Un paseo romántico
Detrás de la place d'Armes se encuentra la Terrasse Dufferin, un paseo entarimado en paralelo al río Saint Laurent, con una longitud de 425 m, que mantiene el diseño original trazado en la década de 1870, cuyo nombre proviene del gobernador general de esta época, lord Dufferin. En esta terraza, junto a la estatua de Samuel de Champlain, se alza el kiosko Frontenac, un punto de información turística y una tienda de regalos y souvenirs.
En la terraza hay otros quioscos más, cada uno con su nombre, para uso y disfrute de los paseantes -en uno de ellos hay una cafetería-restaurante-. Además en este paseo se están realizando excavaciones para descubrir restos de fortalezas y otros edificios datados alrededor de 1620, que se pueden ver a través de cristales habilitados en el suelo de la terraza.
Durante el invierno se instala una rampa de hielo en la terraza para disfrutar con los trineos de nieve en ella, que recibe el nombre de Les Glissades de la Terrasse, que tiene que ser entretenido para pasar la dura estación.
Desde la terraza se tienen vistas de la fachada trasera del Château Frontenac, de una manera mucho más amplia que desde la place d'Armes.
Junto a la terraza se encuentran los Jardins des Gouverneurs, donde hay un monumento, un pequeño obelisco, en honor a los Generales Wolfe y Montcalm, que libraron la batalla de las Planicies de Abraham el 13 de septiembre de 1759, en la que ambos murieron y en la que ganaron los británicos, por lo que Canadá pasó a estar bajo la soberanía de Gran Bretaña.
La terraza termina en las escaleras de la Promenade des Gouverneurs, un paseo situado junto al acantilado y debajo de la Ciudadela en una buena parte; pero en este momento decidimos no afrontarlo y dejarlo pendiente por si nos sobrara tiempo (un bendito bien el del tiempo que no siempre se tiene, y este hubiera sido un paseo de ida y vuelta con lo que no sería todo lo aprovechable requerido o necesario al momento).
Desde la terraza se tienen vistas del río Saint Laurent, de la población situada enfrente, Lévis y de la Basse Ville (Ciudad Baja), y nada mejor que utilizar uno de esos kioskos-miradores para disfrutarlas.
Por la noche estas vistas tienen un “color” especial.
Volvamos al principio de esta terraza, donde junto al kiosko Frontenac se ve la Old Post Office, edificio construido en estilo Segundo Imperio, con una torre del reloj que lo hace asemejarse a nuestros ojos a un observatorio.
Por detrás del kiosko Frontenac se encuentran las escaliers Frontenac, que tomamos, para caminar por la parte superior de la nueva porte Prescott, la original fue construida en 1797 por el general británico Robert Prescott, siendo demolida en 1871, realizándose este nuevo paso en 1983, recibiendo el nombre del general. Desde aquí se tiene una buena vista de la sinuosa y empinada (nada apetecible de subir tras un día de callejeo por la ciudad) calle Côte de la Montagne, creada por Samuel de Champlain en 1623, que empieza junto al edificio que aloja la Archidiócesis de Québec.
Desde este paso y estas escaleras también se tiene una bonita visión del Château Frontenac, muy principesco desde aquí.
Vemos el acceso a la Rue du Petit Champlain desde la Côte de la Montagne, por la Escalier Casse Cou, que comunica la Haute Ville con la Basse Ville.
Salimos al Parc Montmorency pero sólo lo pisamos eventualmente, no vemos sus posibilidades ni paisajísticas ni recreativas.
Y desde allí, cruzando la Côte de la Montagne alcanzamos la fachada principal de la Old Post Office.
En la pequeña plaza frente a la Old Post Office, la estatua de Monseñor Laval, el primer obispo de Québec y gobernador general de Nouvelle France de forma provisional en dos ocasiones; que no es que le dé la espalda a la oficina de correos, sino que está enfrente (le da la cara) de la Archidiócesis y al seminario que él mismo fundó. Monseñor Laval fue declarado santo por el Papa Francisco I el 3 de abril del 2014.
La Archidiócesis Católica es la más antigua sede episcopal de América del Norte. Los primeros religiosos que llegaron a Nouvelle France fueron los Recoletos en 1615, a los que siguieron los jesuitas en 1625, erigiéndose Québec como vicariato apostólico por un decreto del papa Alejandro VII el 11 de abril de 1658; posteriormente fue elevada al nivel de diócesis por el papa Clemente X el 1 de octubre de 1674. La diócesis fue dividida bajo el dominio inglés, con las sedes de Montréal, Kingston y Toronto, y Québec no fue declarada oficialmente como sede arzobispal de Canadá hasta el 12 de julio de 1844 por el papa Gregorio XVI (las religiones, la política y sus vericuetos).
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