Las
Marías y los brutos
Continuamos la
exploración por la cordillera de la Sal, tras nuestra
visita, superada con aprobado alto por mi parte (modesta que es una dándose la nota), a la caverna de sal.
Hacemos una parada en
una formación rocosa con renombre turístico, y es que hay si a estas
formaciones se les pone nombre parece que la cosa funciona mejor, aunque la
imaginación es libre para asociar rocas a figuras. Estas formaciones son resultado de
la erosión durante aproximadamente un millón de años.
El conjunto más grande recibe el nombre de Las Tres Marías, porque parecen (más o
menos imaginación) tres mujeres de perfil rezando. La María de la izquierda fue
descabezada y rota por unos vándalos, el equipo de fútbol chileno que vino a
celebrar su clasificación en el Mundial de Francia o su buen resultado en el
mismo, no lo recuerdo, fuera lo que fuera, una barbaridad el celebrarlo de esta
manera.
Las Tres Marías también
son llamadas Los Vigilantes, pero en menor medida, y están compuestas de grava,
cuarzo, sal y arcilla.
Aparte de
esta formación rocosa, y otras de menor tamaño, que quizás la importancia se
deba más a este que a la supuesta imagen en sí, lo que destaca en el terreno a nuestro alrededor es
su salinidad, su blancura, parece que hubieran derramado la sal por doquier.
La
roca solitaria de
la izquierda no tiene nombre, o al menos Marcel no lo menciona y tampoco
lo he visto en internet; pero podrían ser las alas de un ángel, ¿caído
quizás?
Carretera a ningún
lugar es lo que parece, y aunque en la fotografía pueda parecer solitaria, realmente es una romería de
vehículos y personas.
El paisaje es abrumador
ante nuestros ojos, con los Andes y sus volcanes al fondo. Hemos llegado a la
Luna sin necesidad de cruzar el espacio.
Marcel aparca la
furgoneta, nos bajamos y nos dice que caminemos, que él nos recogerá más
adelante, así que ¡en marcha!.
Desde el camino
tenemos una amplia y espectacular de la Duna
Mayor o Gran Duna, a la que se
podía subir y caminar por ella (creo que incluso se practicaba el sandboard, pero que por haberse hundido en su parte
central ya no es posible hacerlo.
La gran duna se formó
por la acumulación de arena, que se producía por las barreras naturales que
constituyen la base de las dunas, la fuerza de la naturaleza, la fuerza del viento.
Hay un camino que
conduce a ella, a un mirador sobre ella y los alrededores, pero nosotros no
tenemos tiempo para hacer esta escapada -no está incluida en el tour, realmente no está previsto el tiempo de subir y bajar-, nos quedamos con las ganas.
Aparte de
las vistas increíbles que se tengan, tiene que ser un maravilloso espectáculo la puesta de sol desde
este mirador, pero nosotros tenemos otra puesta de sol y otro mirador, en el Valle de la Luna.
El paisaje de fondo
sigue siendo impresionante, estamos completamente embargados de emoción en este
desierto rocoso.
Paisaje que nos sigue
enseñando cómo los movimientos de la corteza terrestre plegaron el terreno y la cordillera.
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