Annyeong gyeseyo Korea! Gamsa hamnida!
Comenzamos nuestro paseo por Corea y Seúl al saludo de annyeong haseyo! y nos despedimos de ambos con la expresión annyeong gyeseyo!, que es la que pronuncia el que se va, el que se queda lo hace con annyeong gaseyo!, pero yo he tenido un lío con estos finales durante todo el viaje tremendo, con lo que hola seguro que lo he dicho en su momento apropiado pero las despedidas creo que no habrán resultado como debían, aunque dicen que lo que cuenta es la intención, y de esa estaba cubierta.
Antes de las 19.30 llegan a recogernos al hotel, donde hemos disfrutado de un descanso y de un pequeño refrigerio. El chófer es el mismo con el que hemos compartido la última parte del viaje, con el que
salimos de Gyeongju; supongo que el día de
lluvia le ha hecho venir antes por si el tráfico estuviera infernal. Pero no,
el tráfico estuvo algo congestionado en la salida de Seúl, pero luego hasta llegar al
aeropuerto de Incheon todo tranquilo, con lo que llegamos en algo menos de una
hora.
El vuelo es a las 23.15 y son poco más de las 20.30 tras haber facturado
rápidamente porque no había ese caos que suele haber en los aeropuertos y en
los mostradores, a estas horas deben salir pocos vuelos y está todo en calma, pocos viajeros deambulando por Incheon.
Antes de facturar se puede proceder a la devolución de impuestos pagados
en las compras, enseñándolas al agente de aduana junto con la factura; pero
nuestras compras no han sido tan escandalosas como para realizar este engorroso
trámite y decidimos saltarlo, tal y como hicimos Australia: eso de sacar las compras de la maleta,
donde está todo organizado y casi metido a presión para enseñarlas es una
medida contra el fraude pero un obstáculo para el visitante comprador a no ser que estas compras representen un buen importe.
Nos damos un paseo por la zona comercial, que está impoluto y así
conocemos un poco al que en el 2012 designaron mejor aeropuerto del mundo, y que a nuestra llegada no pudimos hacer; lo malo es que si entonces el exterior se nos quedo pendiente, ahora de noche, pues más de lo mismo. Además
siempre hay un hueco para una compra pequeña, otro recuerdo, otro regalo.
No nos parece nada del otro mundo la zona comercial, amplia e impoluta
como he mencionado, pero no muy diferente a otros aeropuertos mundiales. Eso
sí, a las 22 h cierran las tiendas y el aeropuerto se convierte en un
aeropuerto fantasma.
Aunque con el paseo comercial hemos consumido bastante tiempo, nos da
tiempo para ir a la sala VIP, lo primero es una buena ducha después del día de
bochorno y agua de lluvia, donde descubrimos que las cabinas de ducha no están
mal pero a falta de detalles de tocador, y siendo amplia la cabina no era
muy cómoda. Con ello nos queda poco tiempo para comer algo, pero no es lo
importante, en el avión siempre te acaban cebando, pero si nos dio tiempo para
echar un vistazo rápido a la oferta gastronómica, que no nos pareció tampoco nada
excepcional.
Personalmente creo que esta designación como mejor aeropuerto por
infraestructura y servicios se la merece más el aeropuerto Changi de Singapur, que le da mil vueltas en la alegría de las zonas comerciales, en
decoración en general, en la sala VIP, donde el buffet era un despliegue de
medios donde había que pensarse bien lo que comer, y el servicio de cabinas con
ducha amplio, cómodo y con todos los admíniculos necesarios para salir como
nueva de ella. En fin, supongo que los críticos que votan encontrarán otras
virtudes de Incheon que yo no las ví, yo soy una simple usuaria.
En el avión, nos dan de cenar, y nos despedimos del mismo modo que
llegamos, con un bibimbap, pero en esta ocasión va acompañado con un
papel con instrucciones, ¡ahora, que ya sabemos!, aunque más vale tarde que nunca.
El vuelo correcto, bien atendido y nosotros bien alimentados. Aunque fue
un vuelo nocturno a mí me es imposible dormir, nunca lo consigo en los aviones,
ni encuentro la postura adecuada ni consigo evadirme del lugar donde estoy, por
no hablar del ruido de fondo o de la incomodidad de los cascos en la cabeza, aunque poco a poco voy consiguiendo ir más relajada y si bien no concilio el sueño por lo menos el cuerpo descansa.
Al amanecer en esta ocasión no consigo hacer fotos, parece que en la
vuelta perdí una de mis buenas costumbres que espero recuperar.
Corea nos ha dejado un maravilloso sabor de boca, y no lo digo por el
aspecto gastronómico, que como habéis podido comprobar ha sido un auténtico
placer, sino por el país en sí, por descubrir su cultura, su arquitectura, su
budismo, sus gentes, sus paisajes. Creo que es un país bastante desconocido
pero que poco a poco irá tomando posiciones porque tiene mucho que ofrecer.
Si hay un coreano famoso, más que el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, es el cantante PSY, que aunque no necesita a estas alturas presentación, se ha hecho mundialmente conocido por su vídeo y canción del distrito de Séul Gangnam-gu, que para los Juegos Olímpicos de Londres compusó una canción para animar a los participantes y promocionar su bonito país, con un paseo por el palacio Gyeongbokgung, y por sus tradiciones: taekwondo, vestidos hanbok, máscaras como las que pudimos ver en Hahoe, y por supuesto los actores del cambio de guardia.
Gamsa hamnida Korea! (¡gracias Korea!).
Fantástico relato, hemos conocido Corea a lo largo y ancho de su geografía, con descripciones completas e interesantes.
ResponderEliminarGran trabajo, que coloca el blog dentro de las mejores guías de viajes.
Felicidades.
Gracias Enrique por tus bonitas palabras, pero sobre todo por tu compañía en este laaaaaaaargo relato.
ResponderEliminar¡Nos vemos en el próximo!(tranqui, no es obligación).
Besos!