Del arte de la guerra al arte de la seda
Después de achicharrarnos en el Jardín de Kenroku-en nos vamos al distrito de Nagamachi, que era un barrio samurai, cuyas casas hoy son propiedad privada pero que se adivinan en algunas entradas y en sus tejado la magnificencia de estas construcciones del siglo XIX.
Visitamos la Casa Nomura (Nomura-ke).
Los restos de esta casa fueron restaurados en la década de 1910 por un navajero, que le añadió parte de una casa que poseía en otra ciudad, con lo que no es que sea un edificio completamente auténtico, pero es la única casa visitable en el barrio.
Como siempre destaca su jardín, dicen que una obra maestra del paisajismo en miniatura, con rocas y corrientes de agua, puentes y linternas de piedra, y carpas, que nunca (o casi) faltan en los estanques.
Siendo la casa de un samurai no falta su armadura.
En una habitación al fondo se había habilitado un pequeño museo, con armaduras, katanas, zapatos, tinteros y otros objetos.
Como tenemos tiempo suficiente nos acercamos hasta el Centro de Seda Kaga Yuzen, donde vemos cómo se realiza el estampado en la seda.
El resultado es increíblemente bello, tanto en los cuadros, los biombos, los pañuelos y los exquisitos quimonos.
De vuelta para encontrarnos con nuestro grupo aprovechamos para refrescarnos con unos ricos helados, que se derriten casi instantáneamente con lo que tenemos que ser rápidos al comerlos.
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