Los orígenes de Sydney
Sydney tiene una población de unos cuatro millones de habitantes y una extensión de 12.500 km2, ¡veinte veces más grande que Madrid! La región de Sydney era el hogar de los aborígenes eora, que fueron privados de sus derechos sobre el territorio, siendo encarcelados, expulsados o asesinados.
Tras una ducha reparadora y un té reconfortante estamos preparados para el primer asalto a la ciudad. Una cosa es preparar la guía, otra imaginarse por dónde comenzar y otra es comenzar, con lo que una vez allí y con la guía y el mapa se cambian las ideas.
Tomé la decisión de salir al Circular Quay para afrontar la Sydney Cove por la parte izquierda de su paseo marítimo y nuestra primera visión de la ciudad, que ya comienza a entrarnos favorablemente por los ojos y nuestros sentidos es esta, en la calle George Street; casi siempre suele haber un momento que se capta como comienzo del conocimiento de una ciudad, y en esta ocasión así fue.
Enfrente de estos edificios se halla el First Fleet Park, un pequeño parque en memoria de los primeros colonos de la nación. Frente al parque está el Museum of Contemporary Art en un edificio art déco, pero ni nos fijamos demasiado en su aspecto exterior ni entramos a visitarlo, aunque sus exposiciones que van más allá de lo considerado vanguardia, y por lo tanto de lo que los profanos consideramos arte, son todo un aliciente para conocerlo y criticarlo…o no.
En el paseo marítimo nos encontramos con la figura, quizás no tan altanera como en las películas se nos hacía ver y creer, del capitán Bligh, el de la rebelión en la Mounty.
Estamos en la zona conocida como The Rocks, entre George Street y el mar, el barrio histórico de Sydney, cuyas calles fueron famosas por ser las más peligrosas de Australia, donde acechaban rateros y matones, donde los residentes vivían entre cloacas y callejones insalubres, entre prostitutas y marineros borrachos, los cuales peleaban a todas horas. El barrio recibe su nombre de los acantilados que existían en la zona.
A principios de 1900 una epidemia de peste bubónica que acabó con la vida de unas cien personas hizo derribar muchas de los edificios, plagados de ratas. Otros edificios fueron demolidos en 1920 para la construcción de una vía hacia el Harbour Bridge y de una autovía. En la década de 1970 se pretendió hacer desaparecer el viejo barrio para construir altos edificios de oficinas pero una tenaz campaña de oposición paró afortunadamente el proyecto.
La Cadman’s Cottage (110 George St) es la casa más antigua de Sydney, fue construida en 1816 sobre una playa sepultada como un barracón para la tripulación de los barcos del gobernador. El nombre lo recibe de Cadman, un recluso que fue condenado en 1798 por el robo de unos caballos, que en 1813 era timonel de un barco y más tarde lo fue de las embarcaciones del gobierno, siendo absuelto en 1827 y nombrado superintendente, cargo que ostentó hasta 1845, trasladándose a vivir durante este tiempo a esta casa. Se casó con otra reclusa que fue condenada a siete años por el robo de un cepillo para el pelo.
La casa ya no se encuentra al lado de la orilla por la sucesiva ampliación del paseo y de la ciudad, y en ella se encuentra el centro de información de los Parques Nacionales y el Servicio de Fauna del país. Aunque no se vaya a pedir información se puede entrar, no sólo al mostrador de información, sino que hay una zona habilitada como pseudo-museo donde se contemplan las tuberías de cerámica de la casa.
A su lado se encuentra la Sailor’s Home (106 George St), construida en 1864 como hospedería para marineros, uso dado hasta 1980. En un primer momento se instaló un centro de información turística en ella pero fue trasladado y ahora sus dos primeros pisos los ocupa un restaurante tailandés, al que decidimos no explorar por la hora tan temprana, pero en el que parece ser que se han respetado algunos cubículos de los dormitorios tal y como eran en el siglo XIX.
Hacia el otro de la bahía, a nuestra derecha, se encuentra el edificio emblema de la ciudad, la Opera House, que no hay palabras para describirla, hay que verla allí, plantada en el Bennelong Point, y desde todos los ángulos que el paseo nos va ofreciendo, impresionante, mucho más allá de las fotos, y eso que hay muchas y muy buenas en la red, pero la Ópera produce muy buenas vibraciones, aunque ya llegaremos a visitarla y conocerla mejor.
El otro emblema de la ciudad, el Harbour Bridge también llama nuestra atención continua, es un no parar de asombro, y una preciosa postal para los ojos lo que se contempla en este paseo marítimo.
En este momento podéis suponer el book fotográfico que tienen estos dos elementos arquitectónicos, a cada paso que dábamos un nuevo ángulo, una nueva fotografía.
Seguimos en dirección al puente, pasamos al lado de la Overseas Passenger Terminal, donde atracan las grandes embarcaciones y supongo que afortunadamente los pasajeros de los cruceros, ¡¡menuda entrada a la ciudad!! y no lo digo por el edificio sino por la situación en la bahía.
Más adelante se encuentran las Campbell’s Storehouse (7-27 Circular Quay West), unos almacenes construidos por el escocés Campbell para guardar té, azúcar, licores y telas que importaba de la India. Actualmente acogen restaurantes con variedad de cocina: australiana, china, italiana…un buen lugar para una comida o una cena, aunque ahora no se nota el movimiento que tienen por la noche.
En la parte izquierda de la foto se intuye un edificio, la fachada principal de los almacenes de la ASN, de claro estilo holandés, que eran conocidos como Bond Stores, construidos en 1884. En el piso bajo de los edificios hay instalados galerías de arte aborigen, que aprovechamos para comenzar a conocer, y sobre todo comienza a gustarnos mucho, aunque no es hora de compras, primero habrá que ver más para decidirse a comprar.
Frente a nosotros, cruzando el Harbour Bridge, se halla la bahía de Lavender, con Milsons Point, donde se encuentra el Luna Park, un pequeño parque de atracciones con una entrada entre divertida y terrorífica, ese payaso más parece el de la película It que al afable Charlie Rivers.
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