18 de marzo de 2011

España - Sepúlveda (Segovia)

Un pequeño paseo

En Sepúlveda se encuentra la Casa del Parque, oficina de información sobre las Hoces del Duratón, y ya que estábamos allí nos dimos un pequeño paseo por la ciudad, aunque nos dejamos muchas calles y monumentos por conocer. 


El origen de la localidad se remonta a la época romana, con el nombre de Septembuplicam, Villa de las Siete Puertas o Villa de los Siete Pueblos; y en los alrededores hay cavernas que se remontan a la Prehistoria.
En el 986 sufrió el saqueo de Almanzor y en el 1010 el conde Sancho García la reconquistó. Como cabecera de una extensa Comunidad de Villa y Tierra vivió un gran auge entre los siglos XI y XII, para constituirse después en señorío de distintas reinas y mantenerse como uno de los más tradicionales baluartes de la Corona.


Lo mejor es callejear, y con un pequeño mapa hubiera estado bien, pero no lo teníamos ni lo pedimos así que fue un paseo improvisado. 

Entramos en la Plaza Mayor, es un ritual pueblo a pueblo, ciudad a ciudad.


La plaza tuvo la condición de coso taurino, alargado, amplio, irregular. En sus flancos se alzan casonas con balcones enrejados. En un extremo de la plaza se halla el Ayuntamiento, de estilo barroco, blasonado y con un reloj en su fachada. Tras el Ayuntamiento destacan los torreones y los muros del antiguo castillo.


Cerca se encuentra la escalinata con crucero que conduce a la Iglesia de San Bartolomé, pero no la subimos y no llegamos hasta ella aunque la intuimos. 



A un pueblo castellano y a su plaza y calles laterales no le pueden faltar sus soportales, que ahora están ocupados por figones donde cocinar los ricos corderos. 



Una cuesta importante conduce a la Iglesia del Salvador, que corona el pueblo.


La iglesia es uno de los edificios más antiguos del románico castellano, fechada en el año 1093, y se la considera como un modelo protípico en la provincia de Segovia. Tiene una galería porticada, con capitales rudamente esculpidos y destaca su robusta torre, exenta, y el ábside. Estaba cerrada y no pudimos conocer su interior. 


Todo lo que se sube se tiene que bajar, y con esas emprendemos el camino de vuelta hacia la Casa del Parque.


Callejeamos un poco más y nos topamos con el Arco del Ecce Homo, una puerta románica de la muralla que recibió hasta el siglo XVII el nombre de Arco de Azogue, por conducir al mercado de la villa. 


Damos por finalizado nuestro pequeño paseo, dejando cantidad de lugares, calles e iglesias por conocer, pero es lo que ocurre cuando no tienes tiempo para hacer todo lo que te apetecería, y en este momento nuestra cita era con las Hoces del Duratón

Sepúlveda también nos debe un rico corderito, con lo que razones hay para otra escapada.

4 comentarios:

  1. Por si fuera interesante o útil para ti o para los seguidores de tu página, sus empleados o sus vecinos, he publicado el siguiente blog:
    http://plantararboles.blogspot.com
    Se trata de una guía breve y práctica para que los amantes del campo y la montaña podamos sembrar/plantar árboles, casi sobre la marcha, aprovechando las semillas que nos dan los árboles de la región y, en algunos casos, los esquejes que de ellos podemos hacer.
    Salud,
    José Luis Sáez Sáez

    ResponderEliminar
  2. Hola José Luis, muy interesante tu blog para los apasionados de la botánica.

    ResponderEliminar
  3. |Solo darte las gracias por mostrar este hermoso pueblo. Saludos desde de Venezuela

    ResponderEliminar
  4. Gracias Lenin por tu visita y comentario. Sepúlveda merece una visita, un paseo y una degustación de cordero asado. Un saludo!.

    ResponderEliminar