A la salida de la National Gallery ya es noche cerrada, a partir de las
16.30 comienza a anochecer y poco se puede hacer entre la oscuridad y el frío. Caminamos por el exterior de St Stephen's Green para tomar la peatonal Grafton
St, una de las calles importantes comerciales de la ciudad, todavía decorada con luces de Navidad, hecho con el que no contábamos con seguridad,
y nos encontramos con mucha más gente que la que nos hemos ido encontrando hasta el momento. Por
esta calle de Grafton St volveremos a pasar con más tiempo y en más ocasiones, tanto de día como de noche.
Giramos por Suffolk St, donde vemos una de las fachadas de los bonitos (e incontables) pubs de la ciudad. Su aspecto exterior es muy típico y llamativo, y por ello entramos
una de las noches a cenar, desilusionándonos un poco, tanto en decoración como en comida (de la que tampoco esperábamos mucho la verdad). Son dos pisos
muy liosos, se pasa de unas salas a otras y al final no sabes por dónde estás.
La planta de abajo está algo descuidada, y en ella había un buffet con multitud de guisos
(guisotes más bien) y sándwiches.
Como es sábado noche, nos dirigimos a la
zona animada de la ciudad, Temple Bar,
cuyo preludio desde Dame St es un enjambre de juventud reunido al aire libre,
aunque antes nos desviamos por el por el Merchant's
Arch, que era el punto de entrada a la zona y data de la época en que los
barcos navegaban hasta el río Liffey para comerciar (la foto es diurna de otro día porque en la nocturna no se veía nada).
El arco sale al Ha’penny Bridge, un puente pequeño de
hierro, llamado así porque medio penique era el precio del peaje hasta 1919. Fue
realizado en 1816 por John Windsor, un forjador de Shrosphire (Inglaterra), y
originalmente se llamó Wellington Bridge para luego pasar a Liffey Bridge como
nombre oficial, pero es conocido por su apodo del medio penique y por la noche resulta encantador con sus reflejos en el agua; en la fotografía parece más iluminado que al natural. Durante el día tendremos otra visión del puente.
Desde el puente hacia la derecha se ve el edificio de la Custom House, la casa de aduanas.
Y por fin nos adentramos en la zona de Temple Bar, donde hay un gran bullicio, con todos los locales hasta la bandera. Las
estrechas callejuelas que lo conforman fueron un barrio de mala reputación en
el siglo XVIII, lleno de burdeles (la cercana Fownes St era famosa por ellos),
tabernas y escenario de frecuentes peleas entre marineros. La zona recibió este
nombre en honor a William Temple, que entre otras cosas era dueño de un banco
de arena, bar, en la orilla sur del río; su apellido y su posesión dan nombre a la zona.
Este es uno de los pubs más
representativos, ya no solo por el nombre, The
Temple Bar, sino porque tiene una esquina plagada de negocios: pub, hotel,
tienda de regalos...Imposible entrar en él porque la gente lo atestaba, aunque por Temple Bar volveremos a
pasar, es un referente en la ciudad y las cervezas.
En otra de las esquinas el pub Oliver St John Gogarty, del que sale
música irlandesa, parece muy orientado para turistas, pero está como el anterior,
demasiado lleno para entrar así que desistimos y yo me conformo con bailotear
desde fuera; además a mi compañero de viajes le encanta la música celta pero nada las multitudes, con lo que desisto de insistir para que no pasara un mal rato (que a fuerza de insistir se consiguen las cosas pero mejor estar "a gustito" los dos).
Oliver St John Gogarty (1878-1957) fue un
médico y cirujano que también fue conocido por su carrera literaria, que sirvió
a James Joyce de inspiración para el personaje de Buck Mulligan en Ulysses.
De vuelta hacia el hotel entramos a otro pub de la zona, The International Bar, en Wicklock St, más
tranquilo aunque igualmente lleno y nos sentamos en la barra, degustamos
nuestra primera pinta de Guinness y cenamos algo. En este pub se realizan tanto actuaciones
musicales como de comedia, y en sus paredes hay fotos de actores irlandeses, lo que para nosotros es un plus aunque no siempre les reconozcamos por sus nombres.
Lo gracioso es que la gente utiliza el pub
para quedarse en él, dos hombres entran y salen continuamente para fumarse el
cigarro, dejando sus bebidas en la mesa, pero así se pasan todo el tiempo,
entrando y saliendo. Y es normal, en la calle poco se puede hacer, hace un frío tremendo y es temprano
para estar en casa así que.... ¡viva la cerveza!, brindemos sláinte! (¡salud! en gaélico).
La ruta en mapa:
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