Último callejeo
Desde rue des Remparts salimos a la porte Prescott y a la Côte de la Montagne, calle por la bajamos y de paso curioseamos por sus tiendas, realizando un hallazgo que me salvó la vida (los pies, y a continuación la vida) en una de ellas.
Ahora no bajamos por las escaleras Casse Cou y continuamos bajando por la Côte de la Montagne, pasando justo al busto del pintor quebequés Jean Paul Lemieux.
Desde esta calle salimos a la rue Notre Dame desde donde se tiene una buena visión del mural La Fresque de Québecois.
Esta calle conduce a la place Royale y a la Èglise Notre Dame des Victoires pero como ya es zona conocida continuamos por Cote de la Montagne, que termina junto al río, en el boulevard Champlain.
Entramos por la peatonal rue Sault au Matelot y nos sorprendemos con una escultura o arte urbano o como se pueda o quiera llamar con lo que se encuentran nuestros ojos atónitos, que forma parte de la exposición en la ciudad llamada Les Passages Insolites, de la que hemos visto varias obras en nuestro paseo por la ciudad, como el Rue du Petit du Champlain y en la rue de la Place.
Se trata de varias piezas llamadas Stock in transit, obra de José Luis Torres, que consiste en una amalgama de objetos de plástico principalmente, con la que quiere cuestionar el consumo excesivo y la acumulación de objetos, especialmente durante el verano, y de ahí los cubos y palas de playa, las sillas...
Se salvan pocas fachadas de este artista; ¿bonita la obra? Para mí no, es simpática y colorida pero más parece obra de un enfermo de Diógenes que una obra de arte (y mi mente se va abriendo poquito a poco a las nuevas concepciones artísticas y a sus creadores).
A la izquierda en esta calle sale la calle más estrecha de Norteamérica, Rue Sous Le Cap, por su otra entrada en Rue Saint Paul, junto al Vieux Port, no hicimos fotografía, y ahora no la recorrimos entera, fue solo sentir su estrechez, como lo hemos hecho en Estocolmo, en Ámsterdam o en Londres y sus calles particularmente estrechas.
Llegamos al final de la rue Sault au Matelot y vuelve a aparecer otro revoltijo de escultura; se podría aplicar la frase "un santo con dos pistolas" por el contraste de obra y lugar.
Salimos a la pequeña place de la FAO, en la intersección de las calles Saint Paul, Sault au Matelot y Saint Pierre, donde destaca una fuente.
La fuente fue erigida en 1995 para conmemorar el 50 aniversario de la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. La escultura recibe el nombre La Vivirère, y lleva en sus brazos comida, siendo obra de Carmelo Arnoldin, Richard Purdy y François Hébert.
Entramos un momento por Rue Saint Paul porque por un callejón asoman unos filamentos de color rosa que captan nuestra mirada y atención.
Se trata de la obra Delirious Frites, de Collectif Arg - Les Astronautes, con la finalidad de realizar un paseo sensitivo; que nos parece simpática, tanto como para llegar a juguetear entre los flotadores rosas y naranjas junto a otros paseantes, niños y no tan niños.
Emprendemos el camino de vuelta al hotel, y para ello tomamos la Rue Saint Pierre.
La decoración del exterior de un hotel parece mimetizado con la exposición que nos hemos ido encontrando en la ciudad de Les Passages Insolites.
Frente al hotel, la fachada trasera del Musée de la Civilisation, pero no damos la vuelta para ver su fachada principal en Rue Dalhousie. El museo fue diseñado por el arquitecto ya conocido y mencionado Moshe Safdie, autor del conjunto de viviendas Habitat'67 de Montréal y de la National Gallery of Canada en Ottawa.
Continuamos por rue Saint Pierre, por un tramo por el que hemos paseado de noche, con lo que tenemos la segunda visión de la calle.
Giramos por la rue Sous le Fort y tomamos el funicular para salir a la Terrasse Dufferin y evitamos la subida por la escalera Casse Cou y por la Côte de la Montagne.
Por rue Saint Louis volvemos al hotel, pasando junto a Les Jardins de l'Assemblèe, que hoy tenemos una reserva para cenar, en el restaurante Saint Amour, y como ya es usual en nosotros a pesar de intentar controlar el tiempo, vamos con la hora justa para prepararnos, así que de descanso poco.
El paseo:
Haberte traído los cubitos y las palas a "ARCO".
ResponderEliminarMe he quedado sin saber la maravilla que salva los pies y la vida.
Jajaja, ¡viva el arte conceptual!
ResponderEliminarTe quito la duda de lo que me salvó la vida empezando por los pies, ¡unos zapatos! que terminaba todos los días destrozada, en lugar de whisky on the rocks, eran feet on the rocks por las noches.
Gracias!