30 de enero de 2019

Myanmar - Bago - Shwemawdaw Paya

Un curioso hti

Desde Mittaya Anada Pagoda atravesamos en coche la ciudad de Bago, pasamos junto a la torre del reloj, una torre similar a las que hemos visto en Mandalay y Monywa, y por supuesto los transportes en moto siguen dando sorpresas.




Visitamos Shwemawdaw Paya, de la que se dice que tiene más de 1.000 años de antigüedad, construida por dos hermanos mercaderes mon. 



La típica pasarela cubierta conduce al complejo, la gran diferencia es que no hay puestos de venta instalados en ella, a Bago todavía no llegan muchos visitantes. 


La estructura es la típica, en el centro la estupa, cuya altura original era solo 23 m, con la misión de albergar dos cabellos de Buda y un diente (tenía que haber ido haciendo un recuento de tanta reliquia para saber finalmente cuantos dientes de más tiene Buda). En el año 825 se aumentó la altura a 25 m, y en el año 840 a 27 m. En el año 982 se añadió un diente más (no todo va a ser cuestión de metros), así como en 1835, año en que se reconstruyó hasta alcanzar los 84 m.

En rey Bowdawpaya volvió a edificar la estupa en 1796, tras la destrucción de la ciudad realizada por el rey Alaungpaya, ahora con 91 m. En 1882 se añadió un nuevo hti, que fue derribado por un terremoto en 1912, por lo que tuvo que volver a ser reparada, pero en 1917 sufrió otro terremoto que provocó graves daños, y de nuevo tuvo que levantarse. Finalmente en 1930 sufrió el mayor de los terremotos, quedando solo un gran terraplén de su base, y así durante más de veinte años, hasta que se reconstruyó en 1952, alcanzando la altura que hoy vemos, 114 m, 15 m más que la imponente Shwedagon Paya de Yangón


La estupa está rodeada por estupas más pequeñas, que no son decorativamente tan importantes como la mencionada Shwedagon Paya, que es un mundo espectacular de pináculos dorados. 


Alrededor de la estupa hay pequeños altares con figuras de Buda, y por supuesto los puestos planetarios


Hay santuarios  alrededor de la estupa, pegados a ellas en los puntos cardinales o en el círculo exterior, con imágenes de Buda en ellos por supuesto. 







En uno de los templos alrededor de la estupa hay una colección de tablas de piedra, suponemos que contando su historia de construcción (y destrucción). 



Una de las campanas que hay en la plataforma exterior de la pagoda está alojada en un pabellón circular. 


En una de las terrazas de la estupa hay un hombre realizando tareas de conservación. 


No solo la gran altura de su estupa hace importante esta pagoda, también el hecho de que se conserva la estructura del hti que se derrumbó en el terremoto de 1917, e impresiona su tamaño.




28 de enero de 2019

Myanmar - Bago - Mittaya Ananda Pagoda - Laymyatnar Paya

Los cuatro en pie

Al lado de Myathalyaung Buda está Mittaya Ananda Pagoda, con una sencilla puerta de entrada. 



Mittaya Ananda destaca por el santuario con forma rectangular coronado por un sikhara dorado, que ya habíamos visto desde el buda reclinado, y que recuerda claramente a Anando Pahto de Bagan (a nuestros ojos, a muchos templos de esta ciudad). 



Lo curioso de esta construcción es que alberga los cuatro santuarios típicos orientados a los puntos cardinales, con cuatro grandes estatuas de Buda de pie, colocados en el exterior. 




Alrededor de la construcción están los puestos planetarios, que en su interior no guardan todos imágenes de Buda, no sé si desaparecidas o nunca colocadas; y debajo de ellos, los perros encuentran la sombra y el resguardo necesario. 



Entre respeto y miedo nos da la escalera que sirve para subir a mantener las imágenes lo mejor posible. 


Junto a esta pagoda hay otra estupa también curiosa en su forma y decoración, que creo que recibe el nombre de Laymyatnar Paya


La estupa por su parte exterior está llena de figuras, guardianes y posiblemente espirítus nat. Todo el conjunto está pidiendo a gritos una restauración, una buena mano de limpieza y pintura. 




En las pequeñas escaleras que suben a su centro también hay imágenes. 


En lo que supongo antaño habría inscripciones sobre una losa de piedra, ahora hay unos cuadrados blancos con firmas, que supongo donaciones. 


Finalmente, como sorpresa final, hay un pequeño jardín con estatuas de budas sentados, similares a Bodhi Tahtagung en Monywa, aunque no llegan a la cantidad de 1.000 como en este último. 



Mittaya Ananda Pagoda podría resultar  un lugar más impactante, sobre todo teniendo en cuenta que en internet se ven fotos con dorados brillantes, pero el descuido -no sé si esperando que la época de lluvia termine para ponerse a la tarea o sencillamente la falta de fondos y donaciones- terminan de afearle, y eso que no somos de monumentos relucientes que parezcan recién fabricados, pero menos suciedad en general sería suficiente. De lo que no tenemos duda es que ha merecido la pena llegar hasta Bago y a estos cuatro Budas en particular, ya que la diferencia siempre es una recompensa en sí misma. 

25 de enero de 2019

Myanmar - Bago - Shwethalyaung Buda - Myathalyaung Buda

Grandes Budas

Desde el Cementerio de los Aliados en Taukkyan continuamos el viaje hasta Bago (Pegu), a unos 80 km de Yangón, una ciudad más antigua que ésta, fundada hacia el siglo VI a.C. Se cuenta que la fundaron dos princesas mon de Thaton, que vieron un ave hembra posada sobre un ave macho en una isla de un gran lago, lo interpretaron como una señal y fundaron una capital llamada Hanthawady (reino de los cisnes), que acabó convirtiéndose en el centro del reino mon de Ramanadesa, al sur de Myanmar. Por esto, el símbolo de la ciudad es una pareja de cisnes o hamsas (hintha en birmano, un ave entre ganso y cisne).

Los bamares llegaron a la zona en 1539, cuando el rey Tabinshwethi anexionó Bago a su reino de Taungoo. En 1740 los mon se rebelaron y recuperaron brevemente su independencia y poder, pero en 1757 el rey Alaungpaya saqueó la ciudad y la destruyó, terminando el reinado mon.

La ciudad está tomada por las motos en la calzada, así como por los humanos en sus calles, es un hervidero de actividad. 



Nuestra primera parada es en el Buda de Shwethalyaung, para lo que entramos por una de las puertas laterales por comodidad para nosotros al ir en coche, pero como tiene su entrada principal, vayamos por esta, custodiada por una pareja de chinthes


Un pasillo, por supuesto flanqueado por puestos de venta, conduce a la sala principal del santuario. 



En el santuario hay una imagen de Buda reclinado de 55 m de longitud y una altura de 16 m, diez metros menos que el buda de Chaukhtatgyi Paya en Yangón. Esta imagen tiene fama de ser uno de los budas reclinados más realistas, que mantiene sus ojos abiertos y sus pies ligeramente hacia fuera, en contraposición a la posición de muerte o paranibbana.

La imagen fue construida con ladrillo y estuco originalmente en el año 994 por el rey mon MigadepaII, que se fue deteriorando y restaurando, hasta que cuando entró en la ciudad el rey Alaungpaya y destruyó Bago, la imagen terminó quedando oculta por la vegetación de la selva (como me gusta imaginarme esta escena, como en Angkor, hasta que en la década de 1880, durante la colonización británica, un constructor indio mientras excavaba la zona la descubrió. Comenzó a restaurarse en 1881, y en 1903 se construyó el edificio que lo aloja.



Según una leyenda, el hijo del rey era seguidor de la religión pagana y un día paseando conoció a una joven budista de la que se enamoró, perdidamente como suelen ocurrir estas cosas, que para aceptarle solo puso como condición que ella pudiera seguir con sus creencias. Los jóvenes mantuvieron su romance en secreto por miedo a la reacción del rey, que cuando se enteró ordenó ejecutarlos; la joven antes de morir rezó ante una estatua pagana, que se derrumbó y el rey entró en pánico, por lo que ordenó sustituir la imagen pagana por la de un Buda reclinado, y convirtió a la población al budismo. 


La cabeza de Buda reposa sobre unas cajas con incrustaciones de mosaico, que resultan muy llamativas. Y en la base que sustenta la imagen, placas con las donaciones recibidas para su conservación y mantenimiento. 



Detalle de las plantas de los pies, que también presentan incrustaciones de mosaicos; las llamadas huellas de Buda con los 108 símbolos de las características favorables de Buda. 




En las paredes de la sala  hay pinturas y relieves con la leyenda de la fundación de la imagen. 



No muy lejos se encuentra la imagen de otro buda reclinado, Myathalyaung, con una puerta de acceso, más arco que puerta, y sin camino cubierto para llegar a ella. 


Los perros, siempre omnipresentes, buscan refugio en cualquier lugar. 


Unas escaleras conducen a la plataforma donde está situada la imagen, el tercero más grande de Myanmar, dicen que 82 m, pero a mí me parecen demasiados; la imagen de Laykun Setkyar en los alrededores de Monywa mide 115 m, aunque está de pie. Fue construida en el año 2000 gracias a la donación de una mujer. Al estar al aire libre se nota el deterioro. Sea lo que sea, a nuestro guía Myo no le gusta esta imagen, insiste continuamente, réplica, réplica…y lo es, pero a veces superan a las originales (difícil, pero puede ocurrir). 



La diferencia con la imagen de Shwethalyaung y de otros Budas, no sólo está en su situación al exterior, en los metros, también en la expresión de su cara y en el color azul de sus ojos. 


Las plantas de los pies, las huellas de Buda. 


Nos damos un pequeño paseo por la plataforma a pleno sol, descubriendo al pájaro hamsa sobre una columna (como hemos ido viendo en casi todas las pagodas), bien sobre el suelo, más como gnomo de jardín. 



Yo sola comienzo a deambular por los jardines, busco un estanque donde supuestamente se refleja la imagen, pero me salen dos perros al paso que me ladran de forma no amistosa, así que sin aspavientos y sin correr, me doy media vuelta para salir. 

Desde la plataforma de la estatua tenemos la visión del sikhara que corona la cercana Mittaya Ananda Pagoda