Entramos en Danang los dos coches juntos, pero nuestro conductor y guía tienen ganas de juerga, así que intentan tomar un atajo para llegar antes, con lo que es como una persecución de comedia por la ciudad…. y al final perdimos.
La ciudad en sí no tiene casi nada que ofrecer, es desparramada y destartalada, pero esto lo escribo de referencias porque no tuvimos tiempo de andar por ella, y lo poco que vimos desde el coche daba la impresión de una ciudad bastante “moderna” pero sin nada llamativo. Es la cuarta ciudad más grande del país.
La visita a la que vamos directos es al Museo de Escultura Cham, que fue construido por los franceses en 1915, con la mejor colección de piezas de esta civilización, desde el siglo V hasta el XVI.
Como ahora vamos con dos guías, el inteligente de Hieu le da la voz al otro, según él porque es un entendido del tema, que seguro que lo es, pero además creo que por una cuestión de respeto, las personas mayores son veneradas y respetadas por los jóvenes. Cuando yo le pregunto a Hieu él me contesta, se sabe perfectamente la lección.
Llegados aquí la pregunta es ¿Y quiénes son los cham? Pues un reino que se asentó principalmente en el centro y sur de Vietnam, los viet estaban en el norte y poco a poco fueron ganando terreno hasta echar a los cham en 1832. Tenían sus raíces en la India y por eso su arquitectura se asemeja a la hindú y sus dioses son los mismos.
Vamos a conocerles con algunas esculturas.
Ganesha, hijo de Shiva, con cuerpo de niño y cabeza de elefante, come dulces de un cuenco en su mano; es el dios de la inteligencia y de la buena suerte. En el museo hay más Ganeshas pero esta es la escultura más antigua que se conserva del mismo.
Shiva, de nombre ya nos suena y casi que llegaremos a intimar con él en este viaje. En las pinturas suele aparecer con la piel azul.
Brahma, el dios creador del universo.
Vishnú con una naga (serpiente) de trece cabezas (quedaros bien con este nombre, naga, porque va a ser vista una y otra vez más adelante). También se le ve con la piel azul en las pinturas.
Garuda, la montura de Vishnú, mitad águila mitad humano.
Linga o lingam y yoni, todo en uno. Lo primero representa el aparato sexual masculino y lo segundo el femenino, creo que se puede ver qué es qué. Para representar la fecundación vertían leche de coco sobre el linga que acababa rezumando en el yoni. Otros nombres a recordar.
Una de las piezas más valiosas es la apsara (bailarina) de Tra Kieu (en realidad varias), que formaba parte de la decoración de un altar.
Destaca en el museo la figura de Tara, una bailarina o princesa en bronce, que aunque en la foto tiene cara de diabla al natural no tenía ese gesto, aunque guapa no era la verdad.
Bajo un altar hay un festón con pechos femeninos (estos cham tenían fijaciones sexuales) y sobre él han colocado un linga. Se piensa que el pecho simboliza a la diosa madre, Uma.
En un friso se ve una escena con lo que parecen jugadores de polo.
Hay altares completos, que se han trasladado desde sus lugares de origen para su conservación y exhibición.
La visita al museo es muy interesante, con multitud de piezas y detalles con los que entretenerse. En el piso superior hay maquetas y fotografías de los yacimientos cham más importantes del país, como My Son o las torres Po Nagar. También hay vestidos que se utilizan en las procesiones cham e instrumentos musicales.
En un friso se ve una escena con lo que parecen jugadores de polo.
Hay altares completos, que se han trasladado desde sus lugares de origen para su conservación y exhibición.
La visita al museo es muy interesante, con multitud de piezas y detalles con los que entretenerse. En el piso superior hay maquetas y fotografías de los yacimientos cham más importantes del país, como My Son o las torres Po Nagar. También hay vestidos que se utilizan en las procesiones cham e instrumentos musicales.