Postales desde Toronto
Por King St East llegamos hasta St James Cathedral, catedral que durante años fue un hito visual en la ciudad gracias a su torre de casi 93 m de altura, pero claro, con los tiempos de rascacielos que se viven en la ciudad, la torre se ha quedado pequeña.
La catedral es el hogar de la congregación anglicana más antigua de la ciudad, ya que fue fundada en 1797 pero hasta llegar a la edificación que hoy vemos han pasado muchos hechos: la primera iglesia de York (nombre original de Toronto) se construyó en madera, pero en 1812 fue seriamente dañada en la guerra con los EEUU; en 1818 fue restaurada y ampliada, añadiéndole un campanario cuyo sonido era utilizado como señal de alarma de fuego, pero en 1833 fue derribada sustituyéndose por una estructura de piedra en estilo neoclásico, que se quemó en 1839 y tuvo que ser reconstruida, ya con el título de catedral; en 1849 fue destruida por el gran incendio de Toronto y en 1850 comenzó la edificación de la construcción actual, diseñada por Frederick William Cumbeland, en estilo gótico y con arenisca de Ohio. Una auténtica sucesión de edificios y de perseverancia humana y eclesiástica.
En 1873 se le añadió la torre bajo la dirección de Henry Langley, la torre más alta del país y la segunda más alta de Norteamérica, tras la catedral de St Patrick de New York. El reloj se añadió un año después. En 1997 se instaló un conjunto de 12 campanas. Parece que es la iglesia de nunca acabar.
El cementerio anexo a la catedral fue trasladado de ubicación en 1840 pero en la entrada se conservan algunas lápidas.
La catedral tiene unas medidas de 198 m de longitud y 98 m de anchura, y presenta bóvedas de crucería, arbotantes, arcos apuntados que permiten la iluminación natural.
Lo curioso es que presenta una orientación atípica, ya que no sigue las normas de la iglesia de Inglaterra, sigue el eje norte-sur y no el este-oeste, con el santuario en el lugar considerado como “la residencia de Satanás” (este nombre suena a película de terror).
En 1889 se instaló el órgano, con 5.000 tubos.
Junto a la iglesia está el St James Park, propiedad de la iglesia y de la ciudad. El parque fue diseñado en estilo victoriano, con jardines, una fuente de agua y en la glorieta un kiosko.
Frente a la catedral y el parque, un pequeño jardín, Toronto Sculpture Garden, abierto en 1981 con el propósito de fomentar la escultura y que de ella disfruten los ciudadanos. Fue instalado con las contribuciones de la familia de Louis L. Odette y de la provincia de Toronto. No es un jardín propiamente dicho, aunque sí es cierto que algo de verde hay, pero es como un callejón adecuado a jardín y sala de exposición, aunque no nos encantó como ninguna de las dos cosas, creo que se podría sacar mayor partido, aunque también puede ser que nos perdiéramos algo que era importante, o sencillamente que el arte que vimos no nos gustó ni para decirlo con fotografías (y es que a veces las letras de viajes nos impactan más que lo que luego vemos, pero no me gusta ser excesivamente crítica, ya que para gustos, los lugares, y más que pretender que no se llegue a ellos, al darlos a conocer es para animar a lo contrario, a conocerlos por uno mismo, aunque solo sea por la curiosidad, que es lo que nos empuja a nosotros).
Más abajo, en la esquina de King St East con Jarvis St, se alza St Lawrence Hall, edificio construido en 1850 en estilo neorrenacentista por William Thomas como lugar de encuentro para reuniones públicas, conciertos y exposiciones, contando con un anfiteatro con capacidad para 1.000 espectadores, por lo que era el centro de la vida social y cultural de la ciudad a mediados del siglo XIX. Fue en este lugar donde John A. MacDonald y George Brown, padres de la Confederación Canadiense, se dirigieron a la población de Toronto para alabar la creación de esta Confederación.
La cubierta con mansarda de estilo francés se debe a las abundantes nevadas del invierno. La torre del reloj es visible a varias calles de distancia –cada vez menos-. El edificio está considerado como una de las mejores muestras de arquitectura victoriana de Toronto.
En la década de 1870 la ciudad ya tenía un creciente número de centros de espectáculos más grandes y adecuados, por lo que el edificio entró en decadencia (nunca valoramos lo suficientemente bien lo pequeño). En 1967 fue espléndidamente restaurado con motivo del centenario de Canadá, y eso ya fue un acierto.
En la década de 1870 la ciudad ya tenía un creciente número de centros de espectáculos más grandes y adecuados, por lo que el edificio entró en decadencia (nunca valoramos lo suficientemente bien lo pequeño). En 1967 fue espléndidamente restaurado con motivo del centenario de Canadá, y eso ya fue un acierto.
Continuamos por King St East, giramos por George St para salir a Adelaide St, calle en la que buscábamos un edificio y nos encontramos con tres señalados y llamativos.
El primer edificio era sede del Bank of Upper Canada, banco creado en 1821 que fue uno de los bancos líderes en Norteamérica hasta 1866, cuando pierde importancia y poder ante la entrada de otros bancos; pero hasta el momento cumplió una efectiva labor en el desarrollo de la provincia del Alto Canadá, ayudando a Toronto a crecer como el centro comercial de la colonia.
El edificio fue diseñado en 1827 por el arquitecto Willian Warren Baldwin y fue la segunda sede del banco, presentando un diseño opulento típico de las instituciones financieras del momento. El pórtico fue añadido en 1844, con diseño de John G. Howard.
El edificio fue diseñado en 1827 por el arquitecto Willian Warren Baldwin y fue la segunda sede del banco, presentando un diseño opulento típico de las instituciones financieras del momento. El pórtico fue añadido en 1844, con diseño de John G. Howard.
A continuación el edificio de La Salle Institute, construido en 1871 por Henry Langley (autor de la United Church, la torre de St James Cathedral y la torre de St Michael's Cathedral), que alojaba una escuela para niños (masculinos) regentada por los Brothers of the Christian School, que el año anterior habían comprado el adyacente edificio del Bank of Upper Canada, y en 1876 compraron el edificio al otro lado, quedando este cuerpo como el central.
El edificio es de estilo Segundo Imperio, y presenta tejado con mansardas, por lo que se diferenciaba de los edificios a su alrededor. En 1916 dejó de ser utilizado como escuela, pasando a ser propiedad de una compañía-cooperativa de granjeros de 1925 a 1956, utilizándole como oficina, almacén y planta procesadora de comida.
El edificio es de estilo Segundo Imperio, y presenta tejado con mansardas, por lo que se diferenciaba de los edificios a su alrededor. En 1916 dejó de ser utilizado como escuela, pasando a ser propiedad de una compañía-cooperativa de granjeros de 1925 a 1956, utilizándole como oficina, almacén y planta procesadora de comida.
Y finalmente, el edificio que buscábamos, First Post Office, que junto a los otros dos edificios anteriores, Bank of Upper Canada y La Salle Institute, se salvó de la demolición en la década de 1980, y afortunadamente además fueron restaurados –parece que alguien pensó con cabeza y no con dólares-.
La oficina de correos fue construida en 1835 para el administrador de correos James Scott Howard, siendo el edificio al tiempo su residencia y su lugar de trabajo, pero este le duró poco ya que en 1837 fue despedido (desconozco la causa y si fue un despido procedente).
La oficina de correos fue construida en 1835 para el administrador de correos James Scott Howard, siendo el edificio al tiempo su residencia y su lugar de trabajo, pero este le duró poco ya que en 1837 fue despedido (desconozco la causa y si fue un despido procedente).
A principios de la era victoriana, el Imperio Británico necesitaba que todas sus colonias estuvieran bien comunicadas, por lo que en 1829 la Cámara de los Comunes británica fundó el servicio de correos colonial, y cinco años después se instaló una oficina de correos en la recién creada ciudad de Toronto. Esta oficina es la única de la Norteamérica británica que sigue funcionando con su cometido original.
La oficina además funciona como museo, en la que se cuenta la historia de York (Toronto), y del servicio postal.
Aprovechando su continuidad como oficina postal enviamos algunas postales (incluso a nosotros mismos), eso sí, al estilo antiguo, con pluma de ave y tinta (¡qué difícil hasta conseguir una buena caligrafía que se pudiera leer!). Si hubiéramos podido apagar las luces y encender la vela ya hubiera resultado un ambiente completo.
Mapa del recorrido y de los lugares:
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