

Canadá - Ville de Québec - Les Jardins de L'Assemblée - L'Assamblée Nationale


Je me souviens 

La actual ciudad de Québec, uno de los primeros asentamientos europeos, era un poblado hurón llamado Stadaconé, o Stradacona, cuando en 1535 el explorador francés Jacques Cartier llegó a la región en su segundo viaje al Nuevo Mundo. En 1541 volvió para instalar un puesto río arriba, pero su plan fracasó, y con él las ambiciones coloniales de los franceses en los 50 años siguientes. Fue el explorador Samuel de Champlain quien fundó finalmente la ciudad en 1608 con el nombre de Kebec, que en lengua algonquina significa “donde se estrecha el río”. Su propósito era convertirlo en una base para el comercio de pieles de castor.

Los ingleses se apoderaron de la ciudad en 1629, pero ésta volvió a manos de los franceses tres años después; en ese momento ya estaba llamada a convertirse en el corazón de la Nouvelle France. En 1759, el general Wolfe llevó a los británicos a la victoria en la Batalla de Montcalm, que se desarrolló en las Plaines d'Abraham, y que tuvo la duración asombrosa de quince minutos; esta contienda, una de las más famosas en la historia de Norteamérica, terminó con el largo conflicto entre Gran Bretaña y Francia. Por la mañana temprano del 13 de septiembre de 1759, mientras lloviznaba, las tropas del general británico Wolfe se acercaron desde el río Saint Laurent con gran sigilo y vencieron fácilmente a los adormilados franceses-canadienses que se suponía estaban de guardia en la cima del acantilado. Tomado por sorpresa, el ejército mixto de Montcalm, formado por regulares y milicianos, avanzó desordenadamente y fueron masacrados por el fuego sostenido de los casacas rojas. Wolfe murió en el campo de batalla; Montcalm murió al día siguiente como resultado de las heridas.

En 1763, con la firma del Tratado de París, Gran Bretaña se aseguraba la soberanía sobre Canadá. En 1775, los secesionistas americanos intentaron apoderarse de Québec, pero pronto fueron expulsados. En 1864 se iniciaron las conversaciones que tres años después cristalizaron en la formación de Canadá, y Ville de Québec se convirtió en la capital de la provincia.

En el siglo XIX, la ciudad perdió gran parte de su peso específico a favor de Montréal, pero en esta urbe hubo una burbuja económica que estalló durante la Gran Depresión de 1929, con lo que la ciudad volvió a recuperar su importancia como centro político.

En 2008 la ciudad celebró los 400 años de su fundación.

Québec es la cuna y la gran protectora de la cultura francesa en Norteamérica; capital provincial y sede del gobierno regional, además de ser el corazón del nacionalismo francocanadiense. Todo está en francés, el idioma que predomina en las conversaciones es su variante local, denominada joual.

El ambiente europeo, la arquitectura con sus edificios del siglo XVIII, las estrechas calles adoquinadas y la crucial importancia histórica de la ciudad, de tan solo 55 km2, contribuyeron a que el casco antiguo, la única ciudad amurallada que se conserva en EEUU y Canadá, fuera declarado Patrimonio de la Humanidad en 1985.

La mayoría de los lugares de interés están apiñados en un rincón accesible, sobre y a los pies de los acantilados de Cap Diamant, con La Citadelle elevándose protectora en lo alto del acantilado.

La ciudad de Québec tiene poco más de 500.000 habitantes, aunque al ser un destino turístico de primer orden, esta cifra aumenta hasta los 8 millones de visitantes anuales, el 13% extranjeros.

La ciudad puede dividirse en tres zonas: Basse Ville, la Ciudad Baja, la parte más antigua, que se extiende desordenadamente a lo largo del río Saint Laurent, al pie de Cap Diamant; sobre ella se eleva la ciudad amurallada, Haute Ville, la Ciudad Alta; y más allá de las murallas se extiende Grande Allée.

Frente al hotel donde nos alojamos, el Hilton, se encuentran Les Jardins de L’Assemblée, donde no prestamos atención al jardín propiamente dicho, en esta ocasión nos saltamos sus flores, sus plantas; estábamos muy concentrados en las explicaciones de nuestro guía Ángel. En el jardín hay varias estatuas; una de ellas de una figura conocida, Inuksuk, instalada en 2002 en señal de amistad entre Québec y el pueblo inuit, que representa un hombre y tiene diferentes utilidades. 



También se encuentra la estatua de René Lévesque, fundador del Partí Québecois y primer ministro de la provincia de Québec de 1976 y 1985, impulsor del movimiento nacionalista e independista de la provincia. 



Y las palabras pronunciadas por Lévesque: “Es el momento en que el valor y la audacia tranquilos se convierten para el pueblo, en los momentos claves de su existencia, la única forma de prudencia conveniente. Si no es así, se acepta el riesgo calculado de las grandes etapas, y se puede perder la carrera para siempre, exactamente como el hombre que tiene miedo a la vida”. 


En los jardines también se sitúa la fontaine de Tourney, una fuente con una historia curiosa. Fue encargada por el alcalde de la ciudad de Burdeos (Francia) a mediados del siglo XIX para celebrar la llegada del agua a la ciudad, pero en 1960 se encontraba en muy mal estado por lo que el ayuntamiento la retiró del centro de la ciudad y fue desmantelada. A comienzos del siglo XXI fue adquirida por un anticuario parisino, donde la descubre y compra el empresario Peter Simmons, donándola a Ville de Québec en 2007 para el 400 aniversario de la fundación de la ciudad. 


La fuente tiene unas medidas de 7 de alto y 4 m de ancho, contando con 43 chorros. La decoración simboliza los ríos, la navegación y la pesca. 


En los jardines también se encuentra la estatua dedicada a Honoré Mercier, primer ministro de Québec de 1887 a 1891, de ideas nacionalistas. 


En el suelo de la place de L’Assamblée Nationale se puede ver la señalización del kilómetro 0, con lo que ya tenemos otra señalización para la colección, junto a la de Tokyo, Sydney y Seúl


Si estamos en Les Jardins de L’Aseemblée y la place de la Assemblée Nationale, el edificio que se encuentra aquí es el es de L’Assemblée Nationale u Hôtel du Parlement, asamblea que hasta 1968 recibía el adjetivo de legislativa. La primera reunión se celebró el 27 de abril de 1886.



El parlamento fue construido en 1886 en estilo Segundo Imperio por el arquitecto Eugène Étienne Taché, inspirado en el Louvre, con la función de alojar un museo de historia provincial, para pasar luego a ser la sede de l'Assemblée Nationale, una de las instituciones parlamentarias más antiguas de América del Norte, contando con 125 miembros que se reúnen en la cámara azul. 



Tiene una doble escalinata de acceso, y una fuente en el círculo interior dedicada a los nativos indígenas, los Abénakis. 



En la parte inferior, junto al estanque, la estatua de un pescador amerindio (que no veréis bien en la fotografía). 


La iluminación nocturna cuida muy bien los detalles del edificio, así los maceteros se tornan en farolas. 


En la puerta de entrada al Parlamento se puede leer (a duras penas desde lejos, por no decir imposible para estos ojos cansados), la frase Je me souviens, y sobre ella un escudo con hojas de arce, flores de lis y una corona encima. Una placa nos cuenta sobre este lema nacionalista, que conocimos cuando comenzó nuestro viaje por la provincia, con destino al Parc Nationale de La Maurice; evoca la riqueza del pasado de la nación quebequesa, la manera de reconocer la identidad de la población de Québec, y de decir "
yo me acuerdo que nací bajo la flor de lis y por lo tanto mis raíces son francesas, mi idioma es el francés quebequés, y mi nación es Québec".


La torre central del edificio está dedicada a Jacques Cartier, descubridor del país en 1534. En la torre, o en la base de las alas del Parlamento, hay en total 24 figuras de bronce de los han participado en la historia y desarrollo de la provincia de Québec; entre otros, James Wolfe, Montcalm, Paul de Chomedey de Maissoneuve, Samuel de Champlain, Marguerite Bourgeoys, Pierre Le Moyne (hijo de Charles de Moyne),… 



Las figuras a ambos lados de la fachada. 



Estando en la capital promotora del independentismo y donde se mueven los hilos políticos, una canción acorde del cantautor Gilles Vigneault, Mon Pays



2 comentarios:

  1. Gracias Andrés, yo te veo más "perdido" por los bosques canadienses en busca de aventuras que en la ciudad.

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