Panorama costero
Terminada nuestra visita, al final casi a la carrera, por el Museo Nacional de Gyeongju con Sonia algo nerviosa ante nuestras paradas por todas las vitrinas
aunque fuera para echar un ojo avizor y rápido, que algo siempre se queda, volvemos al
coche para bajo una fina y continua lluvia dirigirnos hacia la costa del Mar de
Este, por una carretera serpenteante y estrecha, pero llena de encanto, como
cuando en España se toma una de esas carreteras costeras menos transitadas y te
sorprende el paisaje, la soledad, la calma. Se pasa por pequeñas poblaciones
pesqueras, en las que como el día lluvioso no acompaña, no se ve actividad, ni marítima
ni de venta ni de turismo playero, pero seguro que en un día soleado debe ser diferente.
Sonia nos dice que Lee Sok, nuestro sorprendente y genuino chófer, ha
elegido una carretera menos transitada, más recóndita, para disfrutar del
paisaje costero. Estos pequeños detalles son los que hacen grande un viaje,
independientemente de los lugares visitados, pero la amabilidad al tiempo que
el orgullo de enseñarte y descubrirte su país hay que agradecerlo con
mayúsculas. Si no me ubico mal atravesamos el Parque Nacional de Gyeongju.
Tomar fotografías es imposible, entre curva y curva y con las gotas de lluvia no ha salido ninguna aprovechable para transmitir estas sensaciones, así que solo podrá ser a través de estas cortas palabras.
Hacemos una parada en la Escuela de Marina de Corea, para ver desde
lejos, y casi semiescondidos por la vegetación, las maniobras de los marinos
submarinistas, dispuestos a salir al mar; si nos llegan a tomar por espías...aunqueha sido en esta semana cuando Corea del Norte vuelve a asomar sus garras y amenaza con agresiones y guerras, porque el ser humano no aprende de la desgracia, de la barbarie, y en pos de la ideología y el poder absoluto utiliza sin medida la fuerza y las armas, que tan "sabiamente" no deja de inventar y fabricar el "ser humano".
No recuerdo si fue en este camino de ida o en el de vuelta que pasamos
por Pohang, donde se localiza la
planta siderúrgica POSCO, con sus chimeneas humeantes, que es una fábrica de
acero de las más importantes del país, desde la que exporta aproximadamente el
25% de la producción a más de 40 países (y no dejamos de pensar en España y su
desmantelación de industrias; la eterna controversia de costes, utilidades,
beneficios, empleos, medio ambiente…imposible conjugarlos todos y bien a la vez).
Continuamos el camino, por un lado, la costa y sus pequeños puertos.
Por otro, el paisaje montañoso de no grandes alturas y los arrozales.
Llegamos a Homigot, donde
hacemos una parada para disfrutar del paisaje y del ambiente. Lo primero que
capta la atención de nuestros ojos es una escultura de una mano en el agua.
Creo que es un símbolo esperanzador de paz pero no lo puedo asegurar, es más es una sensación propia, lo
que sí puedo decir es que es una imagen preciosa; aunque ahora al verla me ha parecido un mensaje de auxilio, una mano que lucha por salir del mar, del ahogo...y es que el ánimo hace mucho en las percepciones.
Frente a la mano situada en el mar, otra mano de igual tamaño situada en
tierra firme. Y junto a esta mano se encuentra la Luz del Nuevo Milenio,
colocada el uno de enero de 2000, la Llama Eterna para desear la unificación
pacífica de Corea, así como por la prosperidad y el bienestar de los coreanos
de todo el mundo. Por eso creo que tanto la llama como las dos manos reflejan
el deseo de unión de las dos Coreas, incluso de podría ver el simbolismo de dos
hermanos intentando encontrarse y ayudarse…No creo que haya contradicción entre la paz, la esperanza, la reconciliación, el ahogo, la ayuda, todo forma parte de la situación actual de las dos Coreas.
La llama y la segunda mano (o primera, depende de a la que se llegue antes, nosotros lo hicimos a la marina) se encuentran en un pequeño paseo que conduce al New Millenium Memorial
Hall, donde hay un mirador, pero al que no accedimos, el día no hubiera
ofrecido grandes vistas, aunque seguramente sí grandes sensaciones.
Las farolas de este paseo están decoradas con dos figuras de tigre,
también hay una figura de un tigre más grande en uno de los lados, y detrás de
ella una pintura con multitud de tigres. ¡Todo lleno de tigres!, y el tigre no es animal oriundo del país, o eso creo.
La razón es que el nombre de Homigot proviene de las palabras ho, que significa tigre, mi, que significa cola, y got que significa pequeño puerto.
Los coreanos creen que el mapa de Corea se asemeja a un tigre, y la
ubicación de Homigot estaría justo en la cola del tigre. Durante la ocupación
japonesa de 1910-1945, los japoneses cambiaron el nombre de la localidad por
Janggigot en un intento de destruir el orgullo coreano y de humillación, ya que
jang significa conejo, pero tras la
liberación volvió a recuperar su nombre, y seguro que los japoneses no lograron que perdieran su orgullo con este absurdo cambio de nombre.
En este paseo también se encuentra, a la izquierda andando hacia el
mirador del New Millenium Memorial Hall, una escultura, creo que un homenaje a la cultura y al
pueblo coreano.
Además de por la pequeña playa, el puerto, la multitud de restaurantes,
el paseo, el New Millenium Hall, Homigot es conocida por su faro, el más alto
de Corea, de 26,4 m de altura.
El faro tiene forma octogonal, es de diseño occidental (dato que no
entiendo del todo, sobre todo porque no conozco faros orientales y sus
diferencias con los occidentales, pensé que un faro siempre sería un faro) y fue construido en 1908, tras un incidente el año anterior en el
que un barco japonés golpeó una roca sumergida y se hundió en la orilla. Fue
diseñado por arquitectos franceses y realizado por constructores chinos.
Es
digno de admiración arquitectónicamente porque su estructura de ladrillos se
realizó sin refuerzos de vigas de hierro y por su estrechez desde la base.
Nosotros no pudimos acceder a él, aunque no sé si se pueda visitar su interior.
Junto al faro se encuentra el Museo
del Faro, Lighthouse Museum (entrada 700W), con una colección de objetos de
faros, tanto nacionales como internacionales, es la fiesta del faro, la
tecnología antigua y la sofisticada moderna (en la fotografía el Maritime Hall).
En su interior también hay fotografías de faros coreanos e
internacionales, como el que vimos en la lejanía en nuestra excursión marina alrededor de Taejongdae, en las islas Oryuk en Busan.
En un pequeño jardín en la parte de atrás hay una colección de maquetas de algunos de estos faros nacionales. Para un
apasionado de estos elementos arquitectónicos, un paraíso sin lugar a dudas.
Al lado del museo hay una pequeña plaza en la que se encuentra
¡otro tigre!, en esta ocasión de piedra; la población hace honor a su nombre
por todos lados.
Lo más curioso de este tigre es que bajo su cola cobija una bola que es
el Universo, con sus constelaciones, supongo que con por la conexión continua de Asia con el horóscopo y los destinos regidos por las estrellas.
Yo sugiero, dado que ya es hora de ello, quedarnos a comer aquí, y es que
el ambiente y la pinta de los restaurantes eran sugestivos, pero una vez
realizada la deliberación entre Sonia y Lee Sok deciden que mejor continuamos
ruta y que más adelante pararemos, admitimos la decisión pero la única
condición que pido es que ya que estamos en costa ¡quiero pez!.
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