Alta que te quiero
alta
Continuamos
en los alrededores de Damyang y volvemos
a hacer una visita atípica, que también mantuve en la programación por la
curiosidad y no cambié por ningún templo o acceso a algún parque natural o provincial, aunque ya se sabe que según un dicho la curiosidad mató al gato…Vamos al Camino de Metasequoias (Metasequoia
Road; 1.000W).
Los
árboles, más de 2.000, se plantaron a principios de 1970, y desde entonces los
árboles han crecido para proporcionar, afortunadamente, sombra protectora bajo
sus hojas y sus 20-30 m de altura en la época de calor asfixiante, como lo es ahora y hoy.
En el 2002 el camino fue seleccionado como uno de los más bellos de Corea, y es un reclamo turístico aparte de ser un buen lugar para caminar o circular en bicicleta al tiempo que se está en un entorno natural.
En este idílico paseo también hay
un corto paso subterráneo, como un túnel bajo los campos, que se ha decorado
con cuadros y fotografías de películas o series rodadas aquí…cinéfilos o serie-adictos son un
rato, la hallyu (la ola coreana) tiene mucho tirón y en España deberíamos
tomar nota para señalizar los lugares cinematográficos que algunos lo
agradeceremos y en muchos casos será una sorpresa.
El
paseo va junto a un canal de riego, y nos volvemos a encontrar con esos
pabellones habilitados para el descanso o para realizar un picnic; nos siguen demostrando lo prácticos que son los coreanos.
Al
lado de los campos de cultivo una sorprendente, colorida y bonita colección de jangseung, tótems protectores
normalmente realizados en madera, aunque también se utiliza la piedra como
veremos en la isla de Jeju-do. Se utilizaban tanto para marcar los límites de
las aldeas como para ahuyentar a los demonios, con los que eran adorados como
deidades protectores de las aldeas. Y de
fondo, las montañas como paisaje y eternas compañeras visuales.
La
metasequoia es un árbol caducifolio que en 1941 un funcionario chino descubrió
cerca del río Mataochi, en la región china de Sichuan-Hubei, que recibe este
nombre porque apareció después (“meta”) de las secuoyas de Estados Unidos,
contabilizándose más de 40.000 árboles de esta nueva especie. En 1956 el doctor Shin
Hyeon-gyu plantó metasequoias de Estados Unidos en Corea del Sur, en calles y
jardines, aunque también se descubrieron fósiles en Pohang, en la provincia de
Gyeongsangbuk-do (Gyeongsang del Norte; mirar mapa), que demostraban que estos árboles habían habitado en el país. De
este género de árboles se conocen otras tres especies fósiles, pero ésta es la
única que ha sobrevivido.
A
principios de mayo del 2000, en las carreteras nacionales 29 y 24 se pintaron
de blanco algunas metasequoias para ser cortadas ya que se querían ampliar
estas carreteras. Un total de 178 árboles estaban destinados a tan fatídico
destino, y ni el gobierno, ni la empresa constructora ni la autoridad local se
hacían responsables de esta decisión (lavarse las manos como Pilatos, que se
dice). Los habitantes de Damyang no estaban de acuerdo ni con la tala de estos
árboles ni con las obras de construcción, y se lanzaron a una campaña para
proteger las metasequoias, ya que podían ser un recurso natural para sus
descendientes. Los periódicos y los medios de radiodifusión les apoyaron
propagando la noticia en el país para que tanto los ciudadanos como las
organizaciones sociales dieran su apoyo para mantener los árboles.
Tras dos
meses de lucha, se obtuvo la promesa de hacer un cambio en el diseño de la
autopista para evitar que tantas metasequoias fueran taladas: se disminuyó el
número de 178 a 64 (menos es nada que se dice, y además el progreso suele ser inexorable, aunque habría que matizar lo de progreso).
La
calle se ha convertido en lugar de cultura, ocio y turismo en Damyang, con la
celebración de conciertos, exposiciones culturales, concursos fotográficos,
competiciones pedestres, de maratón y en bicicleta.
De
vuelta del paseo nos fijamos en una caseta con un artilugio que nos llama la
atención y que probaremos en otra ciudad del viaje, Busan: mangueras de aire comprimido para
limpiarse la arena de los pies y las zapatillas. Yo es la primera vez que las veo y por eso mi asombro personal, a lo mejor son más comunes de lo que me creo.
El
paseo es agradable y además es de valorar el esfuerzo de los ciudadanos por
mantener este espacio verde, que estaría mejor si la carretera no circulara en
el exterior, y eso que realmente una vez dentro del paseo no se nota el
tráfico, pero no es la mejor compañía para este pulmón verde.
El
día, con el jardín a la coreana de Namwon, el jardín de bambú y este paseo de metasequoias ha resultado de un verde y natural en
exceso, y eso que nos gustan los lugares de este tipo, pero para un tour me
parecen dos visitas, la de bambú y la de las metasequoias, que no deberían concentrarse en el mismo día, por aquello
de la variedad. Cuando me pasaron la programación lo estudié y me parecieron
curiosos lugares, y sobre todo diferentes a los templos, palacios, calles
comerciales, playas…por eso las mantuve, pero a “tour pasado” hubiera permutado el
orden de visita, las habría colocado en días diferentes para tener variedad,
aunque es cierto que las dos están de camino a la ciudad en la que pasaremos la
noche y resulta práctico hacerlas en este orden. Hoy hemos ejercido de turistas asiáticos.
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