Al este: reyes, reinas, médicos y una concubina
Hoy comienza con efectividad el tour contratado, a las 9 h nos
encontramos con Kim y con la que será nuestra guía hasta el final, Sonia, que
aprendió español en España, durante tres años de estancia. Por su parte y por
la nuestra vamos teniendo la toma de contacto para saber cómo somos y cómo
funcionaremos todos los días que tenemos por delante, que son bastantes.
La primera visita será al palacio
Changdeokgung (3.000W; estación Anguk), declarado Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco en 1997, localizado en el distrito de Jongno-gu (mirar mapa). Se comenzó a construir en 1405 por el rey Taejong, padre del
rey Sejong el Grande como un palacio secundario del palacio Gyengbokgung,
terminándose en 1412 y ampliándose en 1463. Fue destruido durante la invasión
japonesa de 1592 y fue reconstruido en 1610. Desgraciadamente la mayoría de los
edificios se quemaron por un incendio en 1623 por la revuelta de la
restauración Injo y se reconstruyó nuevamente en 1647. Durante el periodo
colonial japonés del siglo XX algunos edificios fueron destruidos, comenzando los trabajos de reconstrucción en 1991 y todavía continúan.
Taejong explicó que la construcción de este palacio secundario se debía a razones geománticas, ya que el palacio Gyeongbokgung no seguía sus principios y por lo tanto no tenía buenos auspicios. Sin embargo, se cree que sus razones eran más humanas que divinas, ya que Taejong se apoderó del trono tras asesinar a sus medio hermanos en Gyeongbokgung y con toda probabilidad no quisiera vivir donde se cometieron los asesinatos (extraña conciencia o sencillamente miedo de los espíritus).
Trece reyes vivieron en este palacio durante más de 270 años, incluyendo
al último rey, Sunjong. Fue la residencia de la dinastía Joseon entre 1611 y
1867, año en que se terminó la reconstrucción del palacio Gyeongbokgung,
volviendo a vivir en éste. Hasta 1989 fue la residencia del último descendiente
directo de la dinastía Joseon, la princesa Yi Pang-ja, que fue esposa del
último príncipe real, Yu Un (una residencia muy grande tenía la princesa para ella sola como veremos).
El palacio Changdeokgung era conocido como el palacio del este por su situación respecto al palacio Gyeongbokgung. Tiene una belleza que lo hace único en Corea, con una perfecta
armonía de los edificios con el paisaje, ya que se encuentran situados en la
base de una montaña.
Un dato a tener en cuenta para comprender las extensiones de los
palacios, aunque las reformas no dejaron mantener la suya al palacio Deoksugung, es que a diferencia de las grandes construcciones europeas en las
que primaba la altura para controlar grandes distancias, en un país montañoso
como Corea la máxima expresión de poder era la ocupación de grandes espacios
fértiles, y este palacio concretamente, fue el mayor símbolo de prestigio y
poder de la dinastía Joseon.
Bajo un sol ya justiciero a las 9.30 h de la mañana traspasamos la magnífica
puerta Donghwamun, la puerta de un
palacio más antigua que se conserva en Corea, además de la más grande (yo
respecto al tamaño tengo mis dudas con la puerta de Gwanghwamun del palacio Gyeongbokgung) datando de la reconstrucción de 1609. Su nombre significa “la
Gran Virtud enseña a la gente y les influye a ser sinceros” (mucha traducción
para tan poco nombre pero gran verdad en sus palabras).
El umbral de la puerta fue modificado para que pudiera pasar un
automóvil por ella porque los tiempos cambiaban hasta para los reyes. El segundo piso alojaba una campana y un tambor, la
primera para marcar el inicio del toque de queda y el segundo para marcar el
final; ahora no hay ni elementos ni toque de queda.
Sobre la puerta, entre los dos tejados, se puede ver una sucesión de taegeukgi, símbolo que representa a la
bandera de Corea del Sur que se refiere a la realidad última de todas las
cosas y a la importancia del origen (el yin y el yang) -yo solo publico un taegeukgi muy soberano y el resto lo imagináis vosotros-.
Los colores dancheong son más
atrayentes que en el palacio Deoksugung o en el templo Bongeunsa, supongo
que por la grandeza de la puerta que tenemos ante nosotros y es que al final el tamaño sí importa.
Al entrar hay folletos en inglés con buenas explicaciones, un mapa del palacio y varios mapas detallados de los diferentes complejos que lo componen, con lo que se puede
realizar la visita con mayor facilidad, sobre todo para los que viajan con plena libertad.
Tras la puerta se cruza el puente de piedra más antiguo de Seúl, Geumcheongyo, que data de 1411 y que
cruza el arroyo Geumcheon, “el arroyo de seda”. Como iremos viendo palacio tras
palacio, el puente y el arroyo no faltan en la entrada, siguiendo los
principios del feng shui.
El puente tiene tres carriles, el central por supuesto ya podéis
adivinar que sólo era usado por el rey. Por los laterales que dan al arroyo está decorado con tallas de animales
míticos que protegen de los espíritus malignos: Haetae al sur y la tortuga
Hyeonmu al norte, y sobre ellas la cara de un monstruo, aparte de otros cuatro
animales más.
Tras cruzar el puente se levanta la puerta Jinseonmun, donde el rey Taejong ordenó colocar un tambor llamado
Sinmungo que podía tocar cualquiera que quisiera realizar una petición, pero
esto era una tarea ya no difícil si no imposible ante las dificultades de
obtener las aprobaciones del magistrado local, el gobernador y el inspector
general antes de pasar la puerta principal. Por ello, los ciudadanos optaron
por bloquear la comitiva real en lugar de intentar tocar el tambor, provocando
molestias y disturbios en la corte real...tiempos tan lejanos y tan cercanos en nuestro Congreso de los Diputados, la historia y sus círculos viciosos.
Jinseonmun conduce a un patio con sus tres caminos diferenciados que a su
vez terminan en otra puerta. Algo más arriba de la mitad de este patio a la
izquierda se encuentra la puerta Injeongmun.
Al preparar la información de Corea y sobre todo de sus palacios entendí
perfectamente la composición de la Ciudadela de Hué en Vietnam, ya que allí
todavía la están reconstruyendo, pero una vez que te encuentras en ese patio
con puertas y corredores es fácil imaginársela, casi verla en toda su
esplendor.
Las escaleras por las que se sube la puerta Ingeongmun están decoradas de
animales, ahora no dragones, y no me parecen haetae, son otros de los que
desconozco el nombre, aunque su función será la misma, proteger al palacio,
pero dada la historia de destrucciones y reconstrucciones su efectividad parece
bastante escasa.
La puerta Injeongmun conduce a un patio porticado a ambos lados, con las
correspondientes tablas de piedra en el suelo indicando el lugar que los
funcionarios y militares tenían que guardar frente al rey de acuerdo a su
rango; los civiles al este, los militares al oeste. Por supuesto se siguen
manteniendo los tres caminos.
Al fondo del patio se alza Ingeongjeon,
el Salón del Trono, que es una reconstrucción de 1803. Aquí se realizaban las
ceremonias de coronación y se recibía a los diplomáticos extranjeros. Por fuera
parece tener dos pisos pero en realidad es solo uno con una buena altura.
El edificio se levanta sobre una doble plataforma de piedra, y en el
tejado nos volvemos a encontrar con las figuras de wenshou, animales zoomorfos que provienen de la arquitectura china. Es un edificio imponente, por su tamaño, por su decoración, por su elegancia con los tejados curvos, por todo.
Visitar este palacio es como entrar en un cuento lleno de tejados negros, de colores llenos de luz y
magia, con esas figuras entre reales e imaginarias.
En las escaleras de subida al pabellón, en el camino del rey se encuentra grabado el dibujo de un ave
fénix en la piedra.
Además en las plataformas sobre las que se alza Ingeongjeon también hay grandes calderos de bronce que se
llenaban de agua para que los monstruos del fuego se vieran reflejados y se
asustaran de ellos mismos.
En el interior, detrás del trono se sitúa el estandarte real de la dinastía Joseon con
sus símbolos característicos: el sol (el rey), la luna (la reina), cinco
montañas, cascadas y pinos. La iluminación eléctrica en este pabellón se instaló en 1908.
A la derecha de Ingeongjeon se levantan Seonjeongjeon y Huijeongdang,
con una sucesión de tejados negros que parecen llegar hasta el infinito. En la fotografía se
puede ver como las construcciones se encuentran en terrenos elevados.
Un muro separa la zona del Seonjeongjeon de la del Injeongjeon, por
encima del cual asoma majestuoso, como intentando acaparar la atención, el tejado de este último.
A Seonjeongjeon se entra por la
puerta Seonjeongmun que da directamente a un corredor central cubierto, por lo que el patio de este complejo queda
partido por él.
Seonjeongjeon era el pabellón donde trabajaban el rey y sus funcionarios
hasta que se construyó el cercano Huijeongdang, con lo que tras la construcción
de este pasó a alojar tabletas funerarias de reyes y reinas.
Su tejado es de color azul con lo que fácilmente se le identifica respecto al resto de los demás pabellones...precioso y se podrían escribir muchos adjetivos pero me quedo sin ellos.
En su interior se halla el trono del rey, ahora ya no en alto como en Ingeongjeon
sino a ras del suelo, con su estandarte detrás.
La decoración del techo con sus colores, sus flores de loto, sus
dragones, es una increíble y maravillosa composición.
Al lado de Seonjeongjeon y sustituyénlole en sus funciones se
encuentra Huijeongdang, que primero
fue la residencia del rey, donde residieron los reyes Gojong y Seonjong, y
posteriormente el lugar de trabajo de él y de sus funcionarios.
Entrar en esta zona es encontrarse con una bonita sucesión de corredores
altos sobre columnas de piedra, de tejados, de esquinas, de puertas y por
supuesto de gran colorido.
Huijeongdang fue destruido por un incendio en 1917 y se reconstruyó
usando materiales del pabellón Gangnyeongjeon del palacio Gyeongbokgung, que era
el edificio destinado a residencia del rey. Esta reconstrucción no tuvo nada que ver con el edificio
original consumido por las llamas.
Creo recordar que entramos por una de las puertas más cercanas a
Seonjeongjeon y a partir de aquí fue jugar como niños entre las columnas,
estábamos más disfrutando visualmente que aprendiendo los nombres de los edificios y su
situación.
Se llega a un patio, que creo que
debe ser el trasero de Huijeongdang comparando la foto con el mapa del palacio,
a cuya izquierda se encuentra la entrada a este pabellón, que no es la principal,
pero a través de sus puertas se puede ver el interior.
Su interior está decorado con muebles occidentales, tal cual fuera un
salón de Versalles (apreciación respecto a la segunda foto), y orientales. En las paredes a ambos lados se pueden ver
dos pinturas de montañas.
Detrás de Huijeongdang se sitúa Daejojeon,
la residencia de la reina, que no presenta el típico tejado de cremallera
(término arquitectónico que no entendía en letra y que allí se comprende a primera
vista) que es como la cresta de los tejados, con lo que se identifica con
facilidad.
Daejojeon tiene el dudoso honor de ser el lugar donde se celebró el
último gabinete de la dinastía Joseon para deliberar sobre su anexión a Japón
(aunque realmente oportunidades de no hacerlo no parecía tener).
El pabellón fue destruido en el incendio de 1917 y se reconstruyó con
materiales del palacio Gyeongbokgung. En la base sobre la que se asienta no
faltan los calderos de bronce para ahuyentar los malos espíritus del fuego, a
los que se une también un reloj de sol.
Una sala divide el pabellón en Seondool, la habitación de la reina, de
Dongondol, la habitación del rey (juntos pero no revueltos). Personalmente me gusta
mucho la barandilla que recorre el pabellón por el exterior, le da un aspecto muy
acogedor y es fácil imaginarse paseando por ella al atardecer.
En el tejado no faltan las figuras protectoras de los wenshou.
¿Fotos?, se pueden hacer millones de ellas, con la composición de
tejados a diferentes alturas, del colorido de sus maderas, quizás las mejores
son las que al final se seleccionan en la mente y que no siempre cuadran
completamente con la realidad, porque esto es como un mundo de fantasía. Es increíble lo hermosa y apabullante que resulta esta arquitectura.
A la derecha de Hijeongdang se encuentra el área de Seongjeonggak, cuyo edificio principal recibe el mismo nombre.
Originalmente era el pabellón de estudio del príncipe, pero durante la
ocupación japonesa fue utilizado como hospital real, por ello su nombre
significa “hacer lo mejor para cuidar al rey y su familia”.
A la derecha de este complejo Seongjeongak hay otro al que no entramos, su puerta creo recordar que
estaba cerrada porque en caso contrario pienso que hubiéramos
pasado, y si no lo hicimos por prisas al hacer la visita con desorden es una
pena haberlo dejado pendiente porque el pabellón hexagonal Samsamwa que se ve sobre el muro es hermoso.
Al fondo de los terrenos del palacio se encuentra una zona de edificios
llamado Nakseonjae, que fue
construido en 1847 como vivienda para una concubina del rey Heonjong, Lady
Gyeongbin, elegida para darle el heredero que deseaba.
A nuestra izquierda dejamos un muro y una puerta cerrada, pero en la fotografía se puede volver a comprobar cómo el palacio se asienta sobre una pequeña ladera.
La última emperatriz Yun vivió en Nakseonjae hasta 1966, la princesa Deokhye y
Bangja Lee, la esposa del último príncipe, lo hicieron desde 1963 hasta 1989,
lo que prueba que esta dinastía es de un pasado muy reciente.
La diferencia de este área con los demás edificios del palacio es
que los de Nakseonjae no se encuentran pintados con los llamativos colores rojos, azules y
verdes, sino que su madera está desnuda, la razón es que no es un edificio real
(aunque su “uso” fuera muy real).
En la foto superior se vuelve a ver el pabellón Samsamwa, al que no accedimos desgraciadamente
y nos conformamos por verle así, ya que desde abajo no vimos posibilidad de
llegar a él, y la manera de hacerlo creo que puede ser bordear la muralla del
complejo y hacerlo desde arriba si hay puerta y si está abierta, ya que según
mis datos sólo se abre a las visitas viernes, sábados y domingos, y hoy
precisamente era domingo.
Paseamos por lo que podemos del complejo Nakseonjae a paso rápido porque Sonia ya enfilaba el camino de salida, con una sucesión nuevamente de
muros, pabellones, y puertas, algunas cerradas.
Mi consejo es que con el folleto de información en la mano, que tiene
buenos planos del palacio y de sus edificios, paseéis con calma por el lugar
para no dejar lugares pendientes, buscar puertas y si están abiertas entrar, y
sobre todo “perderos” por todos los rincones posibles, que es la manera de
conocer. Otra forma más didáctica es apuntarse a los tours en inglés que se realizan del
palacio, que creo que recorren todos los rincones y que se realizan a las 10.30
h y a las 14.30 h (esta última hora para el verano me parece asfixiante).
En el palacio falta por conocer su "secreto", que será en la próxima
entrega.
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