La
del pelo enmarañado
Tras el largo paseo
desde el hotel en la avenida Vitacura, pasando por Sanhattan y el
Parque de las Esculturas, y sobre todo tras la carrera por la avenida Providencia, llegamos a la hora a la cita que habíamos reservado la
noche anterior, la visita a La Chascona
(visita guiada solamente; 4.000 CLP; mirar mapa -el último-), situada en la calle Fernando
Márquez de la Plata, dentro del barrio Bellavista, casa que si no estuviera
señalizada al comienzo de la calle se podría saltar por no parecer gran cosa la
calle. El muro en la calle también indica a su modo el lugar de la casa, la
casa de Pablo Neruda
en Santiago.
Al final de la calle
hay una especie de plazoleta a modo de pequeño anfiteatro, que más que asientos
son las escaleras para subir, o eso creemos, que todo puede ser posible.
Llegamos un poco
retrasados en la hora a la que nos convocaron, quince minutos antes de la
visita, que la tenemos a las 12, pero vemos que hay gente que llega tras
nosotros, no somos los únicos tardones. Esta visita era casi imprescindible, ya que no podremos visitar otra de las casas más emblemáticas de Neruda, la de Isla Negra, no podíamos dejar pasar la ocasión de pasar por La Chascona, y es que Neruda y Chile van unidos y con solo mencionar al hombre surge el nombre del país, enseguida se asocia al otro.
La casa recibe el
nombre de La Chascona por su tercera mujer, Matilde Urrutia, ya que chascona
significa pelo enmarañado, y Matilde era de pelo largo y rojizo. Para ella Neruda
escribió Cien sonetos de amor.
Neruda se casó en
primeras nupcias en 1930 con María Antonia Hagenaar, a la que llamaban Maruca, separándose en
1936 y divorciándose en México en 1942.
En 1943 se casó en México con Delia del Carril, la Hormiguita, matrimonio que no fue aceptado en Chile al no
reconocer la justicia chilena su divorcio mexicano de Maruca. En este mismo año
comienza a vivir con Matilde, aunque ya eran amantes clandestinos, viviendo
Matilde sola en esta casa durante un año. Neruda y Matidle se casan en 1966, tras el
fallecimiento de la primera mujer de Neruda. Casi parece un culebrón romántico.
A la entrada se
encuentra la taquilla y una tienda de recuerdos. Subimos hacia la cafetería de
la primera planta a esperar a ser convocados para comenzar la visita.
En la casa hay
símbolos de este amor y devoción de Neruda por Matilde, en algunas ventanas se
pueden ver las iniciales de sus nombres (P y M), y en otras un sol que representa la cara y el pelo
enmarañado de Matilde.
La casa fue
construida en 1953 en una ladera del cerro San Cristóbal, y fue una de las tres
residencias de Neruda en Chile, junto a las de Valparaíso e Isla Negra. Los
planos originales fueron realizados por el arquitecto catalán Germán Rodríguez
Arias, pero Neruda los cambiaba constantemente, añadiendo espacios y recovecos
ya que no le gustaban muchos de los diseños, que le parecían excesivamente conservadores, en la visita descubriremos este gusto por la sinuosidad y hasta un poco el misterio, que siempre resulta sorprendente pero quizás no muy útil para la vida cotidiana.
La Chascona está
llena de salones unidos por un laberinto de pasillos y escaleras (estrechas
mayormente) de caracol, balcones y puertas secretas. Se fue construyendo según
las ideas de Neruda, en base a algún mueble que había adquirido o de la
colocación de una ventana.
Neruda era comunista
y amigo del presidente Salvador Allende, por lo que tras el golpe de Estado de 1973 la casa fue saqueada e incendiada por el ejército de
Pinochet. Neruda en el momento del golpe vivía en su casa de Isla Negra,
gravemente enfermo, y el día 19 de septiembre su salud empeoró por lo que fue
trasladado al Hospital Santa María de Santiago, muriendo el día 23 por un
cáncer de próstata. Matilde exigió velar el cuerpo en La Chascona para
denunciar la situación de Chile al mundo (no tengo el dato de que lo
consiguiera). En este año, 2013, se ha procedido a la exhumación del cadáver de
Neruda para determinar si realmente murió de cáncer o fue envenenado, y en noviembre de este año, una segunda autopsia ha confirmado que la causa de su muerte fue al cáncer.
La Fundación Pablo Neruda gestiona las tres casas del poeta y sus visitas, y en el caso de La Chascona
se encargó de devolver a la casa su aspecto original tras el paso destructor de las tropas de Pinochet.
Pablo Neruda nació en
1912 y fue bautizado como Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, tomando su pseudónimo
del poeta checoslovaco Jan Neruda, un modo de ocultar a su padre su vocación de
poeta, ya que no la consideraba una profesión adecuada, y es que su padre era
ferroviario, por lo tanto práctico. En Praga hay una bonita calle de Jan Neruda en el centro
histórico.
En el interior de la
casa no se pueden hacer fotografías, en el exterior sí, aunque lo más llamativo
e interesante se encuentra por supuesto tras los muros. Entramos y salimos de
la casa por varias puertas, con lo que se matiza el hecho de laberinto. Las
fotos que acompañan al texto no corresponden a las estancias descritas en el
texto, son solo acompañamiento visual.
Comenzamos la visita
por una zona destinada a bar, que está decorada con el bar de un barco francés,
y es que Neruda tenía un gran amor al mar, y en muchos de los objetos de la
casa y de sus colecciones se palpa; curiosamente se mareaba navegando por lo
que coleccionar objetos marineros y marinos era su manera de sentir y amar el
mar. Es un lugar muy coqueto donde apetece tomarse todas las copas que hagan
falta y algunas más.
Tras el bar se encuentra la cocina, que está cerrada, y
un comedor, pequeño pero precioso, con la mesa preparada con vajilla,
cristalería y cubiertos, todas ellas piezas hermosas.
En el exterior, frente al comedor, circulaba un
riachuelo, para tener la visión del agua cerca, una pequeña metáfora del mar, inspirándose este espacio en un camarote de barco, de modo que con la combinación del agua y el camarote tener la sensación (con imaginación eso sí) de
estar navegando, con el apoyo de la decoración tipo barco de estas estancias.
En estas estancias
vemos parte de esas colecciones a las que era tan aficionado Neruda, como de
copas de colores o una más sorprendente, cuadros de sandías. No sé en su época pero actualmente podría ser llamado coleccionista compulsivo.
En lo que parece una
pared panelada en madera hay una puerta secreta, y tras ella una escalera muy
estrecha, tan estrecha que hace pensar que con el tamaño de Neruda que
conocemos por las fotos le sería difícil subir por ella; ya que había
construido la casa a su gusto, bien podría haber hecho pasillos y escaleras
algo más holgadas. La escalera conduce al segundo piso de esta zona, donde hay un
comedor y una cocina, cocina que mandó instalar Matilde para su comodidad;
ambos decorados en estética pop de los sesenta, el comedor con sillas blancas
de plástico -me gusta el espacio y la decoración, muy simpática y muy pop-.
También hay un
despacho y un escritorio de barco donde están los manuscritos que Neruda regaló
a Matilde de Los Versos del Capitán; y
un dormitorio de invitados, que al quedar viuda Matilde utilizó como
dormitorio, y donde murió en 1985.
Salimos al exterior y
entramos en otra zona de la casa, construida con forma redonda imitando un faro,
accediendo primero a un salón donde hay un cuadro de Matilde pintado por Diego
Rivera, en la que está pintada con su pelo rojo de forma dual: la imagen pública, la
conocida cantante, y la imagen secreta, cuando era amante de Neruda, cuya silueta se
encuentra en el pelo enmarañado, la forma de representar la relación a
escondidas de ambos. También destaca una mesa con un mascarón de un barco
inglés.
Fuente: papeando.net
Unas escaleras
conducen primeramente a un baño, continuando las escaleras hasta llegar al
dormitorio de la pareja, con una llamativa chimenea de cobre, una foto de Neruda y Matilde en Capri (no sé
si es la misma que publico, no la recuerdo), las figuras de novios de una tarta
de boda y una coqueta, un mueble de belleza y joyero. Por lámparas para las
mesitas de noche, unos faroles marineros.Sencillo pero lleno de detalles.
De la estancia de
seis meses en Capri de los dos surgió el poema Los versos del Capitán.
“Toda la
noche he dormido contigo
junto al
mar, en la isla.
Salvaje y
dulce eras entre el placer y el sueño,
entre el
fuego y el agua”.
Fuente: masmasculino.com
Volvemos a salir al
exterior y solamente desde un amplio ventanal vemos un divertido bar, con
objetos curiosos, como un par de zapatos gigantes en el suelo o un reloj
grande; estos objetos se utilizaban con fines publicitarios para la gente que
no sabía leer y Neruda los compraba para sus colecciones (esta me parece muy divertida).
Entramos en la última
zona visitable, donde hay un salón más amplio en comparación de las estancias
que hemos visto, donde hay una chimenea de piedra y un pisapapeles con la mano
de Matilde hecha en bronce entre libros, manuscritos, fotografías, la medalla y
diploma del Premio Nobel de Literatura y cartas.
Desde el salón se
entra en la biblioteca, otro de esos lugares con mucho encanto, cuyo espacio y
suelo están concebidos como si fuera un barco, y poder escuchar el crujido de
la madera para sentir el movimiento en alta mar.
Las vistas de La
Chascona cuando se construyó eran inmejorables, actualmente es un enjambre de
edificios y no hay un horizonte definido; quizás por esta construcción y
transformación que iba sufriendo Santiago fue porque Neruda comenzó a diseñar
una nueva casa al noroeste de la ciudad, en el cerro Manquehue, el cerro más
alto en el valle de Santiago, con un diseño en forma de concha, sustituyendo
las escaleras por rampas, de más fácil acceso que no llegó a realizarse.
Finalizamos la
visita a La Chascona, con la que hemos aprendido más sobre Neruda, sobre sus
gustos, sus colecciones, sus pasiones, su obra (principalmente porque ninguno de nosotros es un apasionado de la poesía).
Uno de los poemas más
conocidos de Pablo Neruda, quizás por su nombre no todos lo reconoceríamos, Poema 15, en la voz de Víctor Jara. Dos chilenos universales unidos.
La Chascona se encuentra muy cerca del Cerro San Cristóbal, con lo que tras su visita nos dirigimos hacia allí, para visitar su parque y disfrutar de las vistas que ofrece.
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