Escaleras
latinas
Ya que estamos en
el barrio de Plateau Mont Royal, decidimos callejear un poco más, dar como una vuelta a la redonda,
y para ello caminamos primero por la calle del restaurante donde hemos comido tan bien - Le Café Cherrier, Rue Cherrier.
Giramos a la
izquierda por Rue Berri y seguimos la fachada lateral de una iglesia hasta
llegar a Rue Roy Est, donde se encuentra la entrada de la misma, cerrada por supuesto.
Por Rue Roy Est
llegamos a su cruce con Rue Saint Hubert, calle por la que bajamos, entrando en
el antiguo Quarter Latin (mirar mapa de situación), un barrio pequeño, repleto de estudiantes universitarios, que floreció gracias a la
apertura de la Universidad de Montréal en 1893. En un principio el barrio atrajo a
instituciones culturales y a la rica burguesía, pero el barrio pasó de moda
cuando la universidad se trasladó a un campus mayor, al norte del Parc Mount Royal, aunque recobró nuevos bríos y prestigio con la construcción de la
Universidad de Québec en 1969, recibiendo el último empujón con la organización
del Festival Internacional de Jazz en la década de 1980.
Supongo que como
testigos de ese pasado esplendoroso burgués algunas de las casas que se pueden
ver, como estas de Rue Sherbrooke Est.
Las casas de las
calles del Plateau Mont Royal y del Quarter Latin se caracterizan por sus balcones,
razón por la que también recibe la zona el nombre de Balconville, un conjunto de viviendas de dos o tres plantas repletos de balcones unidos a la calle por
escalinatas de hierro forjado, que realmente gustan pero que son peligrosas en
invierno, cuando se cubren de nieve.
Estas escaleras
tienen su origen en el siglo XIX, cuando en un esfuerzo por embellecer las
calles aprobaron una ley que obligaba a todas las casas de disponer de un
jardín delantero (jardín que se conserva afortunadamente y que suele estar cuidado, con sus excepciones), y esto reducía el
espacio del que disponían para vivienda, así que decidieron ampliarlo
eliminando la escalera interior, trasladándola al exterior; lo que no se tuvo
en cuenta (¡estas mentes pensantes!) es que Montréal pasa cubierta de nieve casi seis meses al año y subir y bajar por ellas en esas condiciones debe ser misión imposible y trabajo perpetuo para limpiarlas; además algunas de ellas son demasiado empinadas, tienen mucho ángulo.
Al llegar al
Boulevard de Maisonneuve Est giramos por él, donde se encuentra la Universidad
de Québec, y luego por Rue St Dennis, donde una iglesia ha sido absorbida por
la Universidad, manteniendo su fachada exterior.
Es curioso como una
calle más arriba o más abajo la animación se siente, hasta el momento el paseo ha sido casi en solitario, algún alma ciudadana, y de repente todo es color y comienza a aparecer gente paseando y disfrutando del día en las terrazas. Rue Saint Dennis es una
de las calles con más animación de la ciudad, pero por toda ella como iremos viendo, plagada de comercios, restaurantes y pubs.
Hay
momentos durante este paseo por el que nos desvíamos por calles con poca enjundia, pero es lo
que tiene esto de intentar conocer, hay veces que se acierta y otras no,
pero al final todo tiene su recompensa, de todo se aprende, de todo se
disfruta y siempre se encuentra algún rincón, algún detalle, algo que finalmente hace merecedor el callejeo.
Por Rue Saint
Dennis volvemos a la estación de metro Sherbrooke, aunque si en lugar de
dirección norte tomamos la sur entraríamos en el Vieux Montréal, y si continuaramos hacia el este entraríamos en el barrio The Village -donde se asienta la comunidad gay-, lo que muestra
que la ciudad no es tan grande como parece, y que con tiempo y buenos pies se puede andar por sus zonas principales.
Volvemos al metro de
Square Victoria, desde aquí comenzará nuestra vuelta al hotel hasta donde nuestros cuerpos aguanten, si tenemos que volver a tomar metro para llegar lo haremos, aunque solo sea para una parada.
El mapa del paseo:
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