Solo vimos 20
Desde el Central Baazar caminando llegamos hasta la coqueta mezquita Bolo Hauz, construida en 1718, dentro del conjunto de la ciudad antigua Sharistan. Esta mezquita era el templo oficial para las oraciones y donde este era coronado.
La mezquita presenta un iwán de altas columnas, y sin lugar a dudas es uno de los más hermosos que hemos visto en el país, es realmente imponente, aunque es igual o parecido a muchos de los que hemos visitado, este tiene algo especial, pero más que una razón arquitectónica o puramente estética es una percepción sensorial.
El techo del iwán presenta la típica decoración uzbeka, con casetones y colorido; las columnas en su parte superior con esa formación que se asemeja a una colmena… todo muy majestuoso, como corresponde.
Sobre la puerta de entrada un moderno reloj digital, ¡los tiempos adelantan que es una barbaridad!
Si bien el exterior de la mezquita es magnífico con sus columnas y decoración, el interior sorprende por su pequeño espacio, pero por supuesto ricamente decorado. En el interior se produce un debate entre los integrantes de un grupo de españoles y su guía; sobre el Islam, sus preceptos, lo que a unos le parece bien, lo que el otro acata, debate en el que no entramos porque no parece conducir a un entendimiento, pero del que nos llama la atención una de las frases del guía para explicarse: “se depende del imán para la oración, ya que el Corán lo lee él y lo interpreta él, generalmente no los fieles”. Más blanco y en botella de los tiempos que por desgracia vivimos por culpa de las religiones. Y el detalle simpático que aprendemos, a la hora de colocarse para la oración, se corrigen unos a otros en sus posiciones para formar filas casi perfectas.
Junto a la mezquita, su minarete.
Y el estanque verdoso, en el que con la posición del sol adecuada se obtendría el bonito reflejo de la mezquita y sus columnas en el agua, pero claramente no era el momento. Y es una pena perderlo porque la mezquita también es llamada la de las 40 columnas por este reflejo, ya que para nuestros ojos solo son 20, el reflejo es solo parcial.
Detrás del estanque, a la izquierda una torre de agua de 33 m de altura, construida por los rusos en 1927, que ya no se utiliza. En el centro de la fotografía, tapada por los árboles se intuye una de las torres de la puerta de entrada al Ark, la fortaleza del emir.
Para ascender a la torre, una retorcida y estrecha escalera de caracol, pero no es visitable.
Para ascender a la torre, una retorcida y estrecha escalera de caracol, pero no es visitable.
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