El
origen de Las Vegas
En Fremont Street,
conocida también como Glitter Gulch (barranco del resplandor) se abrieron los
primeros casinos con sus rótulos de neón, pero a medida que The Strip ganaba
en edificios y glamour, esta calle entró en declive, principalmente a partir de
la década de 1980. En 1994 se puso en marcha un proyecto para
revitalizarla.
En realidad no es una
calle solamente, son cuatro manzanas cubiertas por una gran estructura de
acero, una bóveda de 27 m de altura y 416 m de longitud. Nosotros entramos
por South 3rd Street, más o menos en la mitad de Fremont Street, y giramos a
la izquierda primero. Aquí están los
casinos más populares, más asequibles en comparación con los de The Strip, ya que las apuestas suelen ser menos
importantes.
Por la noche se
realizan espectáculos de luz y sonido, así como conciertos, pero como nuestra visita fue de mañana
no tuvimos ocasión de disfrutarlos.
Dicen que el Golden
Nugget es uno de los establecimientos más hermosos de Las Vegas, que además
parece ser que posee el récord del mundo por el número de tragaperras; a nosotros nos resultó más de lo mismo y no tan hermoso, aunque su aspecto exterior sí que es más casino que los hoteles-casino.
Lo más llamativo
es su piscina, que está rodeada por un acuario, The Tank, donde hay tiburones.
La piscina cuenta con un
tobogán que atraviesa el acuario, todo una auténtica locura, aunque es de
suponer que las medidas de seguridad de los cristales son máximas.
Hay otro acuario
junto al restaurante, que es más pacífico y realmente bonito.
Otro de los locales
históricos es el Four Queens, nombre que viene por las hijas del propietario y no por las damas de la baraja francesa para jugar al póker.
Otro clásico local es
el Binion’s Horseshoe, establecido por el contrabandista y jugador Benny Binion
en 1951, y que perteneció a sus descendientes hasta 2004, en la que paso a
manos de Harrah's Casino. En su interior hay una pared con
fotos de los jugadores más afortunados, el Hall of Fame.
Algunas de las mesas,
las más cercanas a las entradas, están atendidas por señoritas vestidas de vaqueras como reclamo.
Otro de los locales más parece
un parque infantil que un casino, aunque hay unas sirenitas...
Destacable es la
figura de 16 m de altura del vaquero Vegas Vic, como un Woody de Toy Story
crecido y con malos vicios, tanto del juego como del tabaco, ya que antes del cigarrillo (que conserva pegado en los labios) salían círculos de humo, ahora ya no le dejan fumar en zona pública.
Enfrente del vaquero
el Goden Goose, con una vaquera a juego de Vic y con un pato más blanco que dorado.
En el tramo final de este tramo de calle un
casino que recuerda a New Orleans, La Bayou.
Y el Golden Gate, el
casino más antiguo de Las Vegas, abierto en 1906.
Desde Fremont Street
se sale a South Main Street, pero aquí nos dimos media vuelta y no exploramos
las posibilidades de los exteriores.
La curiosidad de Fremont Street es que está
surcada por una tirolina, Slotzilla Zip Line, recorrido que termina en una gran
máquina tragaperras. Es todo muy raro, pero está claro que a Las Vegas vienes a jugar, de una manera o de otra.
Este es el otro
extremo de la parte cubierta de Fremont St, en el cruce de South Las Vegas
Boulevard y North Las Vegas Boulevard, donde hay una interesante tienda de Harley Davidson, no solo por los souvenirs que se puedan comprar, también por las fotos antiguas de la zona que se pueden ver.
Como en teoría este
es el punto de entrada, un letrero de bienvenida.
Aquí hay una amplia
plaza presidida por un pequeño centro comercial o similar o sucedáneo, Neonopolis, donde lo
más interesante es una tienda de juguetes, Toy’s Shack, en ella más de uno se
perdería eternamente y podría salir con las manos y brazos cargados. Nos recuerda vagamente a la tienda-museo de Insadong en Seúl. En
esta ocasión salimos con un triste pero sabroso chupachups relleno de chicle.
La diversión continúa
en la calle, con una cervecería muy bien anunciada.
Si bien en New York
nunca nos hemos encontrado con el cowboy cantante desnudo en Times Square,
aunque nunca le hemos buscado con ahínco e interés, aquí nos encontramos con un
sucedáneo, que produce inmenso frío en mis carnes.
Continuando por
Fremont Street se entra en el Fremont East District, como bien se anuncia él.
Es la pequeña joya de esta zona y de Las Vegas, ya que se pueden ver anuncios publicitarios de los inicios de Las Vegas, no sé si son los originales
o son réplicas, pero realmente son una pasada, más sencillos, sin tantas
parafernalias, pero llenos de estilo y gracia. En La Vegas hay un museo dedicado a estos anuncios, pero no tuvimos tiempo, y no buscamos tenerlo, para visitarlo, pero debe ser un lugar muy interesante.
En esta calle surge
el Hotel Casino El Cortez, de arquitectura colonial español, un guiño a los
orígenes de esta zona del país.
Desde aquí dimos
media vuelta y en South Las Vegas Boulevard tomamos un taxi para ir al
Stratosphere, y luego continuar nuestro recorrido por The Strip, calle que he
ido “destripando” de sur -en el cartel de Welcome Las Vegas- a norte para tener algo de lógica el paseo, porque el
realizado realmente fue bastante caótico, según nos apetecía ir.
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