En
el pequeño territorio chino
Al salir de la
Basilique Saint Patrick hay que tomar una decisión (esta será la tónica durante nuestros paseos por la ciudad, al este o al oeste, al norte o al sur...), o continuar por la
zona alta de Montréal, o desviarnos un poco, y esto es lo que hacemos, nos
dirigimos hacia el cercano Chinatown - Quarter Chinois.
Los chinos comenzaron a llegar a Montréal en 1880 y se concentraron en esta
zona intentando evitar la discriminación.
Caminamos por la Rue
de la Gauchetière hasta su cruce con la Rue Jeanne Mance, porque es aquí donde
tengo localizado un arco de los que señalan los límites de Chinatown en todos
los Chinatown del mundo, pero la zona está en obras y el arco, que realmente no
es nada especial comparando con otros arcos, desmerece todavía más.
Por supuesto, nos
encontramos con las típicas tiendas y restaurantes, chinos, coreanos, y sobre
todo vietnamitas y tailandeses; no hace falta saber dónde vas, los letreros son
señal inequívoca de donde te encuentras.
Continuamos por la
Rue de la Gauchetière hasta la Place Sun-Yat-Sen, donde en lugar de
encontrarnos un supuestamente pequeño jardín dedicado a este líder chino -está
en rehabilitación total- lo hacemos con un pabellón creo que dedicado a él. En
el muro del fondo hay unos murales grabados que resultan preciosos a pesar de
las condiciones de alrededor y de las pintadas en el muro superior.
En el cruce de la Rue
de la Gauchetière con el Boulevard Saint Laurent, otro arco, igual que el anterior pero sin obras, marcando los
límites de Chinatown, en este caso el final por la Rue de la Gauchètiere.
Pero un arco
delimitador más impresionante, más rojo y con las típicas estatuas de león a ambos
lados, se encuentra en el cruce del Boulevard Saint Laurent con el Boulevard
René Levésque.
Bajamos por el
Boulevard Saint Laurent, viendo las últimas tiendas y restaurantes del barrio
chino.
Una de las
diferencias principales con otros Chinatown (como en New York o el marcado de hierbas orientales de Seúl) es que no
hay una exposición de productos alimentarios (frutas, verduras, hierbas…), son
más bien tiendas aparentemente normales, y estas tiendas-expositores típicas siempre
captan la atención de los visitantes.
La
publicidad de una furgoneta nos saca una sonrisa.
Llegamos hasta el
último arco de Chinatown que vemos, en el cruce del Boulevard Saint Laurent con
Avenue Viger Ouest.
Giramos por la Avenue
Viger Ouest porque nuestros ojos finalmente ven aquello que estaban buscando,
pero en la dirección equivocada (no había estudiado bien el barrio chino, y a
pesar de ser pequeño andaba algo perdida), una pagoda y un pabellón (dicen que auténticos)
en el tejado del Hotel Holiday Inn.
La mejor visión de
estos elementos asiáticos en el tejado del hotel se obtienen desde la cercana
Place d'Armes, que se encuentra a mayor altura.
Si bien Chinatown no tiene un marcado acento especial, ni en colorido, ni en ambiente ni en olores, el paseo nos resulto curioso y entretenido. Más grande y variado es el Chinatown de Toronto.
Mapa del paseo y situación de los arcos de Chinatown, que no sé si están todos los que son, pero si hay uno de entrada y uno de salida creo que sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario