De todo y mucho
Por la animada y colorida floralmente en un tramo John St caminamos hasta Queen St West, entrando en una zona muy comercial, con algo de bullicio ciudadano. Estamos en una zona de viejos almacenes que tras su abandono comenzó su segunda época en la década de 1980, con la llegada de estudiantes y “progres”.
En la esquina de ambas calles, los estudios de la cadena MuchMusic, la versión canadiense de la MTV.
A continuación se encuentra el City TV Complex. En su interior hay una cabina pública de grabación, que recibe el nombre conocido de Speaker’s Corner, como el rincón en Hyde Park de Londres; los vídeos más originales o controvertidos se emiten en el reality del mismo nombre, Speaker’s Corner. Sin lugar a dudas, el coche estampado en la fachada es todo un reclamo visual.
Cambiamos de dirección en Queen St West, ahora lo hacemos en dirección oeste, a partir de aquí, una tienda tras otra. Desconozco si el uso real de esas manos amarillas es para las posaderas, pero desde luego ante estas pareja de turistas cansados así le parecieron.
Casi en la esquina con Spadina Avenue un taberna con un gracioso cartel anunciador, y es que a Benjamin hay que hacerle caso.
Giramos por Spadina Avenue por la que caminamos hacia el sur, y ahí sigue su vigilia permanente la CN Tower.
Giramos un momento por Richmond St para ver el exterior del 401 Richmond, un gran centro de las artes instalado en un antiguo almacén de principios del siglo XX que perteneció a un litógrafo; en él exponen pintores, escultores, fotógrafos, ológrafos, grabadores, y otros artistas.
Volvemos a Spadina Avenue y ahora caminamos por ella en dirección norte, encontrando una divertida escena en la fachada de un edificio. La misma sonrisa que nos sacaron ellos con esta pose, se la dimos al hacer uso de la cámara fotográfica al verles.
En la pequeña calzada para esperar al tranvía dos esculturas (siempre tengo la duda cuando no son de estilo clásico si será su nombre real), que creo corresponde a la obra Social Theatre de Randy y Berenicci.
Por Spadina Avenue entramos en Chinatown, que más o menos abarca una zona entre las calles Queen St West y College St, además de en la perpendicular Dundas St West. Y es una delimitación aproximada porque ya sabemos la facilidad que tiene esta comunidad asiática en extender sus tentáculos y comercios por las calles. Por supuesto no faltan los dragones señalando su existencia; no hay una puerta como es típico y así vimos en el Chinatown de Montréal, se trata de dos columnas con dragones, separadas en la calzada, y no hay un arco.
Canadá ha experimentado varias oleadas de inmigración, la primera de ellas en 1850 en la Columbia Británica, durante la fiebre del oro. A Toronto llegaron a finales del siglo XIX para trabajar en la Canadian Pacific Railway; en la década de 1990 llegaron prósperos ciudadanos de Hong Kong. En la actualidad la comunidad supera los 250.000 habitantes.
Entre la vorágine de tiendas, no faltan locales de manicura y masajes, así puedo captar un cartel de pies para poder atacar de forma casera los dolores y malestares, pero y si padezco de los pies, en este caso una fascitis plantas ¿dónde debo masajear?
Entre la vorágine de tiendas, no faltan locales de manicura y masajes, así puedo captar un cartel de pies para poder atacar de forma casera los dolores y malestares, pero y si padezco de los pies, en este caso una fascitis plantas ¿dónde debo masajear?
Pero las tiendas de alimentación y las fruterías son las tiendas-estrellas por la gran variedad de productos, conocidos y desconocidos, y siempre con un importante surtido de setas.
Este Chinatown aparte de ser más extenso y con concentración de locales nos parece mucho más auténtico que el de Montréal, que eran unas pequeñas calles, aunque intensas en población asiática.
Unas chanclas último modelo, que si querían que parecían flores no lo consiguieron, ya que parecen auténticas mi…, eso sí de colores muy alegres.
Nada mejor que un Buda para hacer publicidad, aunque el gordito Buda Feliz siempre tiene más tirón mediático.
Al momento te hacen un jugo de caña de azúcar, que supongo acompañarán con alguna fruta.
En Spadina Avenue, a ambos lados de su cruce con Dundas St West, dos parejas de dragones en columnas, que creo marcan el centro de Chinatown.
Comenzamos a ver frutas asiáticas conocidas, que tuvimos la ocasión de ver y probar durante nuestro viaje a Vietnam, aunque aquí son origen tailandés.
El logan, una pequeña fruta que vimos en el Barrio Antiguo de Hanoi y que probamos en el Delta del Mekong.
El logan, una pequeña fruta que vimos en el Barrio Antiguo de Hanoi y que probamos en el Delta del Mekong.
El rojo y peludo rambután, que en Madrid solo encuentro de color marrón, lo que creo que indica que está pasado. También le conocimos en el Barrio Antiguo de Hanoi y que probamos gracias a nuestro simpático guía en la imperial Hué.
El rico mangostán, al que conocimos en Hué y que probamos gracias al mismo guía, en el mercadillo de la coqueta población de Hoi An).
El grande y maloliente durián o jackfruit, al que también conocimos en el Barrio Antiguo de Hanoi y que probamos antes de nuestra visita a los túneles de Cuchi gracias a nuestra amable guía.
En Chinatown se puede comprar comida o alimentarse en restaurantes (chino, vietnamita, coreano…), el caso es conjugar el verbo comer.
Mapa del recorrido:
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